El pragmatismo de Andrés Manuel

AMLO y Velasco Coello, alianzas

En Chiapas veo a mucha gente ofendida con la alianza de Manuel Velasco con Morena. Comparto mi apreciación, que aunque sé que muchos prefieren los «análisis» que hace el equipo de callodehacha, este no trae escondidos negocios, rencores ni intereses particulares:

1. Desde que AMLO fue presidente del PRD en 1996 privilegió una política de alianzas que se basaba en resultados y no en trayectoria partidista. La militancia histórica lo criticó mucho, pero gracias a que dejaron de repartirse candidaturas entre militantes buenosperosingracia, pasaron de 71 a 125 diputados, y de 8 a 16 senadores.

2. Ha mantenido esa misma estrategia siempre. Quien se diga sorprendido por el pragmatismo de Andrés Manuel es porque o no sabe nada, o miente descaradamente o bien, como es el caso de muchos por acá, descubrieron a la izquierda electoral en 2015.

3. La alianza de Velasco con Morena se viene platicando en columnas y en corrillos desde hace como cuatro años. Había sospechas, historias, evidencias. Un montón de gente lo daba por hecho. Ahora algunos que lo sabían se hacen los sorprendidos.

4. Las posibilidades de que lo que llaman izquierda esté a punto de ocupar la presidencia de la república dependen en mucho de estas alianzas locales con cacicazgos regionales (es el modelo del viejo PRI, pues). Ha pasado en todos los estados del país desde hace mucho ¿por qué pensaron que en Chiapas no pasaría?

AMLO y el abuelo de Velasco, amistad de antaño, presumen.

5. Quienes vieron en el arrastre de Morena su oportunidad de acceder a puestos de poder ahora se lamentan porque les han arrancado las ambiciones. Tienen derecho a protestar. Lo que si está bien chafa es que los que se quedaron sin candidatura ahora anden de antimorenistas, como si de un día para otro hubieran «descubierto» todo lo que está mal (que no habría estado tan mal de haberles dado lo que querían). Eso está muy chafa. Hemos visto muchísimas veces esos casos de políticos a los que les entra la dignidad inmediatamente después que su partido no les da candidaturas y justo antes de descubrir que su vocación está con el partido contrario.

6. Morena es un proyecto unipersonal. Lo sabían quienes participaron para algún cargo y no tuvieron empacho en hacer su propaganda con una foto de AMLO abrazándoles. El proyecto consiste en llegar a la presidencia y de ahí, en cascada, transformar al país. Todo lo que abone a ese fin, se acepta, todo lo que vaya en contra de ese fin, es desplazado. No puede ser más importante una candidatura a cualquier presidencia municipal que la alianza que le dará los votos necesarios para conjurar el fraude masivo que siempre le ha impedido llegar a la grande.

7. Lo que a mi me parece importante es la reconfiguración de la izquierda electoral luego de las elecciones de 2018. Las alianzas son coyunturales y es muy probable que aquellos con quienes hoy se junta AMLO sean sus enemigos en 2024 (como los chuchos ahora). Hay que aprender del ejemplo de Lula y lo que pasó después. El proyecto deberá cambiar porque se habrá cumplido el objetivo de la transición, y puede estar en las manos de quienes hoy se lamentan por la falta de pureza del partido, sabiendo de antemano que la autocomplacencia y las dinámicas de exclusión han llevado a otros proyectos progresistas de izquierda a desaparecer del mapa político.

8. Yo hubiera preferido que mis amigos y conocidos se quedaran con las candidaturas de Morena en Chiapas, sin duda. Pero también me gustaría que no ondearan su ingenuidad como bandera mientras que unos cuantos se quedan con las ganancias (de su disciplina partidista o de su rebeldía), sea en Morena o en otros partidos.

Bueno, eso creo, pero no estoy seguro. De lo único que estoy seguro es que el mundo nunca va a moverse como yo quisiera.

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