Para ellos, como que se haya hecho una ley para matarnos entre nosotros: desplazados de Carranza

Miles de afectados por el desplazamiento forzado en Chiapas. Foto: Ángeles Mariscal/ChiapasPARALELO

Miles de afectados por el desplazamiento forzado en Chiapas. Foto: Ángeles Mariscal/ChiapasPARALELO

 

El 5 de mayo de 2013, unas 200 personas del municipio Venustiano Carranza tuvieron que salir de sus hogares. Fueron expulsados  por integrantes de la Organización Campesina Emiliano Zapata-Casa del Pueblo (OCEZ-CP),  quienes controlan los Bienes Comunales de ese municipio.

La expulsión de los comuneros tsotsiles no ha sido la primera ni la más pacífica. Durante la expulsión perdieron sus casas, muebles, sus ganado, su maíz y a dos de sus familiares.

La historia de los comuneros de Carranza se ha forjado con sangre. Cada familia, cada grupo, cada escisión de la OCEZ cuenta a sus propios muertos, que ya suman decenas.

Los abuelos pueden contar que de jóvenes fueron peones acasillados al servicio de los caciques de la zona, concentrados en solo dos familias: los Orantes y los Ruiz. Luego vino la lucha por su liberación, por la conquista de sus tierras ahora convertida en Bienes Comunales.

Eso no les trajo la paz ni la prosperidad, porque siguieron sometidos a las prebendas y los intereses de los caciques políticos, para quien cada campesino significa un voto, una cuota de poder.

Para ellos como que se haya hecho una ley para matarnos entre nosotros”, resumen Alfredo López Nuñez y Natividad Vázquez Vázquez, representantes del grupo expulsado.

Hoy, casi dos años después de convertirse en desplazados, viven en el abandono gubernamental. Sin medios para subsistir, hasta conseguir el agua es un triunfo.

 

Tras el desplazamiento, el abandono

“Cuando se dio el enfrentamiento –el 5 de mayo de 2013- el gobierno nos dijo que nos saliéramos, que iba a solucionar todo. Cinco meses nos tuvo viviendo en albergues de Tuxtla y luego nos fue a botar en una tierra árida, ahí en Trinidad Oquil”, explican los comuneros.

Detallan que bajo el compromiso de ya no intentar el retorno a sus casas y tierras, el gobierno les dotó de apoyo alimenticio. Ahora, señalan, ya ni agua les quiere dar.

“Dónde estamos no se puede hacer pozos, estamos completamente abandonados, Vivimos en galeras, las escuelas de nuestros hijos son galeras. No hay caminos, no hay nada”.

Una comisión de comuneros llegó a la capital de Chiapas a reclamar por el abandono, y a exigir que el gobierno a cargo de Manuel Velasco cumpla las munictas de acuerdo firmadas con ellos, la más recuente fue la del 3 de febrero de este año, firmada por

Juan Pablo Montes de Oca, delgado de gobierno.

“Hay manos negras de gobierno y partidos políticos entre ellos el PRD, que no quieren se solucione nuestra situación. Están metidos el perredista Corazón Gómez Consuegra y el Presidente del Tribunal de Justicia, Rutilio Escandón”, quien tienen tierras en esa región.

Los comuneros lamentaron que la descomposición social no sólo los afecta a ellos, sino a toda la región. “Hablan de que hay estabilidad, pero en Carranza a toda hora hay secuestros, asesinatos, robos”. Y ante ello, la indolencia o complicidad gubernamental.

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