Carlos Penagos o los abusos desde el poder

Propaganda de Carlos Penagos en el Parque de la Colonia Romeo Rincón

Propaganda de Carlos Penagos en el Parque de la Colonia Romeo Rincón

Cuando le dieron posesión como titular de la Juventud, a Carlos Arturo Penagos Vargas le dijeron que debía ponerse en forma, que no querían a un obeso como dirigente del deporte en Chiapas.

Se disciplinó: empezó a correr, a nadar y a pedalear bicicletas. En poco tiempo bajó diez kilos. Sabía que su permanencia tenía que ver más con la imagen que pudiera proyectar que con la eficiencia en la institución y a eso se empeñó.

A finales de 2014 se propuso pintar su nombre por todos lados de la ciudad y lo ha logrado, pero ha ido más allá, porque no ha respetado oficinas públicas, parques ni escuelas.

Su propaganda ha sido la más burda de todas las que han hecho los nuevos políticos porque ha atentado en contra de edificios públicos, centros educativos y de esparcimiento que hasta el momento habían sido respetados porque está prohibido que se utilicen para estos fines.

Propaganda de Carlos Penagos en la barda de las oficinas de Sedesol

Propaganda de Carlos Penagos en la barda de las oficinas de Sedesol

Esa atropellada e insultante campaña debía dejarlo fuera en la contienda por la búsqueda de un puesto de elección popular y de la propia titularidad del Secretaría del Deporte, pero a Carlos Penagos no le ha importado porque sabe que en Chiapas no se respeta nada, que si así fuera su padrino Juan Sabines Guerrero y su séquito estarían en la cárcel.

Este funcionario es la muestra de lo que no debe ser un servidor público. Está acostumbrado además a transgredir para beneficiarse personalmente. Como miembro de los mormones, a los que dice pertenecer desde su nacimiento, fundó un antro: Piñas and Charlie´s y poco después una unión de bares.

La escuela Alberto González Blanco tampoco se ha salvado de esta insultante campaña política

La escuela Alberto González Blanco tampoco se ha salvado de esta insultante campaña política

Aparte de organizar a los dueños de cantinas, cuando vio que Juan Sabines podía ganar la candidatura a gobernador no dudó en organizar Fuerza Sabines, una agrupación de jóvenes que esperaban cobrar factura con el nuevo mandatario, y así lo hicieron. Sus dos principales activistas, Yassir Vásquez y Carlos Penagos, fueron premiados: el primero, con varios puestos que culminó con el cachito mayor de la presidencia municipal de Tuxtla, y el segundo con la dirigencia del Partido Convergencia y una diputación local.

Ambos políticos dejaron en Fuerza Sabines las primeras huellas de corrupción que han caracterizado a sus currículos. Daniel Alejandro Ruiz Correa, dueño de Surtillantas de Tuxtla, denunció en febrero de 2009 que el edificio que dio arrendado a esta organización sufrió daños, suspensión de la energía eléctrica y del servicio telefónico, lo que empujó a la desaparición de su negocio de neumáticos.

Desde la dirigencia de Convergencia y desde la diputación de este partido, Carlos Penagos fue un servidor leal a Sabines, a cambio de beneficios propios.

En la Secretaría de la Juventud, Recreación y Deporte ha hecho negocios a favor de su familia, los cuales han quedado ampliamente documentados, como el pago periódico de un millón de pesos por abastecimiento de alimentos a la Villa Olímpica.

Es un hombre que dice creer en ciertos valores pero practica otros. Pertenece a la nueva generación de políticos: utilitaristas y ambiciosos, que no se detienen ante nada, aunque sean violatorios a las leyes y a los principios que dice respetar.

Un comentario en “Carlos Penagos o los abusos desde el poder”

  1. jose antonio gutz diez
    4 julio, 2018 at 11:55 #

    resulta según la revista AEREOPAGO(?) que es y a sido todo un sufrido, mártir y personaje casi casi, digno de emular,pero al final de cuentas, lo que son y demuestran actualmente, echan por tierra tan «pulida biografía»

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