La protesta en México en tiempos de COVID-19

Foto: Carlos Gómez

Por Carlos de Jesús Gómez Abarca[i]

Desde hace algunos meses, en México se instaló el “distanciamiento social” como parte de nuestro vocabulario, entendido básicamente como el método de distanciamiento físico entre las personas con el objetivo contener la propagación de COVID-19, “aplanar” la curva epidémica, y evitar, así, la saturación del sistema hospitalario. La Jornada Nacional de Sana Distancia (JNSA) de la Secretaría de Salud, de la mano del personaje de Susana Distancia, fue el programa nacional desde el que se desplegó tal estrategia, comprendida oficialmente del 23 de marzo al 20 de mayo. De esta manera, el confinamiento voluntario de las personas en sus hogares ha sido la principal estrategia, esto en un país donde la mayoría de personas no pueden quedarse en casa debido porque tienen la necesidad de salir a la calle para ganarse el sustento cotidiano.

Más allá de lo controvertida que ha resultado esta estrategia, de sus logros o de sus fracasos, los impactos psico-sociales asociados al confinamiento han sido materia de reflexión. Hacia finales de marzo, antes de dar comienzo a la JNSA, me preguntaba sobre el impacto de la pandemia y el confinamiento en la movilización social, particularmente sobre el impacto en los actores colectivos que evidencian y buscan incidir positivamente en los grandes problemas nacionales, los problemas emergentes producidos por esta contingencia de salud y el futuro de la movilización social en un horizonte donde el auto-confinamiento representa una de las pocas vías para mantenernos a salvo. Después de 3 meses, lo que va de la pandemia y del confinamiento “voluntario” nos permite tener algunos atisbos al respecto.

La violencia parece no encontrar confines claros en México. Ser reportero o activista en México, son dos actividades de alto riesgo, las desapariciones a las que son propensos quienes las ejercen son otra epidemia. En Veracruz, el 31 de marzo comunicadores de Veracruz protestaron por el asesinato de la reportera María Elena Ferral,[ii] exigiendo justicia al gobernador Cuitláhuac García Jiménez y a la encargada del despacho de la Fiscalía General del Estado, Verónica Hernández Giadáns, así como al Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO); El 11 de mayo, activistas protestaron en CDMX para demandar a AMLO, a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y a la Fiscalía General de la República, protección para los defensores de derechos humanos, por tratarse de un grupo propenso a las desapariciones.[iii] Un día antes, el 10 de mayo, en algunas ciudades del país (como México, Guadalajara, Saltillo y Torreón) y en redes sociales se realizó la IX Marcha de la Dignidad Nacional, organizada por las Madres buscando a sus hijas e hijos, demandando verdad y justicia.[iv]

Otras protestas han surgido motivadas por las condiciones laborales en que se encuentran trabajadores de diferentes gremios, quienes experimentan una situación particularmente difícil en el contexto de la pandemia. Las acciones más visibilizadas en los medios han sido las del sector salud cuyos trabajadores han protestado en diferentes partes del país, como en Ciudad de México, Coahuila, Morelos y Chiapas[v] por falta de insumos elementales para protegerse y trabajar dignamente frente a la contingencia sanitaria. Otras acciones menos visibles han sido las de trabajadores eventuales, como los contratados por el INEGI ─Instituto Nacional de Estadística y Geografía─, que en el  mes de abril protestaron por ser despedidos ante la contingencia de la pandemia, algunos sin recibir sus salarios completos.[vi]

También en materia de salud, los derechohabientes del sistema de salud pública se han pronunciado en el espacio público para demandar atención médica y medicamentos a pacientes con padecimientos crónicos, pacientes que han quedado marginados debido a la adecuación de la estructura hospitalaria para atender enfermos de COVID-19. Sin embargo, es importante decir que el tema del desabasto no es nuevo, lo que ha quedado expuesto a través de la protesta realizada el 28 de mayo por padres de niños con cáncer para para exigir el abasto de medicamentos oncológicos para sus hijos, estas protestas se han venido realizando, al menos, desde el 2018.

Entre mayo y junio las protestas se multiplicaron. Como en diferentes partes del mundo, en México las Protestas y los debates sobre el racismo y la violencia policial se reavivaron debido al asesinato de George Floyd en Estados Unidos. Activistas de México se sumaron a estas protestas en un país donde también la violencia policial y el racismo son algo cotidiano. Decenas de jóvenes protestaron en diferentes ciudades, siendo particularmente cubiertas por los medios de comunicación las acciones realizadas en CDMX y Guadalajara, donde de nueva cuenta se suscitó y documentó la represión ejercida contra los manifestantes, lo que posteriormente ocasionó el cuestionamiento del uso de la fuerza policial y nuevas protestas. En este tenso contexto, se suscitó también la muerte de Giovanni López en Jalisco,[vii] cuya detención y posterior ejecución extrajudicial se cometió por no portar cubrebocas, cuando se había decretado su uso obligatorio. Nuevas protestas y discusiones discurren desde entonces en diferentes planos de la vida nacional.

En otro espectro de las manifestaciones, el de los detractores de AMLO, se encuentra el conjunto de protestas realizadas en caravanas automovilísticas que se han presentado desde finales de mayo. Estas han sido encabezadas por el FRENA ─Frente Nacional Anti-AMLO─[viii] en diferentes estados del país, tales como Guerrero, Aguascalientes, Jalisco, Chihuahua, Quintana Roo, Sonora, Colima, Veracruz, Estado de México, Morelos, Hidalgo, Durango, Baja California Sur, y Sinaloa. Su principal motivación ha sido cuestionar públicamente las políticas implementadas por el actual presidente de México ─el cierre de refugios para mujeres golpeadas, la carencia de medicamentos para niños con cáncer y la cancelación de inversiones en el país, entre otras─, exigiendo su renuncia.

Otras manifestaciones se han trasladado al plano de la virtualidad, espacio clave donde se desenvuelven las dinámicas sociales actuales. Los padres de las víctimas de la Guardería ABC convocaron a protestas virtuales, a 11 años de la tragedia infantil, para exigir justicia y cárcel para los responsables.[ix] #BastaDeContarHasta10 y #NosotrasTenemosOtrosDatos[x] son también iniciativas promovidas por organizaciones feministas para visibilizar la violencia de mujeres en confinamiento, promoviendo acciones para refugiar a mujeres, apoyarlas con trámites electrónicos, realizar conversatorios virtuales y organizar trueques, apoyos comunitarios y mesas de análisis político. Asimismo, en el momento en que termino de escribir estas líneas, se celebra el Día del Orgullo LGBTI++ 2020, con una serie de actividades en línea que incluyen eventos performativos, artísticos e informativos.

En resumen, este breve repaso de acciones colectivas en el contexto de la pandemia está lejos de ser exhaustivo. No obstante, se sitúan algunos ejemplos que dan pauta para reflexionar sobre el presente y el futuro de las protestas en México, reflexión que resulta importante, si consideramos que son las protestas una forma de acción colectiva para presentar las demandas al gobierno u otros actores mediante el uso de uno o varios repertorios de protestas e influir en la vida social y política de la sociedad, principalmente cuando otros canales no ofrecen respuestas favorables.[xi] De tal manera que, tratando de responder las preguntas iniciales, cierro con algunos puntos para futuras reflexiones.

Una primera reflexión proviene de la lectura de los problemas estructurales que refieren los contenidos de las protestas. Los grandes problemas no dan tregua en el contexto de la pandemia, se agudizan. La pobreza, la desigualdad, la(s) violencia(s), el acceso a la salud y las condiciones laborales precarias, que de por si son experimentadas por amplios sectores de la población, con particular intensidad en diferentes regiones del país, como el sur de México, hoy en día se profundizan y adquieren nuevos matices. En este contexto tan complicado, sin embargo, hay activistas con un fuerte compromiso social que, a pesar de los riesgos de resultar afectado por pandemia, continúan evidenciando tales problemáticas y demandando soluciones. Mención y análisis aparte merece también el nuevo ciclo de movilizaciones del FRENA, no solo por ser crecientes en el número de manifestantes, sino también los objetivos que se persiguen y los valores que se difunden en las mismas.

Una segunda reflexión apunta a que resulta inevitable que el distanciamiento físico entre las personas no impacte en las dinámicas y formas organizativas de nuestra sociedad, incluyendo el quehacer cotidiano de las organizaciones y los movimientos sociales. Las formas de protesta, particularmente, que incluyen el uso de cubrebocas, el relativo cuidado de la sana distancia, el uso de vehículos motorizados, y la centralidad de las tecnologías, dan cuenta de esto. Es decir, surgen también propuestas creativas e innovadoras y actualizaciones de los repertorios de protesta, siendo la virtualidad un espacio fundamental para la “acción conectiva”.[xii] Una observación y un análisis detenido, se hace necesario sobre esta dimensión morfológica de las acciones de protesta.

Finalmente, conviene recordar que la acción colectiva es dinámica y cíclica, contando con momentos de intensidad, y momentos de reflujo o, de visibilidad y de latencia.[xiii] En este sentido, más allá de preocuparnos por la efímera visibilidad de las acciones colectivas altamente mediatizadas, parece importante aprovechar el espacio de reflexión y reformulación de las motivaciones y las acciones colectivas abierto por el contexto de crisis en el que nos encontramos. Desperdiciar las circunstancias actuales para (re)pensarnos críticamente parece igual de grave que la desmovilización social, en sus diferentes modalidades.

 

Notas:

[i] Investigador social, integrante del Observatorio de las Democracias: sur de México y Centroamérica (https://observatoriodelasdemocracias.com.mx/). Correo electrónico: jesus.gomezabarca@gmail.com

[ii] Para más información: https://www.proceso.com.mx/624191/ferral-protestas

[iii] https://www.jornada.com.mx/ultimas/sociedad/2020/05/11/se-agravan-agresiones-contra-periodistas-y-activistas-durante-pandemia-737.html

[iv] https://piedepagina.mx/seis-actividades-para-acompanar-a-las-madres-en-busqueda-este-10-de-mayo/

[v] https://www.chiapasparalelo.com/noticias/chiapas/2020/05/personal-de-salud-protesta-en-el-hospital-de-comitan-denuncian-falta-de-insumos/

[vi] https://www.elfinanciero.com.mx/estados/trabajadores-del-inegi-protestan-por-falta-de-pago-de-salarios-en-morelos

[vii] https://www.jornada.com.mx/ultimas/politica/2020/06/04/condena-onu-dh-muerte-de-giovanni-lopez-ramirez-5386.html

[viii] https://www.jornada.com.mx/ultimas/politica/2020/05/30/con-lemas-de-amlo-vete-ya-automovilistas-protestan-en-cdmx-844.html

[ix] https://www.jornada.com.mx/ultimas/estados/2020/06/04/este-ano-realizaran-protesta-virtual-por-ninos-de-la-guarderia-abc-9852.html

[x] Para más información: https://www.informador.mx/cultura/Activistasde-las-calles-a-las-redes-20200614-0017.html

[xi] Véase Cadena-Roa, Jorge (2016). “Las organizaciones de los movimientos sociales y los movimientos sociales en México, 2000-2014”. En Análisis, núm. 1. En https://library.fes.de/pdf-files/bueros/mexiko/12452.pdf

[xii] Véase Bennett, W. Lance, y Segerberg, Alexandra (2012). “The Logic of Connective Action. Information”. En Communication & Society, vol. 15, núm. 5, pp. 739-768. En: https://www.researchgate.net/publication/254296720_The_Logic_of_Connective_Action

[xiii] Véase: Melucci, Alberto (1999). Acción colectiva, vida cotidiana y democracia. México: El Colegio de México – Centro de Estudios Sociológicos.

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