Eduardo Ramírez en Morena

Eduardo Ramírez Aguilar, quien ha coqueteado con Morena, dejó ayer en suspenso su vínculo político con Andrés Manuel López Obrador al no asistir a la Firma del Acuerdo Político de Unidad por la Prosperidad del Pueblo y el Renacimiento de México, pese a que su nombre fue pronunciado en la larga lista en la que figuraron Ifigenia Martínez, Carlos Sotelo y René Bejarano.

Su sola mención, sin embargo, habla de que no está fuera de su radar buscar la gubernatura por Morena, en donde otros políticos tienen el mismo fin, como Zoé Robledo, Rutilio Escandón y Óscar Gurría.

Las dos causas que moverían a Eduardo Ramírez a focalizarse repentinamente en Morena serían: que se haya dado cuenta de que no tiene cabida en la alianza PRI-Verde, o que vea con claridad meridiana que Andrés Manuel López Obrador será el ganador de las elecciones en el 2018.

Si ERA se ha visto forzado a preparar su salida del Verde, el partido que dirige y el de mayor presencia en Chiapas, es desde luego una derrota para él y para sus seguidores, y un triunfo para Roberto Albores Gleason, quien habrá hecho valer las relaciones de su padre en la “nomenclatura” del PRI y del gobierno federal y estatal. Esa derrota podría convertirla en triunfo, si se convierte en candidato, porque habría saltado a un partido con mayores expectativas de crecimiento y con mejor imagen entre los ciudadanos. 

Si ha decidido, por el contrario, dejar al Verde porque siente que sus intereses, proyecto y forma de gobierno se compaginan más con Andrés Manuel López Obrador y porque cree que ahí está el caballo ganador, es una buena estrategia para su campaña hacia el 2018.

Sea por cualquiera de las dos causas anteriores, la presencia de Eduardo Ramírez Aguilar en Morena remueve más la arena en ese partido político, porque su fichaje —como sucede en el futbol— debe ir acompañado de ciertas garantías, a no ser que se le quiera banquear antes del 2018.

Para el gobernador Manuel Velasco, jugador de videojuego de la política local, la inserción de uno de sus preferidos en Morena —y con muchas posibilidades de convertirse en candidato— le abre dos escenarios. El primero, mantener su alianza con el PRI y con el Verde, en la figura de Roberto Albores Gleason, y el segundo, pavimentar el terreno con Andrés Manuel López Obrador, en caso de que gane la presidencia de la república.

El número de aspirantes a la gubernatura por Morena se ensancha, pues, con la inclusión de última hora de ERA, algo usual en el pragmático AMLO.

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