Coaliciones partidistas en Chiapas

A casi cuatro meses de las elecciones de este año, han quedado configuradas las coaliciones Va por Chiapas, que integran el PRI, PAN y PRD, y Juntos haremos historia en Chiapas, que conforman Morena, PVEM, PT, Chiapas Unido y Mover a Chiapas.

El Partido Verde Ecologista, que tuvo un fulgurante crecimiento en las elecciones de 2012, ha decidido marchar por la libre en las candidaturas municipales. Es lógico. Gobernar una presidencia municipal significa manejar un presupuesto cuasi personal con posibilidad de asignar obras y proveedores al gusto.

Esta decisión también tiene que ver con el posicionamiento del Verde y con su propósito de mantener las 26 alcaldías que gobierna y retener los 499 mil 67 votos que logró en 2018, cuando se colocó en segunda posición, tan solo 5 mil 425 votos por debajo de Morena.

Ambos objetivos están complicados: el Verde ya no es el partido arrollador de las elecciones pasadas; ha perdido estructura, se ha diluido el apoyo decisivo que se gestaba en el gobierno del estado, muchos de sus operadores políticos han tenido que migrar a Morena, y sus dirigentes actuales le entienden poco a la conquista del voto.

Lo más probable, en este Chiapas sin filiaciones políticas estables, es que vivamos el descalabro del partido con el historial más deslumbrante de este siglo en la entidad. No sería raro. No será raro.

         Sobre  las dos coaliciones existentes, también es previsible que Morena y sus aliados –que ahora gobiernan 72 municipios– se hagan de la mayoría de las alcaldías, pero lo más probable es que pierda las ciudades más importantes, como Tuxtla Gutiérrez, Tapachula, San Cristóbal, Comitán y Ocosingo.

En estas ciudades se ha concentrado, al menos en este siglo, la principal oposición a los partidos en el poder. Es normal: ahí viven las clases medias y las personas con mayor preparación académica, que suelen ser las más inconformes, y las que manifiestan su desacuerdo con el sufragio.

Además, estas ciudades, a excepción de Tuxtla, han tenido pésimas administraciones, problema que atiza la animadversión de los votantes.

La coalición Va por Chiapas tiene como reto mantener las 22 alcaldías, pero sobre todo incrementar el número de personas gobernadas, y para eso será fundamental conquistar las principales ciudades.

Por lo pronto, en los próximos días veremos rupturas internas en las coaliciones; personajes que se sentían con derecho de gobernar su municipio o alzarse con una diputación, al quedar marginados buscarán espacio en otras siglas para participar, porque lo sabemos –y la muestra más evidente son las coaliciones– que los principios partidistas son los más fáciles de intercambiar o de plano tirar a la basura cuando se trata de contender por un cargo público.

 

 

 

 

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