Cambio climático ha modificado conocimiento ancestral y amenaza a la sustentabilidad de pueblos indígenas de la cuenca del Jovel

Cuenca de Jovel, Chiapas – Foto: Comité de Cuenca del Valle de Jovel

*Los países que producen menos cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero, serán los más afectados, debido a sus medios de sustento menos seguros, su mayor vulnerabilidad al hambre y a la pobreza y a sus condiciones de salud deterioradas, explicó el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Por Redacción Alma Martínez

Denise Soares, investigadora del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) con Antonino García, investigador de la Universidad Autónoma de Chapingo (UACH), realizaron un estudio denominado “Percepciones campesinas indígenas acerca del cambio climático en la cuenca de Jovel, Chiapas, México”, en el que recuperaron opiniones sobre la variación en la periodicidad e intensidad de las heladas, lluvias y granizadas.

Dicho estudio fue desarrollado mediante entrevistas a 18 campesinos en 13 comunidades y cuatro municipios: San Cristóbal de las Casas, San Juan Chamula, Huixtán y Tenejapa. Se buscaron sus percepciones, conocimientos y estrategias con el fin darles un lugar en los procesos de respuesta ante el impacto del cambio climático.

Soares y García detallaron que los campesinos indígenas de la cuenca de Jovel, viven en extrema pobreza, siembran para su consumo y venta maíz, frijol, hortalizas, flores y frutas. Sin embargo, las manifestaciones locales del cambio climático han vulnerado sus estrategias productivas y puesto en tela de juicio sus conocimientos sobre la estacionalidad del clima.

Las personas entrevistas ubicaron el periodo de heladas entre los meses de diciembre y febrero como una normalidad. En cambio, en los últimos años observaron su presencia a finales de abril y principios de mayo.

¿Quién va a saber los momentos que van sucediendo las heladas? Nadie sabe. No existe estabilidad, las fechas de siembra ya no son confiables, porque ya se siembra a menos fecha o adelantada, indicó un entrevistado.

El cambio en la periodicidad e intensidad de las heladas, lluvias y granizadas afectó el crecimiento inicial de la milpa y otros cultivos como la papa, calabaza, rábano y cilantro. Esta situación vulneró la seguridad alimentaria y debilitó la economía familiar.

Lo más fuerte que ha pasado es la helada, porque acaba todo lo que se ha sembrado. Y no se puede hacer nada, la gente solo queda triste en ver que sus cultivos se acabaron, sólo eso, porque quedan algunas deudas, declaró un entrevistado.

Para los campesinos estos cambios representaron un desafío, para algunos atribuidos a una fuerza divina que castigó en virtud de sus malos comportamientos sociales y por el que los ancianos de la comunidad quemaron velas y pidieron clemencia.

Las actividades económicas que se mantienen son el cultivo de maíz, hortalizas, pastoreo ovino, comercio de frutas y leña – Foto: Comité de Cuenca del Valle de Jovel

Soares y García destacaron que el cambio climático es causado por el modelo de producción, acumulación y consumo vigente, que no ha generado una fórmula para contrarrestar los efectos ambientales adversos y que vulnera los tiempos de recuperación de la naturaleza, provocando severos desequilibrios.

Es irónico pensar que este grupo social, que muy poco o nada contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero que interfieren en la conformación del cambio climático, sea justamente uno de los más impactados por dicho fenómeno, dijeron Soares y García.

De acuerdo con la organización Conservation International, en Chiapas han sido documentados una serie de disturbios hidrometeorológicos (lluvias, heladas y granizadas), así como el incremento en los periodos de sequías, con consecuencias desastrosas en el ámbito económico y social.

Las opiniones de los actores sociales locales, sean campesinos/as, indígenas o habitantes de periferias urbanas deben ser escuchadas – Foto: Comité de Cuenca del Valle de Jovel

Organizaciones campesinas, representadas por ejidatarios, comuneros y pequeños productores plantearon que la orientación de la política agrícola gubernamental ha favorecido, desde hace décadas, la producción a gran escala, basada en el uso agotador del suelo, la aplicación generosa de fertilizantes y pesticidas y la ganadería intensiva.

La Intermediate Technology Development Group (ITDG) consideró que las poblaciones locales y vulnerables no son tomadas en cuenta en el debate sobre el cambio climático, de manera que toda la experiencia y conocimiento acumulados por generaciones no son incorporados en el diseño de políticas y programas.

Soares y García concluyeron en que es necesario la creación de una política eficaz de cambio climático, que se oriente hacia la superación de restricciones económicas, sociales y culturales.

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