¿Y dónde está Nemesio?

 Foto; @IsabelAguilera

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Las críticas sobre corrupción, despilfarro y saqueo que se vivió Chiapas en el sexenio pasado apuntan a un solo personaje: Juan Sabines Guerrero.

Es, sin embargo, una afirmación medianamente cierta. Para el robo perpetrado a plena luz del día, Sabines requirió de un grupo de colaboradores fieles y con los principios éticos tan desbalagados como los suyos.

Después me ocuparé de esos personajes, muchos de los cuales continúan en puestos administrativos o legislativos, sirviendo al exgobernador y rindiéndole cuentas. Por hoy me detendré en el funcionario más siniestro del régimen: Nemesio Ponce Sánchez.

Durante el juansabinato, este michoacano realizó la tarea de acallar a los disidentes mediante órdenes de aprehensión, cuyos delitos eran inventados, pero fielmente cumplidos por el procurador Raciel López Salazar.

Desde una oscura subsecretaría, la de Relaciones Políticas, Nemesio Ponce patentó una campaña de miedo y terror que paralizó a los ciudadanos. Pocos, en ese ambiente de represión, se atrevieron a criticar abiertamente. Había razones, porque en Palacio reinaba la sinrazón y la brutalidad.

Sabines tuvo en Nemesio a su hombre de confianza. Lo contrató primero como su médico personal, para que cuidara de él en los excesos, pero después le proporcionó poder, el manejo de dinero en efectivo –siempre en efectivo, decía, para no dejar huellas– y el subsecretario se sintió cómodo, en un reino propio, muy lejos de la compasión por el prójimo, como sugería su profesión de galeno. Lo suyo no era curar dolencias y atender males, sino arrebatar, destruir y saquear.

A su numerosa familia, el jefe de asesores, como le gustaba presentarse, la colocó en diferentes dependencias, en puestos claves en el manejo de recursos económicos. Su esposa, Martha Jiménez, fue la responsable de las finanzas del DIF-Chiapas. Su hermano Federico decidía sobre las compras en el Consejo de Seguridad Pública, y otro de sus hermanos, Francisco, se encargó de la administración de Talleres Gráficos y más tarde del Centro de Convenciones y del Polyforum.

Si las autoridades actuales tuvieran voluntad de investigar a la administración pasada, con solo seguir a Nemesio Ponce se encontraría con una estela de corrupción y campañas de terror inimaginables. De manera extraña, casi nadie lo toca, sin embargo fue el hombre fuerte y terrible del juansabinato.

Sabedor de la inmunidad de la que goza, este médico de cuando en cuando visita Chiapas, pero su refugio parece tenerlo en Michoacán y Guerrero, aunque sus negocios lo llevan con frecuencia a Tlaxcala.

 

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