Hongos, una alternativa posible para la reforestación del Parque Nacional «Lagunas de Montebello»

Al proteger y conservar las especies de hongos propios de la región, se puede contribuir a la preservación del ecosistema. Cortesía: Gobierno de México.

*Mediante una investigación realizada por investigadoras de la Universidad Autónoma de Tlaxcala, señala que los hongos ectomicorrizógenos que se encuentran en la zona del Parque Nacional Lagunas de Montebello son de gran importancia, tanto para la población como para el ecosistema ya que pueden ser un medio natural de producción para la reforestación.


El Parque Nacional Lagunas de Montebello es un área natural protegida, su vegetación se compone, principalmente, de bosques de pino, encino y mesófilo de montaña que albergan comunidades ricas en hongos ectomicorrizógenos, sin embargo, el conocimiento sobre estos organismos es pobre.

Esta especie de hongos se caracteriza por crecer, de manera más frecuente, a la par de los árboles, lo que los convierte en la principal fuente de alimento para animales y para distintos grupos humanos, quienes los consumen obteniendo beneficios a la salud. En muchos casos la venta de hongos silvestres micorrizógenos aporta ingresos económicos para el sustento familiar. En el caso de las zonas turísticas, la venta de éstos adquiere un valor agregado, ya que se ofrecen en diversos platillos para consumo.

Es por ello que Alejandro Kong, Adriana Montoya y Sandra García, investigadoras de la Universidad Autónoma de Tlaxcala, llevaron a cabo una investigación acerca de la diversidad de dichas especies en la zona, con el objetivo de contribuir con el inventario de los hongos ectomicorrizógenos del parque.

“Chiapas cuenta con una gran riqueza biológica, la cual está siendo fuertemente transformada, por lo que es importante realizar investigaciones para monitorear los recursos biológicos y culturales del lugar. En particular, los hongos son un grupo muy diverso y a pesar de que se han llevado a cabo estudios para conocer su riqueza y distribución, aún es necesario realizar inventarios para incrementar el conocimiento de estos organismos” señalan.

Debido a que muchos de los ambientes naturales han sido afectados por distintas causas de disturbio, tanto natural como por el efecto ambiental provocado por la acción del hombre, es importante conocer la diversidad actual, que representa uno de los más importantes medios para restaurar dichos ambientes.

Al respecto de los hongos, la investigación señala que se han citado aproximadamente 850 especies en todo el territorio chiapaneco en aproximadamente 100 trabajos. Sin embargo, se estima que puede haber un total de 20,000 en la entidad, siendo las regiones de los altos, el centro y la selva son las más estudiadas.

Añaden que, se han desarrollado 27 estudios, sobre todo en la región Altos de Chiapas, selva Lacandona y selva Zoque, aportando una buena cantidad de especies a los registros del estado. Se registraron 58 especies con importancia cultural para poblaciones mestizas y lacandonas de la selva, de las cuales, 10 fueron nuevos registros para la entidad, además de que registran especies comestibles y medicinales para poblaciones tsotsiles y tseltales.

“El estudio y la identificación taxonómica de las especies de hongos ectomicorrizógenos que se desarrollan en ambientes particulares, es básico para entender la actividad de la comunidad forestal y su dinámica. También es necesario para la conservación, debido a que la propagación de las especies representa fuentes de inóculo potencial para el buen funcionamiento y repoblación, o restauración de los bosques durante o después de los disturbios” añaden las expertas.

A través de un muestreo y recolección de las estructuras reproductivas de los hongos, se llevó a cabo el registro de cada una de las especies, abarcando los principales tipos de vegetación que se encontraron en el área de estudios, Se incluyó información sobre su tamaño, forma, textura, ornamentación, color, poniendo particular atención a las variaciones que se pueden presentar con la edad y en el color con luz de día. En total, se recolectaron 617 ejemplares de hongos ectomicorrizógenos, correspondientes a 93 especies.

Las investigadoras señalan que es importante mantener un registro de las especies propias de la zona, para conocer cuáles pueden contribuir a enriquecimiento de la tierra. Cortesía: Instituto de Ecología A.C (INECOL)

«La localidad más rica en especies fue el sitio aledaño a la Laguna de Montebello con 44, seguido del sitio que rodea a la laguna Encantada con 38 y el cercano a la laguna Bosque Azul con 37, además del sitio que circunda la laguna Ensueño con 35. Las localidades con menor número de especies fueron laguna San Lorenzo, Cinco Lagos y Tziscao con 5, 6 y 4 especies, respectivamente» señalan Kong, Montota y García.

Los resultados indican que, las especies identificadas pertenecen a 38 géneros, 4 de la clase Ascomycetes y 34 de la clase Basidiomycetes. El género con mayor número de especies fue Russula con 16, seguido de Amanita con 11 y Lactarius con 7. Al menos 10 especies fueron registradas de la mitad de las localidades: Amanita novinupta, Craterellus ignicolor, Craterellus lutescens, Cantharellus minor, Coltricia cinnamomea, Craterellus fallax, Turbinellus floccosus, Hygrocybe miniata, Lactarius chrysorrheus y Suillus decipiens.

Sostienen que, debido a la naturaleza biológica de los hongos, un problema importante ha sido el reconocimiento de los individuos para estimar su abundancia y otros parámetros ecológicos. Se han realizado esfuerzos para proponer estrategias de análisis y muestreo en casos particulares de hongos, incluyendo los que forman ectomicorrizas.

Además, indican que, en México, la mayoría de los estudios ecológicos de hongos se han enfocado en conocer aspectos como la abundancia, biomasa, disponibilidad, diversidad, frecuencia, entre otros; sin embargo, en todos ellos la metodología empelada para estimar la abundancia de los individuos ha sido diferente y de igual forma la mayoría solo se enfocan en especies comestibles, útiles o de importancia biocultural y por lo tanto, se presenta un sesgo si se pretende evaluar los hongos que forman ectomicorrizas.

Solo pocas de las especies de hongos estudiados por las investigadoras son conocidas y consumidas en la región. Estas especies son preparadas de diferentes formas para su consumo: asados a las brasas, en caldo, mole, quesadillas, recado (el hongo se pone a hervir en suficiente agua, se adiciona saborizante, especias y epazote; con la finalidad de que adquiera una consistencia espesa y se le agrega masa de maíz) o fritos con huevo.

Para dichas especies, los habitantes de La Trinitaria de señalaron como lugar de crecimiento la tierra, es decir, que crecen sobre el suelo, a diferencia de otros hongos no ectomicorrizógenos, que pueden desarrollarse sobre palos (troncos), hojarasca o estiércol.

«Hay especies de hongos recolectados alrededor de las lagunas que están reportados en la literatura como comestibles, pero no son utilizados como tal por las personas entrevistadas, (…) es muy probable que el incrementar el número de personas entrevistadas y las localidades visitadas, podría generar registros de especies comestibles más completos, lo que se sugiere en estudios posteriores” destacan.

La información obtenida confirma que Cantharellus lateritius (chikintaj) es uno de los 2 hongos más importantes desde el punto de vista cultural, entonces se sugiere como una especie que debe incluirse en la lista de especies prioritarias para su conservación en el parque, ya que además es un hongo ectomicorrizógeno, lo que, junto con otros hongos de la lista obtenida, constituyen ejemplos de especies con importancia biocultural de los cuales debe priorizarse su conservación.

“Los hongos registrados en este trabajo tienen el potencial de ser utilizados para la reforestación, ya que se asocian con plantas existentes en los sitios, pero su aplicación práctica debe de ser antecedida por otros estudios relacionados con el aislamiento, caracterización fisiológica y elaboración de inoculantes para realizar ensayos de micorrización controlada en laboratorio, vivero y campo, entre otros, con el objeto de seleccionar aquellas especies que tengan potencial para promover la producción exitosa de plantas con fines de reforestación” finalizan Kong, Montoya y García.

Los hongos ectomicorrizógenos  tienen la propiedad de enriquecer la tierra en la que crecen, lo que fortalece las raíces de las plantas de su entorno, de ahí que la investigación plantee que puedan ser un punto clave para la reforestación. Cortesía: Instituto de Ecología A.C (INECOL)

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