La Librería del Fondo en la UNACH

Para Jorge Rothschuh, Héctor Cortés Mandujano, Enrique García Cuéllar, Antony Flores, Carlos Natarén, Adriana Flores, Carlota Bertoni, Carlos Rincón, Luis Alberto Serrano, Roberto Ramos Maza, Jesús Morales Bermúdez, Magda Estrella Zúñiga, Tania Escobar y Roberto Villers, a quienes encontré ayer en la Librería del FCE

 

Con la inauguración en Tuxtla Gutiérrez de la Librería del Fondo de Cultura Económica se vivió una fiesta de libros y de lectores.

En ningún lugar de Chiapas había yo visto a tantos amantes de la lectura, a tantos buscadores de palabras impresas, como ayer. Había niños que, recostados, hojeaban libros con ilustraciones; señoras que llevaron a sus nietas y rebuscaban en las estanterías, y a muchos amigos curioseadores de las creaciones ajenas.

Parecía una venta nocturna de Liverpool, con la diferencia que buscábamos a autores y a títulos.

Por la cercanía de mi centro de trabajo, he visto la construcción progresiva de la Librería José Emilio Pacheco y del Paseo Cultural Balún Canán.

En dos ocasiones, el rector Jaime Valls y gestor de esta obra, me invitó a conocer el proyecto, primero cuando era un cerro abandonado y agreste y que planeaba adquirir la Universidad Autónoma de Chiapas, y después cuando se habían trazado los primeros elementos de lo que sería esta magnífica construcción.

Hoy, contamos en Tuxtla Gutiérrez con una de las mejores librerías del sureste de México. José Luis Abreu, quien es el director de esta librería, me mostró ayer la bodega en donde hay todavía ocho mil títulos por exponer al público.

También me habló de títulos de autores chiapanecos en venta en la José Emilio Pacheco y ahí descubrí el libro Voces en papel, que coordinamos con mi amiga Celia del Palacio Montiel.

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Pese a la fiesta, sé que no son buenos tiempos para los libros impresos. Están en crisis los editores y las librerías, sobre todo las pequeñas.

Ayer, mientras veíamos la ceremonia de inauguración de la Librería del Fondo de Cultura Económica y escuchábamos algunos de los discursos, hablábamos de estos temas con el maestro Florentino Pérez.

Él y su esposa, Dorián Ruiz Palma, fundaron hace 28 años una librería mítica que tenía un nombre inmortal: La Ceiba. Desgraciadamente, las obras del centro y la falta de lectores secaron las raíces del árbol frondoso que alguna vez fue y que no solo ofreció libros, sino sombra, esparcimiento y actividades culturales.

Los tiempos de ahora, me dijo Florentino, son de estas librerías enormes que ofrecen grandes volúmenes y títulos diversos a precios accesibles.

Lo del precio único del libro, que se publicitó como una garantía para que sobrevivieran las pequeñas librerías, fue solo una propuesta de buena voluntad, me explicó. Y es que las tiendas departamentales, supermercados y librerías como Gandhi, El Sótano, Porrúa, Educal y Fondo de Cultura Económica son capaces de abaratar hasta en un 40 por ciento el precio de un libro.

Recuerdo que en los ochentas, cuando comencé a comprar libros, los adquiría enfrente de la Escuela Secundaria del Estado en una tienda que lo mismo vendía regalos, muñequitos de peluche, chocolates y libros de Balzac, León Tolstoi y Miguel de Cervantes.

A la vuelta de la escuela estaba la Librería el Escritorio Moderno, la cual aún sobrevive, en donde descubrí la deliciosa colección de Sepan Cuantos de Porrúa, accesibles a mis bolsillos de estudiante de secundaria.

Cuando aprendí a moverme más en Tuxtla, se amplió mi abanico para comprar libros. Recuerdo con especial gusto a la Librería el Mercado de Libros El Periquillo, ubicada a un costado del Congreso del Estado, del padre de Roberto Ramos Maza, y la Librería El Progreso, de la maestra Carmen, madre de Andrés Fábregas Puig.

Hoy, las librerías pequeñas están en riesgo de desaparecer, absorbidas por estos nuevos complejos culturales que ofrecen no solo libros sino también un ambiente agradable con música y café.

Me siento maravillado por las nuevas ofertas librescas, pero no dejo de sentir nostalgia por esas pequeñas librerías que fueron alguna vez una parte vital de un pueblo como el nuestro.

 

 

 

 

6 Comentarios en “La Librería del Fondo en la UNACH”

  1. Roldán Salazar
    27 septiembre, 2014 at 11:32 #

    Siempre es grato leerte, hoy no fue la excepción

    Saludos

    • Sarelly Martínez Mendoza
      27 septiembre, 2014 at 22:04 #

      Gracias, qué gusto

  2. Karla Evelin Estrada Escobar
    26 septiembre, 2014 at 16:41 #

    Siempre es un gusto leerlo Dr. Sarelly. ¡Saludos!

    • Sarelly Martínez Mendoza
      27 septiembre, 2014 at 22:05 #

      Karlita: Me enorgullece que me leas. Un fuerte abrazo

  3. Pedro
    26 septiembre, 2014 at 11:47 #

    Al fin , una buena noticia que dar, de ésta, nuestra sufrida ciudad y sus resignados habitantes. saludos !!

    • Sarelly Martínez Mendoza
      26 septiembre, 2014 at 12:25 #

      Así es. Ya no quiero escribir sobre los pésimos políticos, sobre esta ciudad destrozada, sobre la corrupción, pero no todos los días hay buenas noticias

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