Hierbas de olor

Imagen cucinare.tv

Rebeca llegó a casa, dejó la bolsa del mandado, el paraguas intacto que había espantado la lluvia y se dispuso a lavarse las manos para iniciar la preparación de la comida. Esa tarde de fin de semana había decidido consentirse y también a su familia para cocinar una sopa de champiñones.

Desde que había probado la sopa de setas y champiñones le había quedado gusto por el platillo, ahora deseaba degustar ese sabor pero de su propio sazón. Era todo un reto y estaba dispuesto a realizarlo.

Mientras hizo todo el proceso para la preparación de la sopa, recordó los consejos de su mamá para cocinar, las recetas que le había compartido de su abuelita materna y también se acordó de sus clases de cocina en la escuela. Uno de los ingredientes clave para las comidas eran las hierbas de olor. Sonrió al percatarse que antes no tenía en cuenta este detalle, a ella le parecían simples hojas frescas o secas. Cuán equivocada estaba. Al tiempo que pensaba esto iba agregando las hojas de epazote que darían el toque final a su sopa, le quiso poner un ingrediente más, algo de picante, se le antojaron los tempenchiles que tenía en conserva.

La sopa de champiñones estaba en preparación, el olor de la mezcla de hongos, tomate, cebolla, ajo, epazote y tempenchiles  comenzaba a percibirse.  Las tortillas de maíz amarillo que Rebeca había comprado eran el acompañante perfecto para esa sopa. Partió limones, reservó algunos para la sopa y con el resto preparó limonada con chía.

Llamó a José y Maribel, sus hermanos para que le ayudaran a poner la mesa.

-¿Qué has preparado? Huele rico. Dijo José.

– ¡¡Sopa de champiñones!!. Respondió Rebeca.

-¿De champiñones??? Preguntó asombrada Maribel.

-Así es, ya veremos qué tal me salió. Vamos, apúrense para que todo esté listo y  la comida en familia no demore. Contestó Rebeca mientras se dirigió a la cocina.

Apagó la hornilla de la estufa, destapó la tapa de la cacerola y percibió el aroma de la sopa. El epazote le daba un toque muy particular. -¡Delicioso!! No cabe duda que las hierbas de olor son mágicas en la gastronomía, dijo para sí Rebeca, buscando los tazones para comenzar a servir el platillo.

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