Jóvenes de espíritu, corazón de lucha

Estudiantes normalistas marchan por Ayotzinapa. Foto: Chiapas Paralelo

Estudiantes normalistas marchan por Ayotzinapa. Foto: Chiapas Paralelo

 

 

¡Zapata vive, la lucha sigue, Zapata vive y vive, la lucha sigue y sigue! Esas fueron las palabras y consignas que recuerdo vivamente de mi infancia sobre las manifestaciones que en mi pueblo se daban. Manifestaciones que siempre marcaron a ese lugar por los constantes ataques del gobierno con el fin de despojar de sus tierras a los campesinos que celosamente las mantienen en su régimen comunal. Por la organización de la comunidad y su lucha contra las diferentes formas y estrategias del despojo de sus tierras, los gobiernos trataron de amedrentar su lucha y acabar con la organización comunitaria matando a los líderes, encarcelando a unos y desapareciendo a otros, tal como ocurrió con los jóvenes estudiantes y campesinos que fueron desaparecidos desde los años 60’s hasta la fecha.

Esos intentos del gobierno para despojar a las comunidades de sus tierras, desde lo que recuerdo, y lo que sigo viendo en estos días, no ha cambiado en nada. Ahora lo vienen realizando con las actuales reformas (energéticas, laboral, educativa, etc.) y las que se han dando en materia agraria, como lo ocurrido en 1992 con la reforma del articulo 27 y, al poco tiempo, la creación del programa PROCEDE. En el discurso, la función de ese programa era la de garantizar el reconocimiento legal de las tierras, pero más que eso, se centró en la privatización. La finalidad no era otra que dejar la vía libre a las grandes empresas trasnacionales para ocupar, despojar y apropiarse de las tierras para abrir zonas de explotación minera, petrolera, eléctricas, entre otros proyectos de «desarrollo». Todo eso forma parte del «plan mesoamericano». Del mismo modo, la reforma educativa, sirve para que poco a poco desaparezcan las materias de las humanidades, o reducir fichas de ingreso para las carreras de ciencias sociales, o cerrar las normales rurales. Con eso, obligan indirectamente los jóvenes a estudiar carreras técnicas para que después puedan servir como mano de obra a las empresas neoliberales.

La estrategia elegida para el despojo de las tierras, ha sido la de provocar diferentes conflictos al interior de las comunidades. Mantener la división entre los pueblos y movimientos sociales, es una estrategia que garantiza la no organización y la indiferencia frente a estas políticas de despojo. Así también, como medidas de control a los pueblos y contrainsurgencia están los diversos apoyos y proyectos que de modo asistencialista se les reparten a las comunidades. Otras formas de control que utiliza el estado hacia las movilizaciones estudiantiles, campesinas, obreras, de mujeres, LGBTTI, y otros grupos en resistencia, son las amenazas de muerte, los hostigamientos, torturas, desaparición forzada, y la muerte misma, como actualmente sucedió en Ayotzinapa, Guerrero o lo ocurrido a los estudiantes y campesinos desde hace años: basta recordar la matanza de estudiantes del 2 de octubre en Tlatelolco, la masacre del 6 de octubre en Venustiano Carranza, Chiapas, la masacre de Acteal, la de San Fernando, la de Tlatlaya, entre otras muchas que suceden en nuestro país. Lo mismo sucede en Guatemala en contra los pueblos indígenas: una muestra de ello son los sucesos recientes en San Juan Sacatepéquez con la muerte de once campesinos, y otras masacres más que han sucedido.

En todos los movimientos sociales, luchas y resistencias han estado presentes los jóvenes, hombres y mujeres que, llevando consigo su preferencia sexual en el corazón junto con la rebeldía, eran y serán siempre los motores de las grandes movilizaciones, porque son también los que le dan vida a las calles, las barricadas, el volanteo, las consignas y que con sus cantos nos guían a mantener la fe y la esperanza al son de un cambio social, de un nuevo amanecer. Recuerdo a los jóvenes de mi universidad, que en las calles expresaban su coraje frente a esta descomposición social, luchaban por obtener beneficios para los estudiantes, denunciaban la situación de empobrecimiento provocada por el sistema neoliberal, exigían la ampliación de matriculas y la reducción de los costos de inscripción, entre otras demandas.

De esta manera, el sistema neoliberal ha declarado que sus enemigos son los jóvenes que luchan, que se preparan, que leen, que estudian, que trabajan y se preocupan por mejorar el sistema social frente a este modelo corrupto y mercantil neoliberal que excluye a las diversidades. Este control que ha generado el estado hacia este sector lo ha hecho de una manera sutil que se expresa tanto en la violencia de todo tipo, como en el alcoholismo, la drogadicción, y también en un sometimiento y manipulación mediática en los medios de comunicación privatizados que existen en México. Estos medios han sido una excelente herramienta que el sistema ha utilizado para desviar la atención de algún suceso importante, como es el caso las reformas, las contaminaciones que dañan a la madre tierra, las muertes de mujeres, las agresiones y muertes a la comunidad homosexual, los ataques a los migrantes, el despojo de tierras a los campesinos, entre otros tantos que suceden todos los días en este país.

Así, las manifestaciones que se daban en mi pueblo no se alejan de todas estas otras luchas que se dan en distintos puntos de México y Guatemala, donde los proyectos neoliberales atentan contra nuestras tierras y nuestra vida. En los movimientos campesinos e indígenas, los jóvenes son imprescindibles para mantener la memoria de los abuelos, para mantener y trabajar las tierras produciendo el maíz, el frijol y otros productos que se dan en la milpa. Eso porque las nuevas políticas agrícolas tratan de generar otro tipo de agricultura como sucede con el maíz mejorado y transgénico, los monocultivos, la construcción de represas y la apertura de zonas mineras: muchas cosas que pretenden y proyectan en nuestras tierras sin consensar ni consultar a la población, y muchos menos informar sobre las consecuencias que estas provocan.

Esta lucha de los pueblos y los jóvenes son ejemplos para reflexionar y generar nuevos cambios en nuestra sociedad. Nos da muestras que este modelo neoliberal no deja nada bueno para nuestra vida sobre esta tierra, sobre la madre tierra. Recuerdo vivamente lo que mi abuelo me contaba respecto de los primero maestros que llegaron al pueblo: venían de las normales rurales y, según mi abuelo, ellos ayudaban a la comunidad con sus servicios, porque le hacían de médicos, de abogados, de ingenieros, y otras actividades a parte de ser maestros: eran personas conscientes y además trabajaban en la milpa y tenían sus hortalizas. Esa figura de maestros jóvenes era una amenaza a las estrategias del gobierno, por eso fueron asesinados.

Frente a esta criminalización de los movimientos y luchas sociales es necesario organizarse y unirse en un solo camino y un solo corazón sin guiarse de banderas políticas ya que eso ha desintegrado históricamente las movilizaciones sociales. No hay que perder de vista nuestra historia que eso nos ayudará para mejorar el caminar de nuestros pueblos. Los jóvenes siempre serán el motor de cambio en esta lucha social y para eso es importante reconocer que…

Oy jvayojelkotik ta kuxlejal

 

Bak’in li ayane, mu jna’ bu li liktal

ta xambal ta chobtik la kojtikin jba

lik’ot ta sk’ob jmuk’tatotak

lekil ch’ul balumil la snak’ben jmixik’.

 

Ch’ul ja’mal la jxan, la jk’ejinta ch’ul ik’

La jambe sti’ ch’ul tok, la jambe sti’ osilaltik

La kuch’be ya’lel ch’ul uk’um, ya’lel sat vo’

Ch’ul nichim, ch’ul ixim la jts’un ta jvun.

 

Ta ch’ul vits li ak’otaj, la jlok’ta ch’ul k’anal

La jk’oponta jlumal, la sts’ibabe xchopolal

Li avan ta stojol chopolal, la jta vokolil

La jmey jchi’iltak, la jtsak te jluke.

 

Mu jna’ bu li liktal

Ja’ to bak’in la smilik jchi’iltake

Mu jna’ bu li liktal

Ja’ to bak’in la spojik jlumalkotike

Mu jna’ bu li liktal

Ja’ no’ox la jchanbe jm’e jtot yavanel la’banel, la jchanbeik sa’el kolel, lekilal xchi’uk ich’el ta muk’.

La jchan yalel: xkil jbatik ono’ox ta sbatel osil…! 

 

 

 

Somos jóvenes con sueños

 

Cuando nací, no sabía quien soy

Caminando en la milpa me encontré

Llegué a los brazos de mis abuelos

Hermosa tierra que guarda mi ombligo.

 

Caminé las montañas y canté al viento

Abrí las puerta de las nubes y del tiempo

Bebí agua de los ríos y de arroyos

Sembré flores y maíz en mis libros.

 

Bailé en las montañas y dibuje las estrellas

Leí los pueblos y escribí las injusticias

Grité a los corruptos y enfrenté el dolor

Abrace a mis hermanos y agarre el azadón.

 

No sabía quien soy

hasta que mataron a mis hermanos.

No sabia quien soy

hasta que nos quitaron nuestras tierras.

No sabía quien soy,

pero aprendí de mis abuelos a denunciar la tiranía, a luchar por la libertad, la justicia y la dignidad.

Aprendía a decir: ¡hasta la victoria siempre…!

xunbetan@gmail.com

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