Todos contra AMLO

Si los debates presidenciales no determinan una elección, mucho menos lo harán los debates a la gubernatura local, donde el interés es más reducido y la cobertura mediática, más limitada.

Aquí los debates han sido bochornosos, con candidatos sin deseos de debatir ni rebatir. Aquí no ha habido anécdotas a lo Gabriel Quadri, quien ganó un debate, ni tampoco la presencia de una modelo de albo y ajustado vestido, la verdadera triunfante del posdebate de 2012, o las ocurrencias de El Bronco, de mochar la mano a los ladrones.

Tampoco una lucha libre tan dispareja como la de ayer, en que cuatro contendientes se arrebataban la palabra para castigar a El Peje, quien no perdió la compostura, pero mostró su poca destreza verbal, su falta de preparación y lo elemental de sus propuestas.

Su estrategia consistió en dejarse golpear, convertirse en víctima, ser la víctima del sistema —lo cual recoge muchas simpatías— porque, ¿quién no se ha sentido parte de ese México ignorado y machacado?

Para que Anaya se acerque rápidamente en las encuestas era necesario noquear y destrozar a AMLO, a mano limpia, de frente y sin aliados, porque el ensañamiento y la rijosidad grupal solo es aceptado en el mundo del hampa.

Anaya, el más hábil de todos, aunque soltó uno o dos ganchos a Meade, su presa era Andrés Manuel. Y no le dio respiro, pero tampoco los otros, y ahí se perdió efectividad.

José Antonio Meade se perdió en los ataques. Quizá no tenía alternativa, pero su problema es que nadie lo escucha, que predica en una calle desierta, porque arrastra la corrupción del PRI y del gobierno de Peña Nieto.

Decía Aristóteles que una persona es digna de ser escuchada cuando posee un ethos (conducta) congruente —y Meade no lo tiene— porque ha sido cómplice de esa cumbre de corrupción y, sobre todo, de impunidad que se ha gestado en la actual administración.

Lo que se vio en el debate es que el gobierno aún apuesta por Meade y que está a la caza de Andrés Manuel López Obrador, al precio que sea, y que no está dispuesto a negociar con él, sino en todo caso con Anaya. Así que veremos una escalada de trapos al sol de El Peje y sus tres departamentos, según denunció el candidato priista.

El guiño a Chiapas en el debate presidencial de anoche lo hizo el candidato independiente, Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, al proponer que el financiamiento a los partidos políticos sea para los indígenas, y el nuestro es el tercer estado con mayor población de este tipo.

El formato estrenado ayer, el cual se pondrá en marcha también en Chiapas, fue más dinámico que los anteriores, en donde apenas se arañaban los candidatos. El problema de ahora es que los jabs y golpes estuvieron dirigidos solo a AMLO.

El primer debate entre los candidatos a la gubernatura lo tendremos el próximo 13 de mayo, y no creo que haya ganchos ni golpes bajos, apenas indirectas como ha sucedido en los debates anteriores. Leen sus propuestas y ya. Será porque queremos dar la imagen de supercivilizados. Ya veremos. 

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