Un diplomado singular

«Aquí una mujer con su telar, ella hace el intento de sonreír, pero esta triste. Solo quise resaltar un poco con amarillo, lo que hice fueron trenzas para cada día ir trenzando y suprimiendo la tristeza. Ella esta aquí, pero hay otras personas y a través de ella están floreciendo». Silvia

La Diplomatura (en la nomenclatura del castellano en América del Sur) Internacional en Teorías Antropológicas Latinoamericanas y del Caribe, en modalidad en línea y auspiciada por la Universidad Alberto Hurtado de Chile y la Escuela IDAES/UNSAM de Argentina, ha llegado a la mitad de las diez sesiones programadas. Es una experiencia singular y muy importante en la trayectoria de las ciencias sociales en América Latina y El Caribe, en particular de la antropología. Son 18 los estudiantes inscritos, todas y todos con excelentes niveles académicos y diversas procedencias latinoamericanas y caribeñas, lo que hace que las sesiones sean un foro de debate enriquecedor y estimulante. Los que idearon y diseñaron este Seminario/Diplomado, Esteban Krotz (México), Rosana Guber (Argentina) y Juan Skewes (Chile) advirtieron que no se trataba de informar y discutir casos etnográficos de Latinoamérica y El Caribe, ni de escribir una Historia de nuestras realidades, sino de revisar los postulados teóricos y de método desde los cuales se ha desenvuelto la antropología en nuestras latitudes. Hace ya varias décadas que, en una reunión con estudiantes y antropólogos en la Ciudad de México, Gonzalo Aguirre Beltrán se lamentaba de que no nos leíamos entre nosotros. Las bibliografías de las tesis de los estudiantes mexicanos estaban plenas de citas de autores anglosajones o europeos en general, como si lo que escribían los profesionales de la disciplina latinoamericanos y caribeños no contara para los planteamientos teóricos. Era otra de las herencias coloniales. Incluso, no son pocos las anécdotas que muestran cómo se veía a los antropólogos y antropólogas latinoamericanas y caribeñas por parte de los que venían de otras latitudes: como “informantes”. Era una visión colonialista y degradante. Precisamente en este Diplomado del que escribo, se discutió desde las primeras sesiones esta situación y se recordó que justo Esteban Krotz había escrito en 1996 el ensayo “La generación de teoría antropológica en América Latina: silenciamientos, tensiones intrínsecas y puntos de partida” (Revista Maguare, números 11-12, pp. 25-39) que recobró su centralidad en el contexto del presente Diplomado. Me asignaron el honor de abrir este Diplomado junto con el colega antropólogo chileno Luis Campos Muñoz, examinando los contextos latinoamericanos y caribeños que enmarcan el nacimiento y la trayectoria de la antropología. En otros seminarios en los que participan antropólogas como Rosana Guber o María de Carmen Araya Jiménez, al lado de antropólogos como Esteban Krotz o Juan Skewes, se discutirán los lineamientos teóricos y los métodos que han usado los y las antropólogas de América Latina y El Caribe. En el caso del Seminario a cargo de Luis Campos y mío, hemos iniciado discutiendo los escenarios latinoamericanos y caribeños que analiza Tulio Halperin Donghi, en su conocido libro Historia Contemporánea de América Latina; de Stefan Rinke, examinamos sus puntos de vista expuestos en su texto Las Revoluciones en América Latina. Las vías a la Independencia (México, El Colegio de México, 2011). Y de aquí los estudiantes (que expusieron excelentes comentarios sobre ambas lecturas) analizaron el ensayo de Yanina Bonilla “La Antropología en América Latina” (En Boletín de Antropología Americana, Número 3, julio, 1981, pp. 97-111) para en la siguiente sesión discutir documentos de primera importancia para entender la configuración de las naciones latinoamericanas y caribeñas como lo son “La Carta de Jamaica” de Simón Bolívar y “Nuestra América” de José Martí. Dos pensadores de destacada importancia para comprender los procesos de los países que conforman lo que Martí llamó “Nuestra América. Por supuesto, en lo que resta de las cuatro sesiones discutiremos a Pablo González Casanova (el “colonialismo interno”), a Guillermo Bonfil (el concepto de indio en América), a Rodolfo Stavenhagen (las siete tesis equivocadas sobre América Latina), a José Carlos Mariátegui, (Siete Ensayos de Interpretación de la realidad Peruana), y por supuesto, los planteamientos de Rosana Guber en ese libro señero que es Trabajo de Campo en América Latina. Experiencias Antropológicas Regionales en Etnografía, Ciudad de Buenos Aíres, sp Editorial, 2018). En la pasada sesión número 6 discutimos mis planteamientos expuestos en el libro El Indigenismo en América Latina (México, El Colegio de México, 2021) en el contexto de un debate en que escuchamos las diferentes opiniones que desde los contextos de sus países expusieron los y las estudiantes. En las sesiones han sido invaluables los comentarios de Luis Campos Muñoz, además de las intervenciones de Rosana Guber y Juan Skewes. Gracias a las tecnologías de internet, es posible desarrollar este singular Seminario o Diplomatura que, es nuestra expectativa, marcará un momento de inflexión en la antropología que hacemos en Latinoamérica y El Caribe. Hago votos porque esta nota repercuta en Chiapas, en las Escuelas Universitarias de Ciencias Sociales, que cuentan con excelentes cuerpos académicos.

Ajijic, Ribera del Lago de Chapala. A 21 de mayo, 2023

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