Juan Carlos Cabrera, amigo

© De melena siempre y en ocasiones barba. Tuxtla Gutiérrez, Chiapas (2013)

© De melena siempre y en ocasiones barba. Tuxtla Gutiérrez, Chiapas (2013)

 

Perfecto recuerdo la mañana en que conocí a Juan Carlos Cabrera Fuentes en San Cristóbal de Las Casas. Eran las diez de la mañana de algún día a principios de 1991. Ya me esperaba en su despacho de coordinador de la entonces Escuela de Ciencias Sociales, con café, panecitos y una tarjeta de presentación. Iba a establecer con él los últimos detalles de lo que sería el IV Foro Nacional sobre Docencia, Investigación y Servicio en el Medio Rural, evento que terminaría efectuándose en el ex Convento del Carmen, a mediados del 91. Los organizadores fueron Juan González Esponda, Jorge López Arévalo, Apolinar Oliva Velas, Walda Barrios Klee, Antonio Mosquera y seguramente alguien más que se me escapa.

Yo recién había fundado ―por sugerencia propia e instrucción superior― la Dirección de Extensión Rural en La Chacona, antigua Secretaría de Desarrollo Rural y Ecología (SDRE), hoy Secretaría del Campo. Marco Antonio Besares fungía como secretario de la dependencia; ello durante la administración del gobernador Patrocinio González. En mi calidad de co-organizador del evento, administré los tiempos y elaboré con aquellos la relatoría general. Percibía, desde fuera, aires renovados en la Escuela Ciencias Sociales y en la Universidad en su conjunto. Transcurría apenas el primer año de gestiones de Juan Carlos. Se apuraba en su labor como coordinador de Ciencias Sociales.

Luego, por increíble que parezca, Blanqui y yo defendimos nuestras respectivas tesis de licenciatura a mediados de 1994, once años después de culminar nuestros estudios, ahí donde Juan Carlos terminaba el último año de su administración. Nos vimos dos o tres veces antes del examen, después coincidimos durante las Mesas de Análisis Chiapas en la Nación efectuadas ahí mismo, a mediados de 1996, a raíz del levantamiento de los pueblos indios liderados por el EZLN. El simposium es organizado por la UNAM, la UNACH y el Colegio de la Frontera Sur. Luego recuerdo haberlo frecuentado durante mis estudios de la Maestría en Estudios Regionales, ahí mismo entre 1996 y 98. A partir de todo ello es que se da una relación más cercana, dada nuestra coincidencia como funcionarios de la Universidad o como profesores en la Facultad de Humanidades… tal aquella ocasión en 1998, cuando por única vez nos reunimos para las botanas y las tres de rigor, Juan Carlos, Carlos Rincón Ramírez, Marco Antonio Ovando y quien esto relata. Eso fue en La Casa Enladrillada, y lo más seguro es que se avecinaba el cambio de rector en la Universidad.

Sin embargo, es probable que haya sabido de Juan Carlos desde antes, pues pequeños textos ―dos o tres artículos― publiqué en el segundo “boletín de análisis” que tuvo la Escuela durante los años 1988 y 89. Se llamó Enfoques y Perspectivas y… tengo a la mano el número seis, año dos, enero-febrero, 1989. 64 páginas. Su consejo editorial está formado por Apolinar Oliva Velas, Jorge López Arévalo, Juan Carlos Cabrera y Juan González Esponda. La producción corre a cargo de Apolinar y Juan Carlos. La portada corresponde a Manuel Ramos, mi compadre desde esos años.

Luego supe, precisamente por estos ires y venires, que desde principios de 1986 el doctor Cabrera Fuentes y Lety Pons Bonals (su esposa desde siempre), ambos arriban a San Cristóbal, por invitación del abogado y político Cuauhtémoc López Sánchez. Ello para fundar el CIMECH, Centro de Investigaciones de Mesoamérica y Chiapas, actual PROIMMSE de la UNAM. Supe que previamente, los dos sociólogos dieron clases como profesores de asignatura en la ENEP Acatlán, ciudad de México; en donde además, revisan y califican la formalidad de los proyectos de investigación que presentan los alumnos. Que en 1987, aprovechando la serie de concursos de oposición que se abren en Ciencias Sociales, gana a pulso su plaza de tiempo completo en el área de Metodología e Investigación, y que muy pronto, se suma al grupo de los activos profesores mencionados, al que habría que agregar Pedro Ovalle Muñoz, quien funge durante el concurso, como coordinador de la Escuela.

Creo que el grupo funda la revista en 1988. En el 90 es candidateado para la dirección de la Escuela. Del año 91 al 94 funge como director, durante cuya gestión se funda la Licenciatura en Historia, la Maestría en Estudios Regionales y… la escuela se transforma en la Facultad de Ciencias Sociales. Supongo que en 1994 o 95 comienza sus estudios de la Maestría en Educación en el Tecnológico de Monterrey; en el 97 o 98 inicia su Doctorado en Sociología en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, aunque… ya durante esos años inicia su fructífera colaboración con la Facultad de Humanidades, donde participa activamente en la organización y desarrollo de la Maestría en Educación Superior.

Se inaugura a finales de 1998 la administración del rector Jorge Mario Lescieur Talavera, quien, a principios del 99 nombra a Juan Carlos, Director General de Investigación y Posgrado (DGIyP), período durante el cual se refundan las bases de la investigación y el posgrado universitario, aunque se enfrían sus vínculos con la Facultad de Ciencias Sociales. Roces y desavenencias que culminan ―al finalizar su gestión como funcionario―, con su separación de aquella, a cambio de su plena incorporación a la Facultad de Humanidades en 2002.

Muy pronto destaca como profesor de metodologías, sociologías y Filosofía de la Ciencia en la Licenciatura en Comunicación, y en los programas de Maestría que imparte Humanidades. Es reconocida por todos su sólida formación humana y académica. Descuella por su generosidad, solidaridad y trabajo incansables. Es, a todas luces, un académico sui generis: estudioso y dedicado, aunque jovial y bonachón; excelente profesor y mejor director de tesis; formulador de mil proyectos y programas; promotor y gestor de recursos públicos externos.

Durante la administración del rector Jorge Ordoñez Ruiz, Juan Carlos se acerca a la Dirección General de Planeación, dirigida por Blanca Estela Parra. Desde ahí impulsa no sólo la formulación de PIFI’s y PIDE’s para la Facultad de Humanidades y la Universidad en general, sino que además: 1. Coadyuva a la formulación del primer PIFOP Programa Institucional de Fomento al Posgrado, de la UNACH, 2. Encabeza los talleres que se aplican en cada una de las dependencias universitarias, sobre la orientación política y la organicidad de los Cuerpos Académicos (CA’s), y 3. Lidera uno de los primeros CA’s consolidados de la Universidad.

De modo que para el año 2003, Juan Carlos Cabrera Fuentes, ya forma parte del Sistema Nacional de Investigadores; bien es cierto que gana su incorporación, en Humanidades, luego de Carlos Rincón Ramírez y Lety Pons Bonals, tríada enjundiosa que forma parte de la primera camada de SNI’s de la Universidad Autónoma de Chiapas y… es durante esta temporada, año 2004, cuando a Juan Carlos consultó sobre mi deseo de estudiar el doctorado. Le digo que la UNAM, la UAM y el Colegio de Michoacán me descartan por mis 44 años; que deseo estudiar Antropología o Humanidades, y que la opción está en España. En síntesis me responde que no importa qué o en dónde estudie, sino que aprenda aquellos conocimientos substanciales, relacionados con la línea de investigación que piense desarrollar durante los siguientes años.

Después, con la representación de la Facultad de Humanidades, actúa proactivamente durante el proceso de la formación del primer Consorcio Institucional Intrauniversitario, conducido por Franco Escamirosa Montalvo y su equipo desde la DGIyP, durante la gestión del rector Ángel René Estrada. Se instituye entonces, el Consorcio de Ciencias Sociales y Humanidades y desde ahí, Juan Carlos asume el liderazgo del grupo de profesores que impulsa la formación del Doctorado en Estudios Regionales (DER), del cual no se despega un momento sino hasta la hora del desenlace final, la fatalidad. Trabaja incansablemente para obtener y luego ratificar una y otra vez la permanencia del DER dentro del PNPC, Programa Nacional de Posgrados de Calidad del CONACyT. Incansable y bizarro, debido a que las instituciones públicas nunca disponen de los recursos suficientes y a tiempo, para impulsar los verdaderos proyectos substanciales, prioritarios.

No cansado con esto, aunque más bien, súper-motivado por el éxito y el reconocimiento de sus pares y en general de la comunidad académica, en la Facultad de Humanidades coadyuva a la formación y funcionamiento de la MEC, Maestría en Estudios Culturales, e incluso, ya desde su incorporación a la Maestría en Educación Superior ―tiempo atrás―, se agrega a algunos proyectos de la educación comercial, en Tuxtla Gutiérrez, en su calidad de maestro y coordinador de academias, reformulador e incluso diseñador inicial de programas educativos.

Finalmente, hace falta referir las múltiples publicaciones, formales e informales, académicas e institucionales, en las que Juan Carlos funge como redactor, editor, dictaminador, coordinador, etcétera, e inventariar la gran cantidad de textos, informes y reportes salidos de sus manos, lo mismo que las múltiples sociedades y organismos académicos que lo acreditan o de los que forma parte, aunque… eso excede mis conocimientos y capacidades; ello incluye la elaboración de su biografía, razón por la que concluyo con una sincera proposición:

Que no nos quepa la menor duda. Con la ausencia física de Juan Carlos ―el hombre, el esposo, el padre, el amigo, el maestro y el intelectual―, su familia, sus amigos, las facultades de Ciencias Sociales y Humanidades, la Universidad Autónoma de Chiapas, el estado de Chiapas, e incluso el país entero, pierden, perdemos todos, a uno de nuestros mejores e insignes miembros. Al académico, al profesor inmejorable, al estudioso y editor infatigable, al mejor director de orquesta, al excelente gestor y planificador, al experto en educación superior por antonomasia; al amigo.

Como expresé en el féisbuc en cuanto me dieron la trágica noticia: “mil veces mejor a cualquiera de nosotros hubiese ocurrido esto. No a ti, maestro, luz, guía y ejemplo. Te llevaremos en el corazón, en la imaginación y en la memoria. Seguirás siendo nuestro faro, coadjutor y referencia. Descansa en paz amigo Juancarlos”.

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