Hoy, a 50 años de la fiebre de la televisión en Chiapas

En su edición del 13 de octubre de 1968, El Sol de Chiapas, que dirigía Francisco Núñez, El Gitano, informaba en primera plana que en Tuxtla había júbilo “por la magnífica transmisión por la tele” de la inauguración de los juegos olímpicos, que se había realizado la mañana del 12 de octubre desde el Estadio México 68.

“Por los cuatro puntos cardinales, escribía el emocionado cronista, se vio gran cantidad de gentes observando la transmisión de televisión que resultó el más grande de los éxitos, pues la transmisión fue clarísima, nítida.

“Los establecimientos comerciales que pusieron televisores en sus aparadores fueron invadidos no sólo en su interior sino en las aceras y aun en las mismas calles”.

El más satisfecho de esta nítida transmisión era el empresario José de Jesús Partida, dueño del recién creado XHTX-TV Canal 8, Radio y Televisión de Chiapas, que para cubrir con su señal a cuatro poblaciones del estado, se apoyó en el sistema de microondas que había instalado un año antes la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en todo el país. 

El empresario, sin embargo, estaba también preocupado porque dentro de las cuentas que garrapateaba, consideraba que su televisora sería rentable solo funcionaban en Chiapas tres mil televisores. 

Los datos que le llegaban era que apenas se habían vendido algunos centenares, por la desconfianza de las personas de que una vez concluidos los juegos olímpicos se desmontarían las antenas y se regresarían los equipos de transmisión. 

Un colaborador del periódico La Extra, escribió el 25 de junio de 1968, que no era “justo” que se comprara una televisión por 15 días: “Si pagamos bastantes impuestos que al menos tengamos televisión. No es justo que el provinciano lo tengan tan amolado. La provincia también es México”. 

José de Jesús Partida aclaró que al terminar las olimpiadas, se suspendería la señal de su televisora por tres días, y que volverían a retomar sus transmisiones, con programas propios, repeticiones y emisiones en vivo de XHGC TV canal 5 y de GHTV canal 4 del Distrito Federal.

La inversión, decía, había sido cuantiosa como para abandonar el proyecto recién iniciado. 

Tuxtla de los sesentas, de tiempoyforma.com

En ese sentido tenía razón, porque meses atrás habían llegado el ingeniero Didier Alexander y el doctor Gerge Novarone, ambos franceses, quienes apoyados por ocho técnicos mexicanos, habían instalado el equipo de la XHTX-TV, y supervisado el funcionamiento de la antena de transmisión de más de 40 metros, ubicada en la radiodifusora XEON, y las otras en Rizo de Oro, Ocozocoautla, y en el Cerro Tzontehuitz, San Cristóbal de Las Casas. 

El periodista Felipe Trejo dio cuenta el 25 de octubre de 1968, en El Sol de Chiapas, que los “finísimos aparatos franceses” de la televisora tuxtleca, funcionaban con la precisión que se esperaba, y que los “televidentes chiapanecos estaban de plácemes”.

La televisora, que estaba ubicada en la 14 Poniente y 13 Norte, en El Mirador, contaba con un telecine de 2000 watts, una microondas de 240 watts y una cámara de televisión, y “hasta ahí”, porque entonces El Mirador se veía lejísimos, escribió el periodista, “llegan muchos curiosos a verlos en actividad”. 

Rodolfo Espinosa, conocido como Sergio del Valle, escribió el 25 de octubre de 1968, en su columna Pinceladas de El Sol de Chiapas, algo que bien vale la pena transcribir completo sobre la llegada de la televisión:

“Por donde quiera que usted camine en esta capital: lado sur, norte, oriente o poniente, en donde quiera ve usted antenas de televisión en los techos.

“Son antenas bajas y ya no aquellas antenas que antes se veían, porque la imagen aquí en Tuxtla se ve más clara, palabra, más firme y más nítida que en la misma capital de la república.

“El sistema de microondas es una ventaja enorme y a ello se debe lo impecable de la transmisión.

“Ahora el chiste de moda es éste:

“—Perdone señorita, ¿podría ver al gerente?

“—Lo siento, pero el señor gerente está ocupadísimo en un asunto muy importante…

“Y cuando la secre entra al despacho del jefe lo encuentra embobado en la televisión.

“Y esto ocurre a diario a un con los funcionarios o ejecutivos más importantes.

“Lo dicho; tenemos fiebre de televisión”.

Esto sucedió hace 50 años, y ahora parece que estamos despidiéndonos de este aparato, rebasado por las computadores y el internet. 

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