Y todo eso, ¿pa’ qué sirve?

“La política es buena y provechosa, cuando se prende por arriba, de otra manera es fastidiosa”, dice el personaje principal del cuento “Y todo eso, ¿pa’ qué sirve?”, escrito por Armando Montes de Oca Rodríguez, un médico respetado y querido en Venustiano Carranza, quien falleció a principios de este siglo.

El personaje, desilusionado por no continuar con su carrera ascendente, se ve obligado a trabajar, al igual que el protagonista de En este pueblo no hay ladrones de García Márquez, a cuidar un billar en un pueblo polvoriento.

Cuando uno de sus amigos, que ha resurgido de las cenizas, se encumbra otra vez en la política, lo busca para ofrecerle un cargo en el partido político más importante de aquellos años: el PRI. Pero el aludido rechaza el ofrecimiento. Su amigo, entonces le reclama:

–Si yo vine a ofrecerle este trabajo es porque usted mismo me lo fue a pedir hace algún tiempo.

El personaje no lo desmiente. Le dice que efectivamente se acercó a pedirle trabajo porque su familia se estaba muriendo de hambre, y como no tuvo ninguna respuesta favorable, aceptó aquel empleo de cuidador de billares en aquel pueblo remoto.  

Pero que ahí había descubierto, lo que sin saber estaba buscando: tranquilidad y motivación por vivir.

Ahí con su interlocutor recuerda sus años como jefe de prensa del PRI y su participación en una campaña electoral a gobernador. En una gira a una de las zonas más pobres del estado, como era común, hizo su acostumbrada presentación del candidato: “apóstol de las ideas liberales y émulo de la honradez”. Mi intención, les recitó a los asistentes, “es que ustedes sepan que él será el primero en hacerlos personas dignas… por eso, en el momento preciso, ustedes deben estar con él. No se vayan a dejar engañar por las artimañas de otros candidatos ni por sus secuaces que hacen gala de una lengua vivaz”. La perorata fue interrumpida por la mano levantada de un hombre ya anciano:

–Señor… Dígame, usted… Y todo eso… ¿Pa’ qué sirve?

 

Esa pregunta sigue siendo fundamental. Las precampañas, las campañas, que más tarde encarnarán en presidentes municipales y diputados, ¿para qué sirven?

En 12 años, que han gobernado Chiapas dos aliados del presidente Andrés Manuel López Obrador, la pobreza multidimensional de la entidad ha permanecido casi inalterable en un 77 por ciento.

Los candidatos, aun cuando firmen sus compromisos ante notarios, cuando son electos se olvidan pronto de las necesidades de los votantes. Hay excepciones, pero son tan pocas, que no logran mover la gigantesca masa de la incapacidad y de la corrupción.

El relato “Y todo eso, ¿pa’ qué sirve?” forma parte del volumen El extraño y otros cuentos, que editó el Consejo Estatal de Fomento a la Investigación y Difusión de la Cultura en 1992. 

El tema político que aborda el cuento aquí reseñado es una excepción en el libro del doctor Armando Montes de Oca. La política, desde su mirada estaba reñida con la tranquilidad de espíritu; por eso quizá no quiso convertirse en candidato a edil de Venustiano Carranza, aun cuando se lo propusieron varias veces. Prefirió seguir en su consultorio. En sus horas de ocio gustaba cantar, tocar la guitarra y la marimba, y escribir poemas, cuentos y hasta concluyó la novela histórica Marimbal, de notable factura, que en algún momento espero comentar. 

El extraño y otros cuentos, agradable y fácil de leer, refleja el espíritu de los pueblos chiapanecos, de sus aparecidos, de sus leyendas, de la expectación del oyente ensimismado en la magia de sus lugares y de su gente. 

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