Espionaje en Chiapas

El espionaje sistemático a periodistas y activistas sociales del que ahora se acusa con sustento a Enrique Peña Nieto, tiene sus paralelismos con el gobierno de Juan Sabines Guerrero, cuando controló el feudo chiapaneco con campañas de difamación, vigilancia y amedrentamiento a sus críticos.

Navor Francisco Ballinas Morales, ahora rector de la Universidad Intercultural de Chiapas, fue señalado como el operador de la red de espionaje cibernético que incluyó también a funcionarios locales, empresarios, dirigentes de partidos y líderes sociales.

La atmósfera del Gran Hermano era de tal magnitud, por el grado de perversión con que Juan Sabines desarrolló su gobierno, que gran parte de la sociedad se sentía grabada, intimidada y expuesta a la comidilla pública.

Navor Ballinas debería explicar las teclas que tocó en su calidad de subsecretario de Innovación Tecnológica para dar cuenta de “la vida de los otros”; los programas que manejó y hasta dónde llegaron los tentáculos de auscultamiento a ciudadanas que intentaron transparentar el ejercicio sabinista.

Una de las estrategias de intervención telefónica se registró a través de celulares que el gobierno regaló a periodistas chiapanecos y que tenían 700 pesos de créditos mensuales.

Navor Francisco Ballinas, amigo del entonces gobernador Juan Sabines Guerrero y protegido de Mauricio Perkins Cardoso, se hizo de la rectoría de la UPCh por sus buenos oficios prestados en sexenio sabinista.

El espionaje es el acto más cobarde de un político cuando la víctima no es un delincuente, sino un crítico a quien se desea silenciar mediante la divulgación de su vida privada.

En el caso de Juan Sabines su estrategia fue más allá. Armó verdaderos expedientes difamatorios que se difundían en blogs —muy de moda en ese entonces—, correos electrónicos, Twitter y Youtube. Después de esta primera etapa procedió a la ejecución de órdenes de aprehensión.

Héctor Bautista fue acusado de promover la pornografía infantil y la pederastia, todo porque era el webmaster de infochiapas.com, el primer portal informativo que dio a conocer la deuda pública que empezaba a acumular Juan Sabines, a espaldas de la sociedad, pero en complicidad con el Congreso del Estado.

Los periodistas que no obedecían las directrices de Comunicación Social eran puestos en la picota de la vergüenza pública con información inventada y transmitida desde cuentas de Twitter, financiadas por el gobierno del Estado, como @donchoma2010, @rumaldochis, @donrumarecarcad, @El_ObservadorV, @Sneutron y @noti_chiapas.

Enrique Peña Nieto ha seguido esa línea sabinista de la vigilancia, la grabación y el ataque directo a sus críticos y adversarios políticos. No se pueden entender la difusión de conversaciones privadas, como las de Lorenzo Córdova o las de Andrés Manuel López Beltrán, el hijo del Peje, sin el software espía Pegasus.

En algún momento se investigará al presidente por este atropello a la vida privada, y ojalá, cuando eso suceda que no será en este sexenio por supuesto, se voltee la mirada a Chiapas, en donde es posible que haya iniciado la historia moderna del espionaje en México.

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