Brigada Internacional de Médicos cubanos Henry Reeve

Henry Reeve nació en el barrio de Broocklyn, Nueva York, Estados Unidos el 4 de abril de 1850. Siendo un adolescente participó en la llamada Guerra de Secesión de los Estados Unidos en las filas del Ejército de la Unión. Las noticias de un levantamiento armado en Cuba en un lugar llamado La Demajagua y liderado por Carlos Manuel de Céspedes en 1868, llegaron a oídos del joven Reeve. No vaciló en unirse al nuevo movimiento que en El Caribe propugnaba por la libertad de la mayor de las Antillas. El joven Reeve de solo 19 años llegó a Cuba en 1869 a bordo de un buque nombrado Perrit, acompañado de varios voluntarios dispuestos a unirse a los independentistas cubanos. En plena playa y mientras descargaban los pertrechos, la expedición de jóvenes norteamericanos fue emboscada por las tropas españolas que lograron hacer prisioneros a toda la fuerza expedicionaria.   En la playa misma se formó el pelotón de fusilamiento que asesinó a todos aquellos voluntarios dispuestos a pelear por la Independencia de Cuba. Henry Reeve recibió cuatro balazos pero sobrevivió y logró ser rescatado por las fuerzas cubanas al mando del General Ignacio Agramonte. Así, Reeve luchó en la guerra de los Diez Años desde 1869 hasta el 4 de agosto de 1876 en que murió combatiendo en Yagaruamas, Provincia de Matanzas, Cuba. Tenía 26 años de edad.

Setenta y siete años después de la muerte de Henry Reeve, un 26 de julio de 1953, un grupo de jóvenes cubanos liderados por Fidel Castro, asaltó los cuarteles Moncada en Santiago de Cuba y el  Carlos Manuel de Céspedes en Bayamo, con el propósito de derrocar al dictador Fulgencio Bautista y liberar a Cuba. Gran parte de quienes participaron en estos asaltos fuero asesinado en los siguientes días. Fidel castro fue capturado y enviado a prisión para ser liberado en 1955 y deportado a México. En nuestro país, Castro encontró a una paisana cubana, María Antonia González, que vivía en un departamento en la Colonia Tabacalera en el entonces Distrito Federal. Ese departamento se convirtió en uno de los centros de reunión que usó Fidel Castro mientras preparaba su regreso a Cuba para seguir el combate contra Batista. Fue en la casa de María Antonia González, cuyo hermano había sido asesinado por la dictadura de Batista, en donde Fidel Castro conoció a un joven argentino llamado Ernesto Rafael  Guevara de la Serna, quien había nacido en Rosario el 14 de junio de 1928. En la lucha contra Batista, Ernesto Guevara se convirtió en el “Che” Guevara, asesinado en Bolivia, en un lugar nombrado La Higuera, el 9 de octubre de 1967. El “Che” pasa a la historia como un ícono de las luchas sociales en América Latina.

Además del departamento de su amiga María Antonia González, Fidel Castro y sus compañeros de lucha, se reunieron múltiples veces en el legendario Café La Habana, que aún existe en la ahora Ciudad de México. Las historias se van enlazando. En ese mismo café nos reuníamos varios de los estudiantes  que participamos en el Movimiento Estudiantil de 1968. Y en ese enlace de historias, no olvidemos que fue en la Ciudad de México que Fidel Castro conoció a Alberto Bayo, general republicano español, que había combatido en contra del golpe de Estado encabezado por el General Francisco Franco. Vencidos los republicanos, miles de ellos llegaron a México y gracias al General Cárdenas, fueron recibidos para que rehicieron su vida en el país. El general Bayo aceptó entrenar a los jóvenes cubanos, a quienes preparó en tácticas militares en una parte de la región de Chalco-Amecameca, en el estado de México, allá por el rumbo de Ayotzingo, que presentaba condiciones muy parecidas a las de la Sierra Maestra. Es muy conocida la historia siguiente de los luchadores cubanos que se embarcan en el Granma y después de derrotar al ejército de Fulgencio Batista, hicieron su entrada a La Habana el 8 de enero de 1959.

Desde prácticamente los inicios del gobierno de la Revolución en Cuba, se inició la solidaridad de los médicos cubanos con el mundo. En 2005, el huracán Katrina devastó la ciudad de Nueva Orleans, una de las cunas del Jazz y del florecimiento de las culturas afronorteamericanas. Era Presidente de los Estados Unidos George Bush, hijo. La frase de un familiar de este, diciendo “es una ciudad de negros” en referencia a que no urgía reconstruir Nueva Orleans, se supo en todo el mundo. Fidel Castro, en un gesto de solidaridad inolvidable, ofreció al gobierno de los Estados Unidos, los servicios de la Brigada Internacional de Médicos. El gobierno de los Estados Unidos rechazó el ofrecimiento ante lo cual el líder de la Revolución Cubana bautizó a la Brigada Internacional de Médicos con el nombre de Henry Reeve, en honor del joven norteamericano que sacrificó su vida en aras de la independencia del pueblo cubano.

Los médicos cubanos han atendido a más de cuatro millones de personas en todo el mundo, sin importar ideologías y respetando pulcramente a los gobiernos que han solicitado su presencia.  Un pueblo pequeño en número pero gigante en humanismo como lo es Cuba, ofrece su solidaridad en momentos tan difíciles como los que hoy atraviesa el mundo con la pandemia. En México mismo, tenemos la presencia de la Brigada Henry Reeve, que auxilia a los médicos mexicanos en su combate contra el COVID 19. Relatar la acción solidaria de los médicos cubanos en el mundo merece un libro.

Justo el pasado domingo 26 de julio, fue lanzada la campaña internacional para proponer a la Brigada Internacional de Médicos Cubanos Henry Reeve, al Premio Nobel de la Paz 2021-

Será Adolfo Pérez Esquivel, el destacado defensor de los derechos humanos y Premio Nobel de la Paz en 1980, quien es el encargado de presentar el expediente correspondiente ante el jurado del Premio Nobel. Irá respaldado por millones de voces de todo el mundo. La Brigada Internacional de Médicos Cubanos Henry Reeve se ha ganado el alto honor de ser merecedores del Premio Nobel de la Paz 2021. Honor a quien honor merece.

Ajijic. Ribera del Lago de Chapala. A 27 de julio, 2020.

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