El corazón, las bendiciones

Casa de citas/ 245

El corazón, las bendiciones

Héctor Cortés Mandujano

Leo el eBook El banquero anarquista de Fernando Pessoa. El texto es curioso por varias razones: fue uno de los pocos que publicó en vida (en 1922, en la revista Contemporánea), no es poesía y su carácter anfibio (cuento dialogado, guion de teatro con licencias narrativas) lo definió el mismo Pessoa llamándolo “sátira dialéctica”.

Pessoa es un poeta central en mi vida y en la vida de muchos; sólo por eso vale la pena leer este texto entretenido y loco que su autor decía “nadie leyó”.

Esta edición electrónica tiene, además, un apéndice con trozos que Pessoa pensaba incluir. De allí esta cita: “Las ideas que se piensan válidas, también es porque se las siente. Nada vive en este mundo –ni la más abstracta de las ideas– si no está anidado en el corazón”.

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Ilustración: Manuel Velázquez

Particle Fever (2013), documental dirigido por Mark A. Levinson, nos cuenta desde los orígenes hasta las pruebas, que duraron veinte años, donde intervinieron miles de científicos de casi todo el mundo, para hacer un enorme armatoste que pudiera mostrar, ahora sí que físicamente, qué ocurrió después del big bang, es decir, qué pasó a partir de la creación del mundo. La idea era poder, y pudieron, conocer la llamada partícula de Higgs, también llamada partícula de Dios.

Uno de los que dirigieron esta gran hazaña dice: “Ir de fracaso en fracaso, con el entusiasmo intacto, es la clave del éxito”.

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Lo que no gustó a varios críticos es lo que más me gustó de la adaptación de Anna Karenina (2012), guion a cargo del gran Tom Sheppard y dirigido por el talentosísimo Joe Wright (cuyas películas anteriores también he disfrutado: Orgullo y prejuicio, Expiación, El solista… y, hace muy poco, Pan): que toda la historia se cuente a partir de un teatro en remodelación. Se bajan las escaleras y se entra a una casa, se abre una puerta y se sale al campo helado. Me encantó, lo siento. Los que quieran nomás ver a Tolstoi, que lean el libro y eso, por supuesto, es también una gran idea.

Una mujer casada (Keira Knightley, chula y talentosa) se vuelve amante de un joven y apuesto príncipe en la Rusia de finales de 1800. El desafío social es muy alto. Están ella y él juntos, cuando ya se entregaron, cuando saben que lo suyo no tiene regreso. Anna se monta a horcajadas en Vronsky, y dice:

            —Estoy maldita.

            Él responde:

—Yo no: he sido bendecido.

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