Fraude institucionalizado y consolidado

El próximo jueves deberá asumir un nuevo presidente municipal en Tuxtla Gutiérrez, y por lo visto, será Fernando Castellanos Cal y Mayor.

De nada habrán valido las multitudinarias manifestaciones por su imposición, tampoco las múltiples evidencias de un fraude mayúsculo sin parangón en la historia, ni los posibles descarrilamientos sociales que empuje esta decisión.

La sala superior del Tribunal Electoral de la Federación está en la tónica de mantener a Fernando Castellanos Cal y Mayor como candidato ganador, sin preocuparle las consecuencias, ni tampoco la forma en que se agenció los votos que lo llevarán a la presidencia municipal de Tuxtla Gutiérrez.

TEPJF

En su libro El mito de la transición democrática, de reciente aparición, John M. Ackerman dice que el Trife se ha convertido en un tobogán hacia el desprestigio.

En 2006, dice el investigador, el Trife, presionado por la sociedad, se atrevió a tomar en serio “la posibilidad de anular la elección presidencia, aun cuando no existía ordenamiento jurídico que expresamente considerara esa posibilidad. Asimismo, aprovecharon el ‘dictamen de validez’ de la elección presidencial para señalar con todas sus letras que se habían cometido violaciones graves a la Constitución”.

En 2012, sin embargo, el Trife colapsó. Hizo caso omiso a la financiación de Monex a la campaña de Enrique Peña Nieto y ha actuado de manera sistemática a favor del Partido Verde y del PRI: “Es evidente, dice Ackerman, que los magistrados se autolimitaron y abdicaron a su responsabilidad constitucional de garantizar la celebración de elecciones auténticas y libres. Pero lo que más indigna no es el burocratismo del Tribunal Electoral, sino la hipocresía de los magistrados. En el momento cúspide de su indolencia el máximo tribunal en materia electoral se atrevió a presumir su supuesto activismo”.

Para este académico del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, las elecciones de 2015 han constituido un retroceso y han confirmado la consolidación de “un sistema de fraude institucionalizado en México”. Si bien hubo, “algunas sorpresas democráticas, como el sólido desempeño del nuevo partido de Morena en la capital del país y la victoria de candidatos supuestamente ‘independientes’, como Manuel J. Clouthier y Jaime Rodríguez en el norte, en general, los procesos electorales federales y locales fueron marcados por la misma compra de voluntades, cerco mediático, acarreo de votantes y represión a líderes, que han caracterizado la fallida ‘transición’ democrática”.

Así que es poco probable que el Trife otorgue el triunfo a Paco Rojas o anule las elecciones en Tuxtla Gutiérrez, porque a los magistrados no les importa el avance democrático, sino mantenerse en el poder y cobrar por sus favores. Ellos, al fin y al cabo, son parte del sistema político actual y miembros orgullosos del Verde y del PRI.

Un comentario en “Fraude institucionalizado y consolidado”

  1. Pablo Ramírez Suárez
    29 septiembre, 2015 at 19:00 #

    Desafortunadamente, no es sólo el caso de la presidencia municipal de Tuxtla Gutiérrez, sino las de casi de todos los municuipios de la entidad y, más grave, el congreso local se conformó espuriamente con los diputados que, en la forma más grosera, fueron impuestos, no nada más los plurinominales, sino la mayoría (¿O la totalidad?), que validarán legalmente (?) la totalidad de las autoridades municipales. Ante tal atropello ¿Seremos tan poco dignos de aceptar moralmente la representación popular que deben tener los legisladores y los munípes?.
    Confío en la protección de este comentario; pero si así no es, asumo mi responsabilidad por lo escrito.

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