Cerrando ciclos
Las conversaciones que se escuchaban en los pasillos, en las aulas, hacían alusión a la ansiada quema de libros de los octavos semestres que egresan en este ciclo escolar que está por culminar en la Universidad Intercultural de Chiapas. En los rostros de estudiantes se asomaban sonrisas, entusiasmo, emoción, que se hicieron presentes en la realización de los preparativos correspondientes para esta celebración.
No hay fecha que no llegue, ni plazo que no se cumpla, y así sucedió, llegó el día de la celebración. Se dieron cita estudiantes de las diferentes licenciaturas que egresan, la algarabía fue uno de los ingredientes esenciales en este festejo que compartieron con sus compañeras, compañeros, amistades, familiares y docentes.
Entre las risas y la bulla, vinieron a mi mente estudiantes que no pudieron estar en este festejo porque no lograron culminar su licenciatura. Asimismo, quienes tuvieron alguna situación que no les permitió celebrar con las demás personas esa tarde.
Cerrar ciclos, sí, eso es parte del significado de la quema de libros, terminar el ciclo de su formación en licenciatura para dar paso a una etapa llena de retos, la vida profesional, laboral, el mundo real, ése que en las aulas suele compartirse, pero que a veces se ve muy lejano.
En este cierre de ciclos van inmersas muchas experiencias, las que se quedan no en números sino en mentes y corazones. Ésas que forman parte de la cotidianidad de quienes estamos en el ámbito de la docencia. Momentáneamente me invadió la nostalgia, recordé esas diversas ocasiones en que las clases se convirtieron en espacios de conversación, de reflexión y por qué no de análisis, donde el tiempo pasaba volando y al finalizar la sesión, me quedaba pensando en cuestiones que no me había preguntado antes y que surgían a raíz del compartir de estudiantes.
Claro que no todo es miel sobre hojuelas, por supuesto que también hubo experiencias no tan gratas, ésas que suelen pasar cuando no hacen las lecturas o los ejercicios correspondientes, cuando se vuelan las clases sin aviso previo, entre otras más. Sin embargo, también son parte de las vivencias en cada generación… estamos cerrando ciclos y esta décima generación que egresa me deja diversas experiencias que agradezco desde el corazón, muchos aprendizajes como persona y profesional. Me quedo con sus sonrisas, su entusiasmo, su creatividad, sus posicionamientos teóricos e ideológicos, el crecimiento profesional que varias de ustedes asumieron y fueron compartiendo en cada etapa. Van para ustedes los mejores deseos en su vida personal y profesional.
¡Muchas felicidades colegas, compañeras, compañeros comunicadores!
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