AMLO y las disputas por Morena en Chiapas

Andrés Manuel López Obrador fue testigo ayer en el Parque Bicentenario de Tuxtla de las disputas iniciadas entre los aspirantes a la gubernatura de Chiapas por Morena.

Escuchó a Óscar Gurría Penagos, presidente de ese partido, amonestar a “quienes han sumido a Chiapas en la pobreza” y que ahora “quieren ser de Morena”. Miró a Zoé Robledo, miró a Rutilio Escandón Cadenas y hasta a Rómulo Farrera, presentes en el acto protocolario, y aspirantes a encabezar la candidatura de este partido al gobierno de Chiapas.

“Una cosa”, les dijo, es “sumar esfuerzos y otra cosa, es más de lo mismo”. Los seguidores del presidente del Tribunal de Justicia del Estado, apostados en la escalinata del Monumento a la Bandera, no se quedaron indiferentes, y empezaron la rechifla. “Yá cállate”, le gritaron, mientras agitaban banderitas de AMLO.

Pero Gurría siguió en lo suyo, y lo suyo fue criticar a los “arribistas”, a los priistas disfrazados de lopezobradoristas y a los políticos buscadores de chamba y de presupuesto.

Su crítica también se dirigió al gobierno estatal, pero sin mencionar a Manuel Velasco Coello, quizá porque uno de los promotores de esta gira, repartidor de playeras del Peje y firmante del acuerdo fue el abuelo del mandatario chiapaneco, Fernando Coello, pero quien desde 2012, al menos, no ha ocultado sus simpatías con AMLO.

Eso sí, Gurría habló de la situación de abandono de los hospitales en la entidad, del despido de más de seis mil empleados de gobierno del estado y del cierre de pequeñas y medianas empresas por el impago de la administración actual. 

No obstante, los silbidos seguían. Esos hombres y mujeres querían dejar patente que el actual presidente de Morena no controla el partido; que si habían venido de Comalapa, Ixtapa, Venustiano Carranza o de Cintalapa era porque los había traído el magistrado presidente, les había pagado el transporte y les había instruido a gritar consignas en contra de Gurría.

Los que llegaron por su cuenta se mantuvieron al margen de la gritería. Llegaron por el factor AMLO. Llegaron a aplaudirle y a escucharlo, ajenos a la disputa que se vive entre los aspirantes a la gubernatura por Chiapas.

El presidente estatal de Morena por fin hizo caso a las voces que demandaban su silencio. Dio paso, entonces, a la firma del Acuerdo de Unidad para la Prosperidad y Renacimiento de México, en donde participaron la escritora Karla Barajas, el creador de Radio Ombligo Raymundo Zenteno, el empresario Rómulo Farrera, que causó resquemores por eso “la mafia en el poder”, y a políticos como Rutilio Escandón y Zoé Robledo. Unas 30 personas, dedicados a actividades tan diversas como la artesanía, la pintura, la ganadería, la hotelería y el activismo social, estamparon su firma.

Al Peje, no le pasó inadvertida la disputa entre los aspirantes a suceder a Manuel Velasco. “Más allá de algunas diferencias”, los recriminó, “no hay que pelearse abajo, porque el problema está arriba, en la mafia”.

Les dijo que no son importantes los cargos, pero eso no dejó satisfechos a quienes buscan, bajo el amparo de Morena, convertirse en presidentes municipales, diputados, senadores o gobernadores

“No se gana nada con los cargos”, les reiteró, porque para alcanzarlos, “basta con ser medianamente inteligentes y lambiscones”. Lo importante, agregó, es cambiar a este país. Y los asistentes aplaudían, los parachicos danzaban, las batucadas tocaban sus tambores y ensordecían con sus silbatos, y Rómulo reía y Rutilio, el palafrenero del rey, se frotaba las manos.

No apadrinó a ningún aspirante. No bendijo a nadie. Aceptó a todos, a todas, a políticos, líderes y empresarios de mala catadura y de buenas fachas, a acarreados y a ciudadanas que llegaron por su propia voluntad, deseosas seguramente de un cambio verdadero. Con su estrategia de brazos abiertos, lo veremos engrosar más sus filas con comerciantes, activistas, políticos y líderes de todas las trazas.

La reunión de ayer fue una cargada, muy al estilo de los viejos tiempos priistas, cuando aparecía un nuevo tlatoani en el firmamento político nacional.