Más del 20 por ciento de personas migrantes que ingresan a México son niños, niñas o adolescentes

Niños que cruzan la frontera. Cortesía: IberoMX.

*México ha adoptado un discurso de protección y defensa de Niñas, Niños y Adolescentes migrantes con visión de derechos humanos, además, ha emprendido algunas acciones afirmativas para su atención, pero no han sido insuficientes y resultan ineficaces ante el aumento de migrantes.


Ivonne Álvarez Gutiérrez doctora en Ciencias Sociales, en su investigación sobre niñas, niños y adolescentes (NNA) migrantes irregulares, encuentra que corresponden a personas menores de 18 años, que se encuentran fuera de su país de origen e ingresan a otro sin cumplir las condiciones legales previamente establecidas.

La Ley de Migración (LM) reconoció la existencia de grupos vulnerables, de atención prioritaria, como mujeres, menores de edad, indígenas y personas de la tercera edad, víctimas del delito, estableció el tratamiento de todas las personas migrantes con base en los principios de respeto a los derechos humanos sin distinción de origen, nacionalidad, género, etnia, edad o situación migratoria.

En México la condición de los NNA migrantes está regulada por dos legislaciones la Ley de Migración publicada en 2011 base de la política migratoria y la Ley General de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes publicada en 2014 que contempla el reconocimiento como sujeto de derechos a los NNA, enlista las obligaciones del Estado mexicano para con la niñez, habilitando a los menores en la exigencia de sus derechos públicos en cumplimiento de la Convención de Derechos del Niño, menciona Álvarez.

Migrantes de la frontera sur.

La frontera sur de México la configuran cuatro entidades federativas, Chiapas, Tabasco, Campeche y Quintana Roo. Chiapas colinda con Guatemala a través de 658.5 km. lo que constituye el 58% de la línea fronteriza. El río Usumacinta marcan parte de la delimitación fronteriza en el Estado, el resto son fronteras terrestres, zonas montañosas y selvas.

Álvarez dice que cifras presentadas en el 2018 del Instituto Nacional de Migración (INAMI), de 138,612 personas migrantes, 31,717 eran NNA y 1,202 no iban acompañados. De esta cifra total Chiapas presentó 63,109. Si se remontan a la historia el Estado ha sido el primer lugar en cuanto a presentación de personas migrantes ante el Instituto y el primer lugar en solicitudes de refugio ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR).

En los municipios de Tapachula, Palenque y Comitán de Domínguez, se encuentra el mayor flujo de ingreso de personas migrantes, por lo tanto, mayor control por parte de la autoridad migratoria.

La doctora mediante el sistema estatal y municipal del DIF tuvo acceso al Albergue para Niñas y Adolescentes Migrantes de Tapachula, el Albergue Temporal para Menores Migrantes Viva México dependiente del estado y en Comitán de Domínguez al Albergue Temporal para Niñas, Niños y Mujeres Migrantes todos con un modelo de atención a puertas cerradas. Dentro de la Estación Migratoria Siglo XXI existe un módulo de atención a menores migrantes operado por personal del DIF estatal.

La investigadora accedió en los albergues de la sociedad civil, al Albergue Jesús el Buen Pastor y al Ejército de Salvación en el municipio de Tapachula. El primero recibe sólo a menores no acompañados y el segundo atiende a menores canalizados a través de la Agencia de la ONU para Refugiados (ACNUR), el INAMI y/o la COMAR. En Comitán de Domínguez al Alberge Casa Mambré cuyo modelo es temporal puertas abiertas y recibe familias, mujeres, hombres y NNA.

Los menores migrantes pueden alojarse por instituciones públicas o privadas reguladas por la Procuraduría Federal de la defensa de los NNA y sus homólogas estatales. En este escenario, existen dos modelos de atención reconocidos a puertas abiertas y a puertas cerradas.

Álvarez explica que el modelo a puertas cerradas es el más difundido en el sistema estatal y municipal, implica que los menores alojados no pueden salir de sus instalaciones, a menos que sea por atención médica o situaciones de urgencia, siempre bajo el cuidado y compañía de personal del mismo albergue o de la autoridad que los canalizó, todas sus actividades formativas, recreativas, deportivas se llevan a cabo dentro de las instalaciones del albergue.

El modelo a puertas abiertas implica que los menores pueden desarrollar una vida “normal” en términos de asistencia a la escuela, actividades extraescolares, actividades deportivas y recreativas fuera de las instalaciones del albergue, sin mayor restricción que el horario nocturno, desde luego, con el seguimiento correspondiente por parte del personal del albergue, pero sin mayores intervenciones, más allá del registro o acompañamiento en caso de que lo solicite el menor.

Atención del DIF a niños migrantes. Cortesía: Sistema Nacional DIF.

La LM después de que el INAMI identifica a los menores migrantes debe remitirlos para su adecuada atención al Sistema DIF, una vez registrados y entrevistados. Es responsable de otorgarles asistencia médica, alimentación, hospedaje y recreación. Cuando se ubican menores acompañados pueden esperar la resolución administrativa con sus familiares, pero si son no acompañados y deciden iniciar la solicitud, son remitidos a un albergue, público o privado.  Ahí permanecen no solo hasta que se emite la resolución, sino hasta que sean mayores de edad.

Las entrevistas a directores de albergues y psicólogas que dan contención a menores alojados constataron que el modelo que garantiza el desarrollo integral del menor es el de puertas abiertas, permite su inserción en la sociedad de acogida, posibilita la convivencia con menores de su misma edad en contextos diferentes al entorno del albergue, añade Álvarez.

El Sistema Estatal DIF dice que hay dos centros asistenciales operados por la sociedad civil y cinco del sistema DIF, uno dependiente del Estado y cuatro de índole municipal para la atención de menores migrantes registrados en términos de la Ley de los Derechos de Niñas, Niños de Chiapas.

Los testimonios de responsables de albergues resaltaron diversas situaciones acerca de los menores. Mencionan que año con año llegan más al país, en su mayoría adolescentes, ha crecido la atención a menores de entre 0 y 12 años.  Los que no vienen acompañados, suelen viajar para reunirse con padres o madres que están en los Estados Unidos de Norteamérica y son enviados con coyotes o polleros.

La doctora comparte que en menor grado hay menores que viajan solos, buscan mejorar sus condiciones vitales y su principal preocupación es mandar dinero a sus países de origen para apoyar la economía familiar. A nivel general han vivido situaciones de violencia de todo tipo, carencias y vejaciones de diversa índole.

Los operadores de los albergues públicos entrevistados relatan que, tras identificar a menores en situación de riesgo, se les informa del derecho que les asiste para iniciar el trámite de asilo o refugio y si desean iniciarlo. Siempre se les indica el procedimiento, los tiempos y posibles escenarios de su estancia. Si deciden no llevar el proceso, omiten el aviso a la COMAR, es una dinámica que no está prevista en el procedimiento delineado por la LM y la Ley de defensa de NNA.

A juicio de los entrevistados los problemas más recurrentes en los NNA por mencionar algunos es el bajo nivel escolar, la presencia de niños y niñas violentados por sus familiares o perseguidos para reclutamiento por bandas de delincuentes como son las maras o ya formaban parte y huyeron, la falta de respeto de reglas, conductas agresivas. Una situación que se agudiza, en albergues con modelo de atención a puertas cerradas con largos periodos de estancia.

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