Rambután, una opción viable para incrementar la biodiversidad de los agroecosistemas

La fruta es pequeña, de forma ovalada y muy dulce, con cierto parecido a la pulpa de la uva. Tiene un sabor fresco, jugoso y un poco ácido. Cortesía: Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.

*La agricultura mexicana y oportunidades para el cultivo de rambután México comprende una extensión territorial de 198 millones de hectáreas, de las cuales solo el 15 % se destina al sector agrícola, en el cual se desarrolla una alta diversidad de cultivos y métodos de hacer agricultura. Este se ha diversificado por la gran variedad de climas y suelos, como la diversidad de formas paisajísticas y culturas distintas, también por el incremento de la población.


*Investigación: La producción de rambután (Nephelium lappaceum L.) en Chiapas, México. Oportunidades para una producción agroecológica.

Humberto Osorio Espinoza, Ernesto Toledo Toledo, Francisco Javier Marroquín Agreda, investigadores de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH); y Ángel Leyva Galán, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas (INCA), realizaron un trabajo sobre la producción del Rambután, verificaron que este frutal es una opción viable para incrementar la biodiversidad de los agroecosistemas, con aportes socioeconómicos y como contribución alterna a los monocultivos como la palma africana.

Es así como, el establecimiento de este frutal como cultivo alimenticio, por su alto valor nutricional, podría estar dentro de las opciones como alimento regulador, dentro de los agroecosistemas. Constituye una alternativa de producción necesaria por su adaptabilidad ante los efectos, consecuencia del cambio climático.

Por ello, el cultivo de rambután se ha incorporado de manera paulatina en la diversidad de los agroecosistemas del Estado de Chiapas, con variedades locales productivas, por iniciativa de los agricultores, con resultados que visualizan buenas perspectivas, tanto para el comercio nacional como el internacional.

Los investigadores mencionan que, en Chiapas, según con el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) reporta un número cercano a las mil hectáreas establecidas. Otros autores mencionan que, hay una superficie de alrededor dos mil hectáreas; el presidente de la Asociación Agrícola de Productores de Rambután menciona que, hay aproximadamente 2 500 hectáreas en producción y otras 1 000 en etapas de crecimiento.

Este crecimiento ha ido en ascenso desde el año 2007, con un rendimiento promedio, según las condiciones climáticas predominantes durante el período reproductivo y un precio equivalente a 12.5 miles de pesos mexicanos por tonelada en el mercado interno. Tal comportamiento muestra que, el rambután constituye una opción productiva de gran provecho para los agricultores de fruta fresca.

Asimismo, los precios de rambután hasta el año 2016 en el mercado informal local oscilaron entre 12 y 15 mil pesos mexicanos por tonelada de frutos frescos, cifra que incrementó en 2017, debido a condiciones climáticas adversas al cultivo, ocasionadas por lluvias inoportunas, que han provocado la caída de flores y frutos, por lo tanto, menores volúmenes de producción.

Osorio, Toledo, Marroquín y Leyva, explicaron que la agroecología es la encargada del estudio de los agroecosistemas, la interrelación entre factores bióticos y abióticos existentes en un lugar. El agroecosistema, es la base donde se aplica la agroecología como ciencia y en el cual se intercambia materia y energía.

Por lo anterior, cuenta de manera potencial con una alta diversidad de organismos vivientes de utilidad a los agroecosistemas. Estos son manejados por el hombre, por cuanto repercute en un mejor equilibrio ecológico, a favor de la conservación del ambiente.

Los principios básicos de la agroecología incluyen el reciclaje de nutrientes y energía, la sustitución de insumos externos; el mejoramiento de la materia orgánica y la actividad biológica del suelo; la diversificación de las especies de plantas y los recursos genéticos de los agroecosistemas en tiempo y espacio; la integración de los cultivos con la ganadería y la optimización de las interacciones y la productividad del sistema agrícola en su totalidad, en lugar de los rendimientos aislados de las distintas especies.

Por otro lado, la sustentabilidad y la resiliencia se logran por medio de la diversidad y la complejidad de los sistemas agrícolas a través de policultivos, rotaciones, sistemas agroforestales, uso de semillas nativas y de razas locales de ganado, control natural de plagas, uso de composta y abono verde, así como un aumento de la materia orgánica del suelo, lo que contribuye a mejorar la actividad biológica y la capacidad de retención de agua.

Respecto a la eficiencia agroecológica del intercalamiento de cultivos, los investigadores primero definieron los policultivos, cultivos mixtos o cultivos asociados, como sistemas de cultivos múltiples, donde dos o más cultivos crecen juntos en la misma superficie de tierra durante parte o todo su ciclo.

El Rambután es un árbol tropical, originario del sudeste asiático, se da en climas cálidos y ofrece una fruta exótica del mismo nombre. Cortesía: Gtercero.

Las asociaciones de cultivos están caracterizadas por la competencia interespecífica, su principio ecológico plantea la imposibilidad de que dos especies puedan crecer de forma simultánea en el mismo espacio agrícola sin competencia; sin embargo, determinadas plantas facilitan condiciones para que otras puedan crecer en el espacio agrícola, sin afectar al cultivo principal y lograr una producción adicional, pero la facilitación depende del tiempo que proporciona el cultivo principal para ocupar su espacio.

Otro punto de importancia que, es la eficiencia agroecológica de las coberturas, los investigadores mencionan que, un cultivo de cobertura es definido como una cubierta vegetal que protege el suelo, es temporal o permanente, se asocia con otros cultivos o plantas. Estas coberturas pueden ser vivas o muertas, lo que brinda la posibilidad, de su traslado desde un lugar a otro.

Por lo que, el uso de los cultivos de cobertura es una técnica agroecológica versátil y adaptable, que puede sustituir a los insumos externos, tales como herbicidas y fertilizantes. Son importantes en las regiones tropicales con lluvias fuertes, mejoran la absorción del agua, de igual forma en la conservación del suelo por cuanto reducen el impacto de las gotas de agua al caer; la escorrentía; la lixiviación de nutrientes y la erosión del suelo.

También controlan la presencia de maleza y disminuyen la diseminación de numerosos patógenos. Las temperaturas de suelo pueden disminuir por el efecto de las coberturas, las plagas de insectos son menos abundantes en policultivos que en monocultivos debido al aumento de parasitoides y depredadores como controles naturales de las poblaciones de plagas de insectos.

Osorio, Toledo, Marroquín y Leyva, después de un análisis realizado sobre el uso de las coberturas sobre las principales propiedades del suelo indicaron que, resultan muy beneficiosas para la sostenibilidad del sistema productivo, sobre todo en cultivos perennes como los frutales o forestales, un ejemplo de esto es el plátano que pueden perdurar por varios años tras varias cosechas.

Cabe mencionar que, la utilización de cultivos de coberturas en cultivos perennes constituye una práctica muy antigua en la agricultura. Su empleo hasta los años 50 del siglo XX, antes de la introducción de los agroquímicos, estaba muy difundido en los sistemas de producción agrícola. Se ha considerado el uso de cultivos de cobertura en plantaciones de coco, goma y sisal, en los cuales proporcionan un método de control de maleza que ahorra mano de obra, reducen la erosión del suelo y proveen nutrientes al suelo.

Por lo expuesto, sus beneficios no son sólo económicos, también medioambientales, al incrementar la diversidad biótica con regulación de la maleza, sin utilizar medios que pueden afectar la calidad de los recursos naturales, como los productos químicos, a la vez que podrían, contaminar los acuíferos y los cultivos alimenticios.

Desde un punto de vista sociocultural, logra instruir a los actores en la conservación de la biomasa como parte de la riqueza del agroecosistema, cuya descomposición beneficia a los cultivos sucesores. Enseña a comprender que, el uso del fuego para su destrucción constituye una opción inadecuada, en una perspectiva agroecológica.

Por tanto, las coberturas vivas y muertas constituyen alternativas de manejo agroecológico de utilización, sobre todo en los cultivos perennes, siempre que conozcan la inexistencia de efectos alelopáticos negativos entre las plantas receptoras y las donantes.

El rambután se encuentra dentro de las frutas más exóticas del mundo, y los expertos la denominan “superfruta”, por los grandes beneficios que ofrece. Cortesía: Gustavo Reyes.

Los investigadores realizaron un diagnostico a los actores locales de Comaltitlán, lograron visualizar que sólo dos agricultores lo cultivan en esta localidad, además, argumentaron carecer de conocimientos técnicos necesarios para establecer plantaciones comerciales, con perspectivas superiores a las que ya poseen. Por esas razones, perciben la posibilidad de capacitar y contribuir al logro de nuevas plantaciones sobre bases agroecológicas.

Es importante mencionar que, la tendencia al incremento en superficies ocupadas por este cultivo ocurrió hasta el año 2012. Los indicadores de producción, rendimientos y precios hasta 2016 han sido positivos, sin embargo, los costos de producción cuando se utilizan los principios de la agricultura de altos insumos pueden alcanzar desde el establecimiento en campo hasta la primera cosecha, un gasto total de alrededor de 8 mil dólares.

Adicional a lo anterior, el productor incrementa sus gastos con el uso de agroquímicos diversos y la población consume un producto que este muy posible contaminado. Por ello, aconsejan evaluar alternativas agroecológicas más armónicas con el medioambiente y disminuyan los costos de producción, a favor de la economía del agricultor.

El intercalamiento de cultivos de ciclo corto puede ser una alternativa eficiente para disminuir los costos del establecimiento de este cultivo. Resultados preliminares indicaron que la siembra de cultivos de ciclo corto durante los tres primeros años y a razón de dos cultivos por año pueden disminuir hasta un 20 % los gastos totales, solo por la utilización de esta alternativa.

Osorio, Toledo, Marroquín y Leyva, menciona que en la región Soconusco, el rambután es un cultivo frutícola de importancia económica, surge como una alternativa de reconversión y diversificación productiva más rentable y atractiva, sobre los cultivos tradicionales de cacao y café. Para un amplio sector de la población rural, éste cultivo es desconocido, en parte, limita su extensión entre los productores.

Sin embargo, los resultados del diagnóstico realizados por los autores de este trabajo mostraron los siguientes resultados, en Comaltitlán este cultivo sólo representa el 0,003 % del total de la superficie cultivable, con tres hectáreas establecidas en producción. Según indican los dos únicos agricultores existentes en la zona, este cultivo ha sido una innovación en sus fincas, puesto que es una fruta muy atractiva por su sabor y sus propiedades organolépticas.

Asimismo, los resultados del análisis socioeconómico y medioambiental de los indicadores con sus variables toman un valor de índice de aceptación del cultivo. A pesar de existir estas condiciones objetivas, el desconocimiento de las técnicas agronómicas es el indicador limitante de la sostenibilidad razón que aconseja su fortalecimiento.

En la actualidad, la producción se destina al mercado local. Las ventas del 70 % del total se hacen desde la propia vivienda del productor al consumidor, a razón de 15 pesos por kilogramo de frutos en toda la temporada de cosecha. El 30 % de la producción se comercializa a través del mercado mayorista a un precio de 10 pesos el kilogramo.

La cosecha se realiza de forma manual, dado que la madurez fisiológica en las primeras cosechas no se produce de forma homogénea, por lo que posibilita realizar cosechas cada dos o tres días. Después de tres años de estar cosechando el rambután, los actores califican a este cultivo muy bondadoso, contribuye de manera significativa los ingresos económicos de sus hogares.

Además, no existe ningún limitante legal que impida la comercialización internacional, salvo las que emanan los compradores internacionales, exigen los estándares establecidos por el Codex Norm for Rambután 246-2005, indica un color rojo uniforme, libre de lesiones, peso de frutos mayor a 30 gramos y sólidos solubles totales de 16 a 18 porc iento.

Los rambutanes son frutos que pueden adquirirse durante todo el año. Es conveniente descartar aquellos que tengan moho o estén dañados. Cortesía: Public domain pictures.

Por otro lado, con la encuesta realizada por los investigadores, los productores de rambután de la región Soconusco, poseen en promedio más de 50 años y más de 10 en el cultivo como actividad principal, representa el 60 % de su economía. Más del 70 % de ellos, dedican todas sus energías a este cultivo, que representa el 90 % de la superficie total, las que en promedio alcanzaron 10 hectáreas por productor.

Es así como, la importancia de este cultivo alcanza rendimientos que sobrepasan las 11 toneladas por hectárea, de las cuales el 70 % es de primera calidad, aun cuando el 60 % de los productores desconocen el manejo adecuado del cultivo y el 80 por ciento trabajan la agricultura con los conocimientos ancestrales.

Sólo un 25 % ha recibido capacitación; un proceso interactivo entre las personas a veces informal que genera conocimientos, favorables al productor en función de intereses personales. Ahí está presente la educación popular, que ha cobrado fuerza indiscutible en la actualidad.

Osorio, Toledo, Marroquín y Leyva añaden que, sobre la tecnología de producción predominante en el cultivo, percibieron que las actividades de máxima prioridad para el productor lo constituyen siete labores de manejo. La nutrición de las plantas, el riego, el manejo de maleza, las podas y las actividades relacionadas con la cosecha, como las más significativas. El conocimiento técnico acerca de estas labores fitotécnicas resulta vital para el éxito productivo.

Sin embargo, es la agroecología la ciencia encargada de promover las alternativas tecnológicas de mayor provecho para el productor, fundamentada en la utilización de herramientas para la protección de tres dimensiones de la sostenibilidad, de ser retomadas por los actores, puede contribuir a mejorar el panorama incierto sobre los actores más vulnerables al ser arrastrado a la agricultura de altos insumos.

También, las actividades básicas la desarrollan a través de la tecnología de altos insumos; es decir, manejo de plagas, maleza, nutrición y suministro de agua. Pero, las podas y los criterios acerca de los momentos óptimos para realizar las cosechas se realizan siguiendo variables del conocimiento ancestral que parecen ser eficientes.

Los investigadores, apreciaron que los aspectos que tienen que ver con la organización interna y su funcionamiento, resaltan como actividades deficientes. Esta caracterización es en todos los asentamientos rurales de la mayoría de los países de Latinoamérica, la ausencia de hábitos hacia los registros de gastos y la falta de orientación dirigida a esos objetivos es imprescindible para evaluar la sostenibilidad de los agroecosistemas.

Acerca de los resultados de las encuestas, en general mostraron que producir rambután en Comaltitlán es una oportunidad sin riesgos, que merece ser asumido como un rubro productivo – comercial.

Además, el elevado incremento de las siembras de palma africana en los últimos 10 años, según investigaciones, ha limitado la producción de frutas, además de la disminución de los cultivos tradicionales como cafeto, cacao y mango que han perdido mercado por sus bajos precios, facilitando las condiciones para incrementar las superficies del cultivo de rambután, en aras de elevar el nivel de vida local, sin provocar afectaciones al equilibrio ecológico.

En otro contexto, el cultivo de rambután es una fruta de exportación, para Japón, Estados Unidos, Canadá, Centroamérica y Unión Europea. Pero, los problemas principales para su implementación, ha sido el desconocimiento acerca de su manejo, el miedo a los riesgos de la producción y la falta de información sobre estándares de calidad.

Por último, desde el punto de vista de las desventajas expresadas en amenaza y debilidades, para los productores de rambután parecen estar relacionados con los costos de producción. La dispersión de la llamada plaga del piojo harinoso y los efectos y consecuencias de cambio climático.

Para el primero están las alternativas agroecológicas, como opción capaz de contrarrestar esa debilidad, para el segundo existen alternativas agroecológicas de manejo no contaminantes que deberán estudiar para la sustitución de agroquímicos entre otras alternativas agrotécnicas como los policultivos. El manejo del agua en el cultivo, puede ser una opción para la incorporación de resiliencia a los sistemas productivos, entre los cuales el movimiento productivo por el rambután debe estar incluido.

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