Desastres y Ciencias Sociales

A partir del temblor que asoló la Ciudad de México en 1985, se iniciaron en el país los estudios sistemáticos sobre desastres. En antropología, fue Virginia García Acosta quien abrió esa temática y hoy es una de las antropólogas más importantes a nivel internacional sobre el tema. El lector interesado pude consultar entre otros textos de esta destacada antropóloga, “El riesgo como construcción social y la construcción social del riesgo” publicado en la revista Desacatos (número 19, 2005) y que se encuentra en línea buscando en google. Las ciencias sociales en su amplio abanico de disciplinas, lo que hacen es descubrir las consecuencias sociales y culturales de los desastres, además de demostrar la mano humana en la producción de los mismos. En ese sentido, los actuales desastres producidos por los sismos recientes (que aún no terminan) están dejando al descubierto características no sólo culturales sino sociales de nuestra actualidad. Lo más obvio ha quedado a la vista de todos los mexicanos: la ineficacia de las instancias de gobierno en atender con oportunidad a la población y la insensibilidad que ostentan los funcionarios. No es sorpresa. Lo que sí es interesante y grave, es la complicidad de los medios de comunicación, como el de cierto canal, que se la pasó transmitiendo más de 36 horas, una ficción de rescate. Lo que ganó en dinero ha de ser una cifra notable. Porque la transmisión alcanzó un rating extraordinario gracias a la sensibilidad del pueblo mexicano y su gran generosidad.  Puedo dar testimonio de personas que sufrieron con la transmisión y que no cambiaban el canal ante el repetido anuncio de “En unos momentos más se rescatará a la niña”. Una parte significativa de la población estaba pendiente de ello. Nadie se imaginó que era una farsa y que hubiese seres humanos capaces de hacer tal bajeza. Pero la hubo. Cuando se descubrió el entuerto, todos vimos con asombro a la Marina de México asumiendo responsabilidad, lo que a muchos nos queda en duda. El asunto tiene mar de fondo y el tiempo lo descubrirá.

Casas que con décadas de esfuerzo fueron construidas hoy, solo quedan escombros.
Foto: Andrés Domínguez

Están también los insólitos comentarios de un altísimo funcionario del Estado Mexicano, diciendo que le tomaran fotos con gente blanca para demostrar que en Chiapas había “güeros”. Sólo porque lo estaba viendo en video y en tiempo real, se podía creer aquella impresionante muestra de falta de talento y sensibilidad. Pero así pasó y el hecho quedará en la historia para una amplia reflexión de las ciencias sociales sobre lo que creen los círculos del poder o la imagen que tienen del pueblo de México. Además de ello, están los reportes, Chiapas incluido, de funcionarios, presidentes municipales, delegados, etc, que tienen la bajeza de apoderarse de la ayuda destinada a los damnificados. Es tanta la repulsa popular ante estos actos –que se antojan increíbles-que la gente ya no quiere donar a través de las instituciones del Estado, incluyendo en ello a la cruz roja. En Ajijic, pueblo en el que habito, la gente se ha organizado para donar llevando las donaciones directamente al poseedor de un torton que, una vez que se llena, es manejado por su propio dueño que hace el viaje a Puebla o a Chiapas, llevando directamente la ayuda a los damnificados. Casos como ese deben abundar a lo largo y ancho del país. Son justo los “hechos etnográficos” que estarán en la pluma de los antropólogos cuando se analicen los procesos desatados por los sismos actuales. Hasta la cruz roja ha perdido credibilidad, con razón o sin ella.

Todo indica que en la sociedad mexicana se ha configurado una población que está cada vez más separada de la administración pública. Esta última tiene una visión del país que en nada se corresponde con la realidad. Lo acuciante es responder la pregunta de ¿hacia dónde va la sociedad mexicana? ¿qué sucesos se avecinan? Una vez que termine la fase de desastre, empezaremos a observar las consecuencias de todo ello. Y las ciencias sociales están comprometidas a explicar a la población lo que ha sucedido y los cambios y alteraciones sociales y culturales que los desastres dejaron al descubierto. Todo el escenario internacional es una configuración de gran complejidad, con el dictador fascista en el poder en Estados Unidos, un líder inconsciente que lanza bombas sin medir sus consecuencias, el cambio climático y un volumen demográfico como nunca se había visto en el mundo. ¿Qué resultados habrá de todo ello? Sin duda la tarea de los científicos sociales se hace también más compleja y su labor más necesaria.

Ajijic, Ribera del Lago de Chapala. A 25 de septiembre de 2017

 

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