Trabajadoras del hogar aún sin alcanzar derechos laborales pese a ratificación del Convenio 189

La globalización de las economías ha conllevado la feminización de la pobreza siendo el trabajo doméstico remunerado un ejemplo de ello. Cortesía: Movimiento Ciudadano.

*¿Cuándo las trabajadoras domésticas podrán hacer valer sus derechos laborales? Se cuestionaron organizaciones. 


En 2019, en el contexto de la ratificación del Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se modificó la Ley Federal del trabajo y la Ley del Seguro Social. Por ello, se eliminó la posibilidad legal de que las trabajadoras del hogar laboraran hasta 12 horas seguidas, así mismo, se reconoció su derecho al descanso semanal, vacaciones y aguinaldo. Pero, la meta no se ha logrado, indicó Contexto. Centro de Innovación y Gestión Social A. C.

Ni siquiera 3 de cada 100 trabajadoras y trabajadores del hogar tiene actualmente seguro social. Se ha argumentado que la meta es complicada tanto en términos económicos como por el marco normativo vigente, agregó la Asociación.

Dicho esto, México es uno de los 35 países que ha ratificado el Convenio 189 de la OIT, lo hizo en 2020. Antes y después, ha hecho diversas adecuaciones para que la normatividad nacional pueda ser compatible con lo indicado por el Convenio, este señala que se deberán:

Adoptar medidas apropiadas a fin de asegurar que los trabajadores domésticos disfruten de condiciones no menos favorables que las condiciones aplicables a los trabajadores en general con respecto a la protección de la seguridad social, inclusive en lo relativo a la maternidad.

La historia de las modificaciones en la normatividad mexicana viene desde antes de la ratificación del Convenio. En ese sentido, las instituciones han hecho adecuaciones, más por la fuerza que por iniciativa, afirmó Contexto.

Aprueba IMSS, Programa Piloto de Incorporación a personas trabajadoras del hogar. Cortesía: IMSS

En 2016, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declaró inconstitucionales diversos artículos de la Ley del Seguro Social, pues estos excluían a las trabajadoras del hogar del régimen obligatorio del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Posterior a ello, se ajustó la Ley del IMSS, por lo que comenzó una prueba piloto para la incorporación de personas trabajadoras del hogar al régimen obligatorio del seguro social. En ese momento, señaló que el objetivo era conseguir, en no más de tres años, la seguridad social para la totalidad de las personas trabajadoras del hogar.

Como si fuera poco y a pesar de ser un tema mundial, en el país las desventajas para las mujeres se ahondan. En el mundo el 72.2 % de las personas trabajadoras del hogar son mujeres, en México son el 91%; casi el 98 por ciento son informales.

Esa situación de vulnerabilidad, provocó que las mujeres trabajadoras del hogar fueran uno de los sectores más golpeados desde lo social y económico por la pandemia de Covid-19. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), cerca de 800 mil mujeres fueron despedidas en julio de 2020.

Si bien en el país ya se registran en general niveles de empleo similares al momento previo a la pandemia, a la fecha, las trabajadoras domésticas no han podido recuperar ni mantener los niveles de empleo, expuso la Asociación Civil.

Hicieron recomendaciones para varios sectores económicos, entre ellos el trabajo en el hogar, comercio, servicios, para el autoempleo y el emprendimiento. Cortesía: OIM México

Más de 260 mil mujeres siguen sin recuperar su trabajo. Por ello, Contexto se cuestionó ¿Por qué las trabajadoras del hogar no han recuperado los niveles de empleo?, entre las respuestas se encuentran elementos propios a su vulnerabilidad: los hogares que las contratan no han podido recuperar el nivel adquisitivo previo a la pandemia, por lo cual no tienen los recursos para contratarlas.

Otra razón, es que las mujeres al interior de sus familias se han dedicado a los cuidados de las personas vulnerables en sus familias y no pueden regresar a trabajar porque la dinámica pre pandemia ha modificado sus propias condiciones, incrementando sus cargas y responsabilidades.

Cabe mencionar que desde un enfoque tradicional, el trabajo doméstico ha sido una de las principales fuentes de empleo para las mujeres. Pero, existen contextos de vulnerabilidad para las trabajadoras: se trata de un trabajo informal, además por falta de regulaciones y protección institucional, una fuente de abusos, dijo Contexto.

Aunque parezca increíble, señalaron que hasta hace unos años las legislaciones nacionales imponían a las personas trabajadoras del hogar, condiciones laborales por debajo de las admitidas en otros tipos de empleo: largas jornadas laborales, ausencia de seguridad social y vacaciones, y facilidad para el ejercicio del trabajo infantil.

En ese sentido, la normatividad internacional que alerta estas anomalías e insta a los Estados a realizar las adecuaciones de sus marcos legales es reciente. El Convenio 189 sobre las trabajadoras y los trabajadores domésticos de la OIT, es uno de los instrumentos más recientes, a la fecha solo ha sido ratificado por 35 países.

El trabajo doméstico sigue siendo infravalorado e invisible y que lo realizan principalmente las mujeres y las niñas, muchas de las cuales son migrantes o forman parte de comunidades desfavorecidas, y son particularmente vulnerables a la discriminación con respecto a las condiciones de empleo y de trabajo, así como a otros abusos de los derechos humanos, señala el Convenio 189.

Por último, enfatizó que esta situación en particular, es grave en los países de desarrollo como México, pues desde la historia ha habido escasas oportunidades de empleo formal. Siendo, los trabajadores domésticos quienes constituyen una proporción importante de la fuerza de trabajo nacional y se encuentran entre los más marginados.

Las trabajadoras del hogar, objeto de discriminación estructural

Aumenta la desigualdad y la pobreza laboral para mujeres, población indígena, trabajadoras y trabajadores informales y del hogar en el primer trimestre de 2021: CONEVAL

El Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) a través de la ficha temática “Trabajadoras de Hogar”, señaló que en México 2.3 millones de personas se dedica al trabajo del hogar, y nueve de cada diez son mujeres.

Las trabajadoras del hogar han sido desde la historia objeto de una discriminación estructural, se debe a que enfrentan obstáculos para ejercer sus derechos a raíz, de la naturaleza misma de su empleo. Es un sector en particular: invisible y estigmatizado.

Esta situación interactúa, con la diversidad de arreglos laborales: de planta, por días, por horas, y eventuales. Ante la ausencia de normas que garanticen sus derechos, las trabajadoras del hogar se encuentran en una grave situación de vulnerabilidad.

En cuanto a la situación en Chiapas, resalta el informe “El Mercado Laboral de las Trabajadoras del Hogar Remuneradas en Chiapas y Recomendaciones para su Formalización”, publicado en julio de 2020, expone la situación precaria de las personas trabajadoras del hogar remuneradas en el estado, en comparación al nivel nacional y al de la Ciudad México.

Las trabajadoras chiapanecas casi en su totalidad se encuentran entre la pobreza moderada y extrema, sus ingresos mensuales promedio son de modo sustantivo inferiores, cuentan con niveles de escolaridad más bajas y la cobertura en protección social es casi inexistente.

El informe estima que en Chiapas, existen 71 mil 654 mujeres trabajadoras del hogar, el pago por su trabajo es de 24.2 pesos por hora, poco más de la mitad del sueldo promedio nacional, además, solo 1 de cada 4 recibe un salario fijo.

Debido a la situación de pobreza que se registra en todo el estado, las mujeres que se dedican al empleo doméstico comienzan a partir de los 12 años, lo que para los expertos es preocupante porque, la Ley Federal del Trabajo (LFT), prohíbe la contratación de menores de 15 años.

Aunado a ello, se registra una mayor incidencia en la contratación de mujeres con una escolaridad muy baja. Casi el 50% de las chiapanecas que trabajan en los quehaceres domésticos apenas concluyó la educación primaria, mientras que el 60% de los empleadores cuenta con estudios de licenciatura.

La mayoría de las empleadas residen en localidades rurales y hay un gran número de desplazamientos hacia las zonas urbanas para poder seguir trabajando. Esto simboliza un mayor gasto para ellas frente al poco salario que reciben por su trabajo por parte de sus empleadores.

Sin comentarios aún.

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Comparta su opinión. Su correo no será público y será protegido deacuerdo a nuestras políticas de privacidad.