Chiapas: el escandaloso fin de un virreinato

No nos recuperamos aún de los problemas generados por el escándalo que significó el proceso de reemplazo de sí mismo del actual gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello, cuando ya estamos inmersos en otro de proporciones igual de mayúsculas. Algo debe andar mal cuando nos enteramos que un número importante de mujeres que contendieron en las pasadas elecciones a diferentes cargos, presentaron sus respectivas renuncias a los puestos de elección en que participaron y por lo cual habrían de convertirse en autoridades en diferentes niveles de gobierno.

No me extraña que en el Partido Verde ocurran ese tipo de cosas, cuando se trata de una agrupación política que siempre se ha manejado como una suerte de franquicia que puede rentarse o alquilarse a fin de conseguir cargos. Para nuestra desgracia, no es el único partido que recurre a ese tipo de prácticas y algunos de ellos se lamentan que, en breve, perderán su registro debido a que no alcanzaron en las pasadas elecciones el tope del 3% que la ley electoral actual prescribe. Esgrimen que se les trata injustamente, que no se contabilizaron bien “sus votos”, que los medios los descalifican frecuentemente, pero son incapaces de reconocer que la ciudadanía escasamente votó por ellos y que el número de sufragios no es suficiente para seguir viviendo de los recursos públicos. En honor a la verdad es esto lo que en realidad más les duele, ser relegados en su calidad de agentes rentistas del Estado. Pero esta será una película sin fin porque amenazan con regresar en los próximos procesos electorales.

Foto: Roberto Ortiz

Tampoco me sorprende que, en el fondo, los del Verde expresen el más absoluto desprecio por los ciudadanos que optan por sus candidatos, pues no puede entenderse de otra manera el hecho de haber participado en una elección, votar por una de sus candidatas y luego estas renuncien para que ocupen los cargos a quienes verdaderamente no han sido electos por la ciudadanía.

Mientras la desigualdad entre hombres y mujeres siga siendo tan marcada, sostener una política afirmativa en favor de las mujeres resulta imprescindible. Con mayor razón en estados como Chiapas donde ese tipo de desigualdad resulta sempiterna y paliarla costará todavía muchos años más. No obstante, eso no es motivo para que no se continúe insistiendo sobre la imprescindible necesidad de forjar mejores equilibrios que tiendan a erradicar estas y otras desigualdades.

Y las renuncias de las candidatas pueden tener diferentes motivos. El más evidente es que fueron presionadas e incluso engañadas desde los grupos de poder que controlan el Partido Verde en Chiapas, a fin de que dejaran los cargos una vez pasadas las elecciones. Pero, también, es posible que algunas sean obligadas a renunciar bajo posibles amenazas de violencia.

El desacreditado gobernador sustituto de sí mismo, envió una iniciativa al Congreso a fin de evitar estas irregularidades que, como han manifestado las autoridades electorales, resultan violatorias de la ley. Es muy posible que un Congreso chiapaneco como el actual que ha dado muestra ostensible de su condición de vasallaje y su actitud servil frente al gobernador, ya haya aceptado la iniciativa del mandatario y ahora comedidamente anuncien públicamente que existirá un respaldo jurídico en favor de las mujeres que aspiren a cargos de elección popular. Sin embargo, es claro que han infringido un enorme daño a la credibilidad a las instituciones y procesos electorales. El mensaje por demás patético es que les vale el hecho de que los ciudadanos sufraguen por X o Y candidato, quienes detentan el poder harán hasta lo inaudito con tal de satisfacer la vanidad de sus condiciones de mando.

Afortunadamente no han faltado las protestas, así como la intervención de las autoridades del INE, en este asalto a la voluntad de la ciudadanía que ha elegido a las mujeres que hoy se  intenta conculcar sus derechos políticos. En este sentido, ha sido muy importante la labora de periodistas y analistas que se oponen a semejante despropósito.

Por lo pronto, hay una suerte de compás de espera, pero es probable que se resuelva favorablemente y se detenga este atropello. En este sentido, hay signos alentadores si consideramos que uno de esos candidatos (curiosamente, uno de los asistentes del mandatario sustituto de sí mismo) ha decido renunciar al cargo de diputado local, toda vez que su caso se enmarca en el escandaloso intríngulis que significaba su remplazo por las candidatas mujeres que fueron obligadas a renunciar.

Después de este penoso espectáculo, todo parece indicar que los chiapanecos volverán a contar con un Congreso mayoritariamente de mujeres, puesto que habrán 25 legisladoras y 15 legisladores; de acuerdo con la distribución que acaba de ratificar el Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana de la entidad. No es la primera ocasión en que resulta integrada de esa forma la legislatura local, puesto que la presente que está por concluir igualmente operaba con mayoría de mujeres. No es un dato menor, frente a la falta de equidad en los diferentes planos de la vida nacional.

Sin embargo, conviene no perder de vista que la actual legislatura ha dejado mucho que desear por la actitud obsequiosa que siempre le caracterizó frente al ejecutivo estatal. Esperemos que este no sea el caso en la próxima legislatura. La ciudadanía requiere urgentemente que se comporten como genuinos representantes populares, que asuman que no son empleados del gobernador en turno y, fundamentalmente, se reconozcan como un contrapeso frente al poder ejecutivo. Mientras esto no ocurra, los medios y la ciudadanía en general no tienen otro camino que practicar la política de la influencia y la presión pública para evitar los despropósitos que siempre acechan desde el poder.

Un comentario en “Chiapas: el escandaloso fin de un virreinato”

  1. Octavio Sánchez
    14 septiembre, 2018 at 19:20 #

    En este país, la impunidad se mueve a gusto y sola. Un estado tan bello, pero echado a perder en manos del Manuel Velasco, virrey de Chiapas. ¿ Qué tendremos que hacer para que estos parásitos, tanto en lo personal, como de partido dejen de ser un cáncer para la vida del país?. Estamos cansados de tanto partido satélite estén de vividores y zanganos, viviendo del erario público. YA NO MÁS PARTIDOS CARROÑEROS!!!!. Excelente su comentario Sr. Efraín Quiñones.

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