Presencia de José Emilio Pacheco en Chiapas

 

No recuerdo la fecha pero sí que fue una ocasión especial en la vida de la Universidad Intercultural de Chiapas, la visita de José Emilio Pacheco. En mi calidad de rector de aquella Universidad le encargué a José Luis Ruiz Abreu que organizara aquella velada con el gran escritor, ensayista, poeta, intelectual total que fue José Emilio Pacheco. Hubimos de disponer un toldo especial en un espacio abierto para que cupiera la multitud. Calculamos en más de dos mil personas a los asistentes. Caía la tarde en San Cristóbal y hacía frío. José Emilio me pidió prestado un suéter porque el frío rebasó sus expectativas. Era un hombre tímido que al ver a la multitud entró en pánico. Pero se sobrepuso y pronunció una de las más bellas conferencias que se escucharon en aquella Universidad. El diálogo fue abierto, excepcional, nutrido. Cristina Pacheco, su esposa, nos había recomendado a José Luis Ruiz Abreu y a mí, que cuidáramos de su esposo, especialmente por las características climáticas de San Cristóbal. Así que redoblamos las atenciones con el autor de Las batallas en el desierto, esa formidable novela que marcó a mi generación y a tantas otras no sólo en México sino en América Latina. En este año, José Emilio Pacheco cumpliría 78 años de edad, de fructífera existencia del escritor de Inventario, sin duda la columna de periodismo cultural icónica de México, una selección de la cual se ha editado en ERA, en homenaje al gran maestro.

Poco tiempo después de aquella visita, fui expulsado de la Universidad Intercultural y hube de regresar a mi alma mater académica, el CIESAS, con la fortuna de un recibimiento cálido y jubiloso por parte de mis colegas en San Cristóbal y en la institución. José Luis Ruiz Abreu, Cicerón Aguilar Acevedo, Ohnán Molina, Yolanda Rayo, Eric Bermúdez, renunciaron en aquella ocasión en gesto solidario. Pero hubo una persona quien no temiendo las furias del poder, me llamó para apoyarlo en desarrollar un proyecto: el rector de la UNACH Jaime Valls, actual presidente de la ANUIES, el máximo organismo de coordinación de las Universidades del país al que por primera vez llega un chiapaneco. Se trataba de celebrar los 40 años de fundación de la Universidad Autónoma de Chiapas y recordar a su fundador, el Dr. Manuel Velasco Suárez, Gobernador que fue de Chiapas. Expresé al rector Valls que lo auxiliaría en la medida de mis posibilidades pero que no abandonaría al CIESAS. Le propuse contratar y poner al frente del proyecto a José Luis Ruiz Abreu, para que la Universidad tuviera una garantía de que todo saldría bien. Así se estableció la librería José Emilio Pacheco y la Feria Internacional del Libro Chiapas-Centroamerica, diseñada para colocar a la UNACH en un sitio de vanguardia en el Sureste Mexicano y en Centroamérica. Abreu, como le decimos sus amigos, cuidó de todos los detalles. Con él al frente, fuimos cuidando el proyecto que incluyó el Centro Cultural Rosario Castellanos, siempre seguidos muy de cerca por el rector Valls que mandó construir un recinto especial para la Feria del Libro, cuya primera versión fue un éxito que rebasó todas las expectativas. Lamento la suspensión de la Feria. Hoy habría situado a la UNACH en un sitial de honor en nuestro país y en Centroamérica, como universidad estratégica en América Latina. Incluso, la FIL de Guadalajara, la más importante Feria del Libro que se celebra en el mundo, seguía con interés el desarrollo de la Feria y estábamos a punto de firmar un convenio para conseguir los apoyos que darían a la Feria Internacional del Libro Chiapas-Centroamérica un empuje definitivo. “Ni modos” como decía la Tuxtleca, no se pudo. Pero quedó en pie la librería José Emilio Pacheco, gracias a la incansable labor de José Luis Ruiz Abreu, a su obstinación por difundir la cultura y por establecer un espacio de reflexión que hoy es el más importante en Tuxtla Gutiérrez y en el ámbito del Estado de Chiapas. La librería hace honor a uno de los más grandes ensayistas, escritor y poeta, que ha tenido nuestro país y América Latina. La librería debe persistir como un faro de luz en medio de la oscuridad reinante en un país que como el nuestro navega en las tinieblas. Es insólito que se tenga que luchar para preservar un ámbito como el de la librería José Emilio Pacheco. Deseo larga vida a esa librería convertida en terreno de la inteligencia, de la discusión libre y de la difusión cultural. José Emilio Pacheco se sentiría honrado de verla y de disfrutarla.

Ajijic, Ribera del Lago de Chapala. A 6 de junio de 2017.

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