Comunidad académica propone estufas ecológicas para combatir la decadencia en la vida de mujeres que utilizan fogones

El proyecto fue seleccionado para recibir el Reconocimiento a las Mejores Prácticas Universitarias en la Promoción de Ciudadanía por parte del Centro Mexicano para la Filantropía A.C. Cortesía: Neín Farrera

*El investigador dijo que, en las comunidades las mujeres viven 10 años menos que el promedio, un tema de equidad de género, problemas en relación con las estufas y fogones tradicionales que se utilizan.


Neín Farrera Vázquez, director del Centro de Investigación, Innovación y Desarrollo Tecnológico (CIIDETEC) de la Universidad del Valle de México (UVM) Campus Tuxtla Gutiérrez, encabezó un grupo de investigadores, estudiantes y miembros de comunidades rurales para desarrollar una estufa ecológica para evitar enfermedades respiratorias.

Farrera Vázquez mencionó que, visitaron varias comunidades de Cintalapa de Figueroa, Zinacantán y Larrainzar para un proyecto de desarrollo sustentable, uno de los principales problemas que encontraron fueron las enfermedades respiratorias provocadas por el uso de la leña al cocinar con fogones abiertos tradicionales.

A esto se suma el uso excesivo de leña y la deforestación, entre los datos que encontraron es que, 500 mil familias de comunidades, rancherías y fincas de Chiapas cocinan con esta materia prima, por ello, desde hace más de 10 años buscan alternativas para desarrollar estufas ecológicas que extraen el humo hacia el exterior.

El investigador compartió que, los beneficios asociados que tienen estas estufas es la disminución del tiempo que usan las personas para cortar la leña y acarrearla, una actividad donde no solo participa el hombre el de la casa, también lo hacen las mujeres, niñas y niños.

Se disminuye porque usan un 70% menos de leña, de 10 árboles que se talaban aquí solo se usan 3, promovimos la reforestación con árboles que se usan para cocinar -como energía-, y así tuvieran siempre de manera sustentable reforestada sus áreas naturales cercanas, comentó el investigador.

Indicó que así, la niñez y señoras de estas regiones pueden realizar otras actividades propias, además, una de las características de la estufa es que está aislada de manera térmica, el calor se concentra en el comal y la chimenea, y el resto se encuentra a temperatura ambiente para evitar casos de quemaduras.

El director del CIIDETEC dijo que, después de la última carga de leña, la estufa permanece caliente para seguir cocinando durante las siguientes 4 horas, asimismo, han desarrollado 25 aditamentos para esta.

La idea es que, cada aditamento se integre en base a las necesidades de cada región, la gente y del financiamiento, así las estufas ayudarán con la calefacción de lugares fríos, para calentar agua, como un secador integrado para alimentos o leña, que produzcan energía eléctrica, tengan un sistema de refrigeración, y un horno.

Hay diferentes versiones, la estufa que más hemos implementado – alrededor de 3 mil- es la básica, es nada más para cocinar con su comal y chimenea, la idea de los aditamentos es que se integren conforme a las necesidades, expuso el director del CIIDETEC.

Farrera Vázquez enfatizó que, la mayoría de los materiales con los que esta hecho la estufa son locales, usan una estructura de madera que soporta todos los componentes externos, pero de manera interna emplean ladrillo, petatillo y una fibra de cerámica o piedra volcánica que son térmicas, estos no dejan pasar el calor hacia el exterior, acerca del comal y la chimenea, dijo que son metálicos y se fabrican en talleres.

Cabe señalar que, los diseños son públicos se encuentran en tesis de licenciatura, maestría y doctorado de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (UNICACH), UVM, Universidad Autónoma de Chipas (UNACH) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

De forma independiente, tiene la idea de enseñar a las personas a construirla y hacer diferentes versiones con los materiales que tengan en la región, lo único que comprarían es el comal y la chimenea, un gasto cerca de 800 pesos, y montar la versión industrial de la estufa ronda entre los 3000 pesos.

El investigador compartió que, el año pasado fue a varias comunidades de Cintalapa, se sorprendió al ver que varias de las estufas tienen 10 años y con un uso rudo de 10 a 12 horas, y se encuentran funcionando.

Normalmente las estufas o fogones que se hacen de otros materiales se quiebran, otras estufas ecológicas duran por mucho 5 años. La gente muy contenta porque ha sido positivo, uno desarrolla estas tecnologías, pero no se sabe si serán aceptadas por la gente o si será funcional en el tiempo, mencionó el investigador.

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Añadió que en los primeros 15 minutos, la temperatura del comal llega a los 400 grados, al compararla con otras cocinando frijol, se dieron cuenta que la cocción se logra en el mismo tiempo, esto convence a las personas que no hace falta que este a fuego directo.

Las asociaciones civiles con las que han trabajado, les dijeron que es una de las mejores estufas que han visto, aunque reconoció que las primeras quizás no fueron excelentes, pero con el paso del tiempo las mejoraron.

Han presentado estos prototipos en Querétaro, al Consejo de Ciencia y Tecnología de Oaxaca, con personas del medio científico y en Morelia, pues la idea es que la gente conozca esta tecnología y salvar vidas por la intoxicación de dióxido y monóxido de carbono.

Secador de mango Ataúlfo. Cortesía: Neín Farrera

Para quienes se interesen en adquirir una estufa ecológica pueden hacerlo a través del canal de YouTube: Renueva tu Energía con Neín Farrera, o en Facebook en: Neín Farrera y Renueva tu Energía con Neín Farrera, la otra opción es que los contacten a la UVM.

Pueden hacer una solicitud para que colaboremos si son comunidades marginadas, estamos buscando hacer proyectos con agencias internacionales o gobiernos que puedan financiar esta tecnología y donarlas a la gente pobre y no les cueste, puntualizó el investigador.

Otros de los proyectos que han desarrollado son deshidratadores para productos agropecuarios como mango, café y plátano, así le da dan valor agregado y los productores del campo pueden tener mayor ganancia.

Por ejemplo, 100 gramos de mango deshidratado y empaquetado tienen un valor de 250 pesos, si se vende sin este proceso el productor lo vende en 5 pesos, ahí hay una gran oportunidad para que no pierda su producto, hemos hecho varias versiones. Desarrollamos biodigestores para producir gas con estiércol, se puede usar para cocinar o generar energía eléctrica, son proyectos de energías renovables, finalizó el investigador.

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