A través de nanopartículas de proteínas buscan atacar al parásito del chagas

Diseñan nanopartículas para infectar al parásito que causa la enfermedad de Chagas. Cortesía: UNAM.

*Investigadores del Instituto de Química (IQ) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) con una moderna técnica de nanomedicina, producen nanopartículas hechas de proteína, las encapsulan y acarrean ácidos nucleicos hacia el parásito responsable de la enfermedad de Chagas, para causar efectos nocivos en él y combatirlo.


Armando Hernández García, investigador del laboratorio de Ingeniería Biomolecular y Bionanotecnología de la IQ, produce y prueba nanopartículas de proteína para ensayarlas a futuro dentro de organismos humanos afectados por el parásito del Chagas.

Esta tecnología se basa en el desarrollo de nanopartículas hechas de proteína que encapsulan ácidos nucleicos antisentido con un efecto nocivo al entrar al parásito Trypanosoma cruzi, causante de la enfermedad de Chagas, afirmó Hernández García.

Hernández García dijo que estas nanopartículas de proteína y ácido nucleico ofrecen ciertas ventajas como mayor posibilidad de reconocimiento por el parásito para que las consuma o las ingrese a su interior.

El investigador explicó que, cuando el parásito circule en el cuerpo humano, las nanopartículas se introducirán al microorganismo para dañarlo, sin afectar al paciente.

Reportó en los primeros datos de la investigación que, las nanopartículas de proteínas con ácidos nucleicos han sido probadas en ratones, en los que observó baja respuesta inmune y posibles efectos del proceso.

Encontramos que las nanoproteínas no son tóxicas y que el sistema inmune de los animales no las neutralizó, precisó el científico.

El investigador diseñó las nanoproteínas mediante ingeniería genética y son biosintéticas, pues se producen en la levadura Pichia pastoris, la cual ha sido modificada de manera genética.

Insertó un gen que codifica la proteína de interés, asimismo, creció esta cepa de levadura recombinante con dicho gen y la produjo en medios de cultivo baratos a base de metanol y glicerol.

Hernández García explicó que, al crecer la levadura, produce la proteína y la secreta al medio donde crece en matraces y se purifica.

Por otro lado, dijo que la proteína de diseño funciona como un vector o acarreador de ácidos nucleicos, que son los que tienen efecto en el parásito.

Mencionó que usaron ADN (Ácido desoxirribonucleico) antisentido, también llamado oligonucleótido antisentido, que reconoce al ARN (Ácido ribonucleico) mensajero dentro de la célula, pues se une a él y lo bloquea.

Explicó que los ARN mensajeros son los intermediarios entre el genoma y la proteína.

Además, la célula los utiliza para producir proteínas, las cuales van a realizar todas sus funciones vitales.

Los oligonucleótidos antisentido van dirigidos a ARN mensajeros en particular, con el fin de eliminar o inhibir la producción de una proteína, añadió Hernández.

Asimismo, mencionó que esa proteína es importante para que el parásito se infecte, con este atacan y limitan la producción del parásito.

La idea es que estas nanopartículas se inyecten al ser humano que esté infectado con el parásito causante de la enfermedad de Chagas, reconozcan al parásito, entren a él y liberen nanopartículas de proteína con oligonucléotidos antisentido, los cuales reconocerían ARN mensajero y lo bloquearían para que ya no se produzca, dañando así al parásito. Es una terapia genética, detalló el investigador.

Armando Hernández García, investigador del Instituto de Química. Cortesía: UNAM.

Hernández García añadió que, aunque los oligonucleótidos antisentido son utilizados por los científicos para atacar otras enfermedades como cáncer.

Sin embargo, dijo que el problema es acarrearlos hasta el parásito, pues en el cuerpo humano se degradan de forma fácil.

Se necesitan encapsular, y ahí es donde entra la nanotecnología que les da protección. Estamos trabajando en nanopartículas que reconozcan y entren principalmente al parásito, para que sea una terapia dirigida, señaló el investigador.

Hernández García calcula que en los próximos dos años habrá avances para probar esta nanotecnología en modelos in vivo más cercanos a los humanos.

Por último, en este estudio colabora Bertha Josefina Espinosa Gutiérrez, investigadora de la Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm); los alumnos David Moreno Gutiérrez, Oscar de Jesús Vargas Dorantes, y Rosa Cárdenas Guerra.

Chagas en Chiapas

Recomiendan controlar las chinches al interior de las casas mediante el mejoramiento de la vivienda, educación para la salud y empleo de insecticidas. Foto: Archivo.

Margarita Cabrera Bravo, coordinadora de Ciencias Básicas de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), informó que en 110 años desde el descubrimiento de la enfermedad de chagas, en México más de 1 millón de personas la padecen.

Cabrera Bravo detalló que este padecimiento ocurre en 21 países de América Latina, con mayor frecuencia en Argentina, Brasil y México.

En México, más de un millón de personas padecen la enfermedad. Es una afección silenciosa y desatendida, ligada a la pobreza y a las viviendas sin piso firme.

La investigadora comentó que se han detectado casos en Veracruz, Oaxaca, Chiapas, Yucatán, Morelos y el Estado de México.

En el mundo hay entre seis y siete millones de personas infectadas, 100 millones están en riesgo y por su causa ocurren 12 mil muertes al año.

La enfermedad de Chagas

La infección por Trypanosoma cruzi se puede curar si el tratamiento se administra al poco tiempo de producirse la infección. Cortesía: OMS.

También llamada tripanosomiasis americana, es una enfermedad que puede ser mortal, es causada por el parásito protozoo Trypanosoma cruzi, menciona la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Calculan que en el mundo hay entre 6 y 7 millones de personas infectadas.

La enfermedad se encuentra sobre todo en zonas endémicas de 21 países de América Latina, donde se transmite a los seres humanos por las heces o la orina de insectos triatominos conocidos como vinchucas o chinches, o según la zona geográfica.

Dicha enfermedad tiene dos fases, la primera es la aguda dura alrededor dos meses después de contraerse la infección, durante esta circulan por el torrente sanguíneo una gran cantidad de parásitos, pero en la mayoría de los casos no hay síntomas o son leves y no específicos.

En menos del 50% de las personas picadas por un triatomino, un signo inicial característico puede ser una lesión cutánea o una hinchazón amoratada de un párpado, además, esas personas pueden presentar fiebre, dolor de cabeza, agrandamiento de ganglios linfáticos, palidez, dolores musculares, dificultad para respirar, hinchazón y dolor abdominal o torácico.

Durante la fase crónica, los parásitos permanecen ocultos en el músculo cardíaco y digestivo.

Un 30% de los pacientes sufren trastornos cardíacos y hasta un 10% presentan alteraciones digestivas, neurológicas o mixtas.

Con el paso de los años, la infección puede causar muerte súbita por arritmias o insuficiencia cardíacas progresiva como consecuencia de la destrucción del músculo cardíaco y sus inervaciones.

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