El acoso sexual y las academias universitarias

Tendedero del acoso UNICACH

En días que corren ha cobrado especial presencia en los medios de comunicación el acoso sexual en universidades y recintos académicos en general. Lo que provocó este resucitado interés en este tipo de conductas entre los intelectuales en general en nuestro ámbito occidental, fue la denuncia en contra de nada menos que Boaventura de Sousa Santos, uno de los sociólogos más prestigiados a nivel mundial. Aproximadamente el 15 de abril pasado una noticia recorrió el mundo y cimbró a las academias: el sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos, una suerte de ícono de las izquierdas, era acusado de acoso sexual y por ello, se le retiraban sus cargos en la Universidad de Coimbra, Portugal, su centro de trabajo. La noticia se difundía por todos los medios disponibles: twiter, wasap, correos electrónicos, noticieros de todo tipo, las redes sociales, etcétera. La fuente original de la denuncia es un libro titulado Mala Conducta Sexual en la Academia. Sobre una ética del cuidado en la Universidad, editado en Nueva York por la casa editorial Routledge. En ese libro se incluye un capítulo redactado por quienes habían sido investigadoras del Centro de Estudios Sociales de la propia Universidad de Coimbra que dirigía, precisamente, Boavetura de Sousa Santos, y cuyos nombres son Lieselotte Viaene, Catarina Laranjeiro y Miye Nayda. En las paredes del edificio ocupado por el centro dirigido por Boaventura de Sousa, aparecieron pintadas con las leyendas: “Fuera Boaventura. Todas Sabemos”. Justo el texto incluido en el libro colectivo mencionado tiene por título “Las paredes hablan cuando nadie nada más lo hace”. El escándalo fue inmediato. En Brasil, una Diputada por Minas Gerais, Bella Gonzalves, relató su caso denunciando al famoso sociólogo lusitano. Pero quizá la denuncia que tuvo mayor resonancia fue la de una indígena Mapuche de Argentina, activista feminista, llamada Moira Millán que también asegura haber sido acosada por Boaventura de Sousa Santos. Incluso, la nombrada Moira Millán hizo circular un video en donde relata con detalles la supuesta conducta del sociólogo de marras. Por supuesto, a las denuncias le han seguido miles de declaraciones de solidaridad por lo menos en la órbita de las comunidades académicas en el ámbito occidental. No han faltado los análisis pero la tendencia abrumadoramente mayoritaria es la de condenar a Boaventura de Sousa Santos exigiendo su destierro de los ámbitos académicos. Es obvio que la destitución de sus puestos y el retiro de las invitaciones a participar en congresos, seminarios, conversatorios, son una manifestación de que su culpabilidad está fuera de dudas, por lo menos en los medios académicos. Si bien el caso de Boaventura de Sousa Santos, por tratarse de quién es, ha suscitado tal ola de opiniones, no es el único ni mucho menos. La Universidad Autónoma Metropolitana en la Ciudad de México está paralizada por una protesta de las estudiantes que acusan de acoso sexual a maestros y funcionarios. En efecto, han transcurrido poco más de dos semanas de que las estudiantes de las cinco unidades de la Universidad Autónoma Metropolitana situada en la Ciudad de México y en Cuajimalpa en el estado de México, están en huelga. Denuncian la continúa conducta de acoso sexual que sufren en la Universidad y la nula participación de las autoridades para resolver el problema. Las denuncias se inician por una estudiante que afirma haber sido violada por su novio en el interior del campus de Cuajimalpa en el mes de diciembre de 2022. El acusado admitió su conducta pero las autoridades consideraron que la sola confesión del implicado no era suficiente para castigarlo y que se necesitaban más evidencias. Con ello, se desató una serie de denuncias que culminaron en la huelga estudiantil en las unidades de la Universidad Metropolitana. Estas son las horas en que aún no se resuelve el conflicto. No han faltado las denuncias de acoso sexual en universidades como la Autónoma de Nueva León, la más grande del Norte de México. Las estudiantes de la Facultad de Arte y Diseño de la UNAM también han protestado por acoso sexual. En una reciente visita que hice a un Campus de la Universidad de Guadalajara para acudir a una reunión, me encontré con un grupo de estudiantes que protestaban por acoso sexual. Platiqué en breve con ellas y me confiaron que estaban promoviendo un movimiento generalizado para protegerse. En fin, la academia, las universidades, los intelectuales, no están exentos de contener en sus ámbitos una conducta tan denigrante como lo es el acoso sexual. En un texto firmado por Montserrat Peralta, Berenice Santos y Paola Odiardi, se dice que en 7 años más de 500 estudiantes  de cinco instituciones públicas de la CDMX denunciaron haber sido víctimas de acoso sexual. El texto está bien documentado y puede consultarse a través de GOOGLE. Pero además, una búsqueda rápida en GOOGLE acerca de casos como los mencionados, lleva a una cantidad de referencias muy preocupantes, y salta a la vista que es un problema actual en prácticamente todas las universidades de México.

Sin duda, los movimientos feministas junto con los de los pueblos indígenas constituyen actualmente en América Latina y El Caribe, la punta de lanza de las reivindicaciones que exigen un cambio social profundo. Vivimos en el Continente y su parte Insular, más desigual en el mundo y con problemáticas derivadas de las llamadas “culturas patriarcales” tan enraizadas en nuestras sociedades. Pero con el caso de Boaventura de Sousa Santos se llama la atención no sólo hacia Europa sino hacia los ámbitos académicos que no están exentos de los contextos de desigualdad social, prejuicios de toda índole, racismo, y ahora, por lo que vemos, de actitudes tan reprobables como el acoso sexual que, seguramente, no sólo atañe a las mujeres sino a todos los géneros reconocidos en la actualidad. Es una compleja problemática que se presta, también hay que señalarlo, a acusaciones en falso que derivan en juicios condenatorios. Ello no niega la gravedad de lo que realmente sucede y a la conciencia que debe surgir de que no se trata solo de un asunto de las autoridades sino de las raíces sociales en las que se empotra la desigualdad con toda su secuela.

Ajijic, Ribera del Lago de Chapala. A 30 de abril, 2023

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