Tuxtla, mediados del siglo XX

© Local del Ateneo de Ciencias y Artes de Chiapas. Tuxtla Gutiérrez. Dominio público (c1945).

[2da. de ocho partes]. Cuando el señor gobernador Francisco J. Grajales [se iniciaron concursos de conocimientos]… Entonces ahí, en la escuela Belisario Domínguez, concentró a los alumnos de sexto año, y nos hacían preguntas cada mes. Presentaba el director de la escuela a siete alumnos o seis alumnos… uno en cada materia. Los más destacados… Sií. Iba a ser todo el año [todo el ciclo escolar]. Todas las escuelas iban a pasar, de sexto año, pero no se llevó a cabo. Nada más hicieron como cuatro concursos, cuatro meses. Y tuve la oportunidad de sacar el primer lugar en civismo: de veinte preguntas una fallé. Empaté con… hoy es doctor, se apellida Gutiérrez y… entonces le apodaban La Burra; estaba [en la escuela] Veintiuno de Agosto. Participamos también en el básquetbol, fútbol y voleibol.

 

Profesores. Premios y castigos

Cuando estudiamos el sexto año, ahí fue más extenso todavía, porque fue… historia universal, todo el mundo. Estudiamos también ciencias naturales y geografía, de todo el mundo también. Era muy bonito, era precioso, porque el maestro Arturo Palacios vivía frente al Mercado Viejo, ahí tenía su casa. Él murió en [el] terremoto allá en México, en el 68 o… 78 creo que fue, que se cayó el hospital… [Supimos que] se desplomó la casa donde vivía. Pero ya estaba jubilado… muy buen maestro. Eso fue parte de mi niñez. 

Ahora hagamos memoria… Intente recordar los nombres de otros profesores destacados, durante su Primaria. Hmmm… Esperanza Gutiérrez me enseñó en primer año puees… una Claudia Velázquez en segundo año. Lupe Jiménez en tercero. En cuarto año fue [nuestra] profesora Guadalupe Mandujano. En quinto año creo que fue otra vez la profesora Claudia, y en sexto año fue el profesor Arturo Palacios.

Alguna anécdota que recuerde… sobre alguno de estos maestros. Puees… el profesor Arturo Palacios era muy buen maestro. Nos enseñaba perfectamente bien [aunque] fumaba mucho cigarro [y entonces] tenía… cuando hablaba salía un tufo [de su boca] y entonces con el cigarro lo mermaba. Pero era muy decente el maestro, muy educado, y siempre nos incitaba a estudiar.

Pero… yo, como le empecé a contar pues… era muy pobre… mi padre era carpintero viejo [y] nunca tuve un libro. Siempre mis compañeros me emprestaban sus libros, y con eso estudiaba yo. Y él nos daba una ligera explicación, y se me grababa todo. Y repetíamos todo lo que él nos enseñaba: cómo funciona el corazón, los pulmones, cómo funciona el telégrafo, una máquina de vapor… las de carbón, [de los trenes] viejos; las calderas, y así por el estilo. Él me seleccionó cuando fui a concursar… en el concurso [del gobernador] Francisco J. Grajales. [Él nos] dijo:

—¿Quién quiere ir? —Yo levanté la mano.

—Yo voy. Yo quiero ir, maestro, —[le dije].

¿Tú quieres ir? —[respondió]—. Ah bueno. Correcto, de acuerdo.

Y… fíjese usted nomás, que cuando yo crucé el sexto año en el cincuenta y uno, saqué un promedio de ocho cinco, y sin tener libro. [Sólo] unos cuadernos que me compraba mi mamá que eran… [de papel] periódico eran […] porque donde borraba yo, se rompía. Era un papel gris, corriente totalmente. Y [en cuanto a] las otras profesoras… sií, nos pegaba muy duro la profesora de primer año Esperanza Gutiérrez. Nos decía: ¡Pongan las manos en el pupitre! y… ¡Paf! ¡Va reglazo! Cuando nos cachaba… [cuando] estaba haciendo cuentas, o enseñando algo en el pizarrón y [de pronto] volteaba ver y veía que estábamos platicando… ¡Mmjú! ¡Mire! ¡El borrador [nos] aventaba! Y [si el de adelante] se agachaba, le pegaba al de atrás.

 

Ladronzuelo y corrección

La profesora Claudia nos agarraba de las patillas. Nos levantaba en puntillas, [y así] nos llevaba caminando. Pero salimos muy buenos. Esa educación se necesita hoy día, porque realmente los padres no educan a sus hijos. Los maestros [a los hijos] ya no los pueden tocar. Yo recuerdo una vez que el profesor Miguel Ángel Gutiérrez [corrigió a un alumno]… Era bolero el muchacho, y era rata. Entraba en las tiendas y robaba y todo eso. Y una vez dijeron [las autoridades]:

Noo. Está muy chamaco pa’meterlo preso. Entonces [dijeron], queremos alguien que se haga responsable. Entonces El Patudo, [el profesor] Miguel Ángel Gutiérrez dijo: yo lo voy educar a ese muchacho… Era [profesor] de educación física. Y sí, [el ladronzuelo] jugaba básquetbol, fútbol, y nos pegaba patadas. A puras patadas nos agarraba. Entonces una vez que robó este muchacho, una tienda [de la ciudad]… los techos eran antes [de] puras tejas de barro. Entraron por el tapanco y entraron a robar, y agarraron a uno de ellos, y ese lo confesó todo:

No, no, dijo. El mero bueno fue El Chapiro… Ahora tiene una cantina allá por el [barrio] Niño de Atocha. Entonces [el maestro] le dijo: A ver, a ver. Ven pa’cá. Había un palo de mezquite en el patio ¿verdad?… de la escuela. Lo amarró. Le quitó la camisa, y lo agarró a fajazos… como si fuera su hijo.

—¡Sólo así te vas a componer!, —le decía.

Y hasta que lloró [le preguntó]:

—¿Lo vas a volver hacer? —No, maestro. Ya no lo vuelvo hacer.

Así dijo y se compuso. Y… ¿cuál era el nombre de este muchacho, El Chapiro? Arnulfo. Era uno de los más grandes de la escuela. Porque fíjese usted que cuando yo estaba en primero, ya hombres iban en quinto y sexto año. Claro que esa [generación] se fue yendo, se fue pasando y [así] fueron entrando más jóvenes, más chamacos.

 

La Sirena y demás empleos

Usted termina entonces el sexto año en el 51. ¿Qué edad tenía en ese momento? Quince años. ¿Después de la Primaria usted tuvo oportunidad de estudiar la Secundaria… No. ¡Qué va a ser! Ahí terminó [toda la escuela], porque empecé a trabajar en una imprenta… La Sirena, de una profesora Carmen Espinosa, esposa de don Chanti Serrano. Chanti Serrano era el papá de Irma Serrano. Ahí mismo vivían, en la Tercera Poniente, [e] Irma Serrano también.

cruzcoutino@gmail.com agradece retroalimentación.

Un comentario en “Tuxtla, mediados del siglo XX”

  1. Maria de Lourdes Urbina Paredes
    21 octubre, 2018 at 9:23 #

    Saludos Antonio Cruz Coutino. Aunque se me pasó la primera parte, ahora que leo la segunda parte sobre tu narrativa de Tuxtla, mediados del siglo XX, te felicito y espero no perderme las que vienen. Dices que van hacer ocho partes, así que faltan 6. La foto que aparece aquí es de l945, el local del Ateneo de Ciencias y Artes, al respecto, aún no nacía, sería en 1955 que entré a la Escuela Primaria Dr. Belizario Dominguez, (por cierto que no se si ya desapareció, o si se encuentra en otro lugar? ) salí en 1961 no con muy buenas calificaciones pues fui muy rebelde y difícil de controlar. Bueno esto es un poquito de mi experiencia en la Primaria. Espero los siguientes narrativas que seguiré con mucho gusto. Gracias por tu interés de escribir sobre la Ciudad de Tuxtla.

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