Tú, mi universidad, mi sueño

 © Souvenirs. Parafernalia salmantina. Universidad de Salamanca (España). 2008


© Souvenirs. Parafernalia salmantina. Universidad de Salamanca (España). 2008

 

¿Sabes, Universidad de mis amores, Universidad-diversidad del mundo, esencia de mi propia vida, ejemplo de propios y extraños, modelo y paradigma de la sensibilidad humana, crisol de la diversidad cultural y la paz, civilizadora por antonomasia, manantial de la creación y el arte, fuego y matraz de la sapiencia, cómo te sueño, cómo te imagino y cómo es que te quiero?

Alucino verás, pues te veo grande, vigorosa y bella; majestuosa y eterna Universidad mía. Con campus distritales, algunos regionales, poblados de bosques, jardines, manantiales, fuentes, y sobre ello, calzadas, calles y caminos enlajados (o empedrados para mejor humectación del suelo), todos con guarniciones, aceras, sobreniveles para los transeuntes, depósitos de basura, ciclopistas y rampas para las sillas de ruedas de los minusválidos. Música divina en todos ellos, bancas y arriates para el descanso, la conversación y el cariño. Tomas de agua potable y purificada de tramo a tramo, aunque en especial junto a áulas y áreas deportivas.

Sueño con sentirme en ti, seguro y amparado. En todos tus campus, varias instalaciones y planteles, veo tu nombre, lema y emblema, tus colores y aires de inteligencia, inequívocos, íntegros y equilibrados; exhibes señalizaciones diversas, enteramente comprensibles, plena iluminación nocturna, personal de seguridad, intendencia y jardinería; todos uniformados de colores azul y oro, todos trabajando por nuestra seguridad y el embellecimiento de tus arquitecturas.

Me encantarían tus ciclos permanentes de cine, con lo mejor del cine mundial y mexicano, o con las muestras internacionales de la Cineteca Nacional en todos tus campus y planteles; salas y auditorios dignos además, para la música, la danza y las artes escénicas; canchas de basquet y futbol, aunque no fuesen reglamentarias, pero sí iluminadas para aprovecharlas de noche incluso. Salas, auditorios y salones de clases, todos climatizados, con persianas, proyectores y mapas retráctiles, al menos de Mesoamérica, Centroamérica, México y Chiapas, provistos de puertas útiles, muebles enteros, mesabancos limpios y pizarras en buen estado. Facultades, carreras y programas educativos, todos provistos de talleres, laboratorios y equipos, reactivos e incluso autobuses y unidades móviles para los viajes de estudio de tus hijos, y el trabajo de campo de tus profesores-investigadores.

Sueño y sueño Universidad mía, por ejemplo… verte en tiempos de lluvia, con pasillos entoldados, techos sobre las explanadas en donde se juega al basquet o al fútbol, bibliotecas decorosas y áreas de cómputo suficientes, comedores y cafeterías sin par: sin refrescos embotellados ni alimentos chatarra. No cigarros ni pornografía, pero sí condones, diarios y libros. Pantallas conectadas a una programación propia, de documentales, noticiarios, reportajes, cápsulas educativas y musicas que elevan el alma al cielo; alimentos nutritivos, frugales y baratos, aunque también becas alimentarias para los desprotegidos.

Baños limpios por el amor de Dios ―sueño e imagino―, provistos de agua, papel y jabón; servicios sanitarios higiénicos e higienizados (a cada rato y con supervisión), botiquines de auxilio y señales para saber qué hacer ante los riesgos más diversos. En las condiciones del trópico, el abandono y la pobreza, la higiene en cafeterías y excusados, el orden en la administración y en las aulas, el cuidado de pasillos y jardines, la pintura y el mantenimiento efectivo de todas tus instalaciones… servirían para aculturar a tus muchachos, a tus hijos, y en todo caso, fomentar en ellos, lo que en la mayor parte de sus hogares no encuentran: agua suficiente y de buena calidad, aseo e higiene, orden y prevención, ética y buenos modales, aprecio por la naturaleza, la buena música y las cosas bellas.

Sueño, amada mía, tenerte acicalada con retratos, efigies y obras bellas, cubiertos tus muros con pinturas y graffitis; menos, mucho menos autos y más gente de a pie y en bicicletas. Te imagino ejemplo para las ciudades, los ayuntamientos y los gobernantes del mundo. Tanto por tu planificación urbana, social, económica y académica ―en algunas áreas tu propia autonomía financiera―, como por la inteligencia, honestidad y cordura de quienes te dirigen; la belleza arquitectónica de tus edificios; la hilaridad, profesionalismo y bonhomía de tus funcionarios.

Por ello te imagino provista de infraestructuras, equipamientos e insumos de calidad suficientes… para las sabias clases de tus profesores eméritos, para las mediciones y experimentos de tus investigadores científicos, para la asistencia y acompañamiento de tus tutores, para la conducción de tesis y tesistas, para el ejercicio de la democracia en tus órganos de gobierno: consejos universitarios y de facultades, comités de finanzas, de honorabilidad y justicias.

Y es así como en el ensueño y la fantasía, Universidad de mis rigores, te observo transformada. Transparente como dentro de una campana de cristal. Palpitante como si un sistema sanguíneo de sabiduría, compromiso y decencia te irrigara toda entera. Sabia, prudente y moderada en tu crecimiento y proyectos de futuro. Faro, rumbo, luz y claridad para el mundo, orientación para el Estado y sus gobiernos, para la sociedad y sus alineaciones. Libre de inútiles y entidades parasitarias. Drenada de corruptos, comerciantes y aviadores. Libre de lastre, anclas, sanguijuelas y pesos muertos. Engendradora de verdades y nuevos conocimientos, verdadera incubadora de estudiosos, intelectuales e investigadores. Formadora de eficaces, valientes y honorables nuevos cuadros.

Te quiero entonces, Universidad, porque me formaste. Te quiero y hoy te retribuyo. Me ensueño contigo porque te quiero transformada. Te sueño nueva y enorme como las mejores, y no lo oculto: éres mi ilusión y mi utopía, la voz del ciudadano frente al Estado. La voz y el reclamo diáfano ante los desmanes del gobierno abusivo y los intereses obscuros… porque quiero enorgullecerme contigo, porque quiero enorgullecerte para los que vienen. Porque te asumo didacta y autocrítica, facilitadora del mundo y sus conocimientos. Maestra porque hoy puedes transformarte y enseñar como mejor sabes: con el ejemplo, prototipo de sobriedad y eficiencia.

 

Otras crónicas en cronicasdefronter.blogspot.mx

cruzcoutino@gmail.com agradece retroalimentación.

 

Sin comentarios aún.

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Comparta su opinión. Su correo no será público y será protegido deacuerdo a nuestras políticas de privacidad.