Darwin Petate en una ciudad en llamas

Irreverente, de insulto fácil para las conciencias apocadas, Darwin Petate (Suchiapa, 1989) es un extraordinario poeta que ha encontrado pronto su voz.
Una voz hecha del desparpajo, del valemadrismo y del afán por mostrar el amor homosexual sin puritanismos ramplones.

Dicen que los poetas deben tener una estrella en la frente
O por lo menos un dedo metido en el culo
Para no ser confundidos con algún sicario.
Y gozar de tarifa preferencial en los baños turcos
Hasta la madre de sudor y semen.

Pero esos deseos de abrir conciencias, de cantar al hombre en la voz de otro hombre, que es su virtud, puede también ser su obstáculo mayor.
De todos modos es un gran poeta que tiene chispa, sentido del ritmo y que sabe emplear bien su caja de herramientas.

La ciudad no es porteña. Lo sé.
Y no hay mareas para echarnos a morir.
Mejor, vámonos a Tijuana, a Reynosa
A recoger casquillos sobre la arena,
A identificar una cabeza humana con mensajes crípticos
O putrefactos.
Aquí no hay fronteras
Y el único río sabe a mierda,
A fetidez amarga.
Mientras escribo esto. El Sur, está llegando al norte.
darwin
Me gusta Darwin Petate porque no se detiene, no se mide, por el contrario se expresa largamente sobre todo aquello que le incomoda, y más que con humor, lo hace con burla festiva y hasta ofensiva.

Esta era una loca
De voz blasfema
De mirada mampa, mampísima
Que enamora la noche cabría
Salpicando versos crápulas
De poesía sodomita, pendeja:
Poesía para la puta carcelaria
Poesía para provocar la cólera
De gordos cardenales
Cuando escuchan por la radio la palabra
Aborto

Es cierto que la poesía no debe ser militante, pero sí le cabe la responsabilidad de romper telarañas a través de un hilillo de palabras frescas, y eso es justamente lo que hace Darwin Petate, un poeta extraordinario, atrevido, diferente y machacacuras.

Un comentario en “Darwin Petate en una ciudad en llamas”

  1. J. A. Bárcenas
    6 junio, 2014 at 10:49 #

    No quiero ser aguafiestas ni nada, pues la verdad Darwin tiene textos notables que merecen la lectura. Pero no entiendo, ¿por qué loar su obra de esta manera, y no ofrecer una lectura cercana de otros poetas chiapanecos jóvenes que también están produciendo obra? Me gustaría leer comentarios acerca del trabajo de otros compañeros que también escriben poesía, y lo hacen muy bien. Además el libelo de Darwin (no importa que así sea, pero es una edición muy pobre y descuidada en la cual se publica), cuenta con un detalle que pocos saben o quieren reconocer. Hay un plagio directo de un texto de un poeta michoacano, específicamente el texto de Francis Bacon… Espero que por lo menos hayan leído el libro, y no sólo lo celebren por la carga mediática como otros periodistas, por ejemplo, Fabián Rivera, de Cuarto Poder, que le hizo una entrevista sin mucho ton ni son… Saludos al equipo de Chiapas Paralelo.

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