Los soñadores (2)

El Colegio de la Frontera Norte (COLEF) decidió celebrar sus 35 años de fundación con varios eventos académicos. Es una institución que alberga investigadores especializados en los estudios de frontera y entre ellos, los movimientos migratorios y la situación de la población de origen mexicano en los Estados Unidos. Por ello no era extraño encontrarse en Tijuana con el grupo de dreamers (soñadores) que encabezados por Armando Vázquez-Ramos participaron en los festejos del COLEF. Conversar con este grupo de 35 dreamers, 30 mujeres y 5 hombres, fue una experiencia que no sólo se redujo a un intercambio de información sino dio pie a una amplia reflexión acerca de la situación actual de los Estados Unidos, de América Latina y del mundo. En ese contexto, asistí a una sesión con el congresista José Luis Correa, “Lou” Correa, en un abarrotado Auditorio del COLEF. Lou Correa es de origen zacatecano. Ha logrado una trayectoria política de primera importancia gracias a los apoyos de lo que se llama “comunidad latina”, misma que reúne a mexicanos y centroamericanos principalmente. Comenzó Lou Correa recordando que en las pasadas elecciones no votó el 50% de esa comunidad latina, lo que significó un porcentaje muy elevado de votos que se quedaron sin ir a las urnas. Pero para hacer la situación más grave, Lou Correa recordó que además, del 50% de latinos que si votaron, un 15% lo hizo por Donald Trump, lo que resulta inconcebible. Lou Correa puso esos datos como una prueba de por qué había triunfado Trump. Pero, amplió el congresista, también en el triunfo de Trump, tuvo mucho que ver que los seguidores de Bernie Sanders se abstuvieran de votar por Hillary Clinton, opinión que suscitó una reacción que se manifestó en el espacio de preguntas y observaciones una vez que Lou Correa terminó su intervención. Hubo quien de manera muy clara y enfática opinó que la derrota de la Clinton se debió a la ambigüedad y cobardía de la “jefatura” del partido demócrata. Varios dreamers se confesaron seguidores de Bernie Sanders y opinaron que los demócratas (partido al que pertenece Lou Correa) están en un nivel muy bajo porque no se deciden a comprometerse con una transformación de la sociedad norteamericana. Otro dreamer selló la controversia opinando que aprendieron de la pasada experiencia y que para el próximo período electoral la situación será diferente. Insistieron los soñadores en que había que trabajar para ganarse a ese 15% que votó por Trump y convencer al 50% que no salió a votar, que lo haga. Ello, combinado con la nominación de candidatos de la “comunidad latina” hará que el voto hable. En efecto, la “comunidad latina” es la segunda minoría más grande de los Estados Unidos y en Estados claves como California son mayoría en no pocos condados. Lo que hace la diferencia en los Estados Unidos es el voto. Es a lo que temen los racistas como Trump. Otra soñadora afirmó: “quien le quiera entrar al cambio de verdad, es trabajo con nuestra comunidad”. Incluso, debe aprovecharse la opinión de no pocos miembros del partido republicano que condenan las opiniones de Trump. Son, sobre todo, habitantes de zonas rurales que necesitan la mano de obra mexicana o inmigrante para sacar adelante sus negocios agrícolas.  La memoria es básica dice otra dreamer. Aludió a los maltratos racistas que sufre la comunidad latina y al largo camino que ha tenido que recorrer buscando la integración con la sociedad norteamericana. Esta misma soñadora hace ver que en California son la mayoría y que ante esa situación, pueden lograr mucho. Se me ocurrió agregar: podrían lograr una California independiente, lo que suscitó aplausos. Aunque ello no es viable, pienso que puede lograrse en California, despertar un sentimiento de pertenencia de la comunidad latina, construyendo líderes de la comunidad, jóvenes con capacidad de analizar la situación y hablar con claridad, como observé en varios de las soñadoras y lo soñadores con los que conviví en Tijuana.

La sesión con los soñadores se animó al plantear por mi parte la revisión de la tesis del colonialismo interno propuesta por el sociólogo mexicano Pablo González Casanova enriquecida por Rodolfo Stavenhagen y la teoría del control cultural de Guillermo Bonfil. Los insté a leer más de los pensadores latinoamericanos, a revisar a José Martí y a los teóricos contemporáneos y extirpar la visión de que carecemos de capacidad para el análisis. Si se trata de generar un liderazgo político al interior de los Estados Unidos, los soñadores requieren de leer a los sociólogos, antropólogos, politólogos y científicos sociales de América Latina y El Caribe en general, para situarse en la perspectiva del cambio. El pueblo norteamericano tan complejo en su composición, está atravesando por un momento en que se abre la esperanza del cambio antes de que suceda una catástrofe de la que los más perjudicados serán ellos mismos. El “sueño mexicano” también existe, les dije a los dreamers, y a él deben contribuir con su pensamiento y sus luchas. Levantamos la sesión con el optimismo a cuestas pero también con la claridad de que el camino no es nada fácil. No hay una receta para transformar al mundo, pero no se logrará sin trabajo y sin visones claras de hacia dónde se quiere dirigir el cambio.

Ajjic, Ribera del Lago de Chapala, 27 de agosto.

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