Perfiles emocionales, 1

Casa de citas/ 660

Perfiles emocionales

(Primera de dos partes)

Héctor Cortés Mandujano

 

El perfil emocional es la razón por la que una amiga es una fuente de consuelo

para todos los que forman su círculo de amistades,

en tanto que otra se esfuma —emocional y literalmente—

siempre que sus amigos o su familia necesitan apoyo y simpatía

Richard J. Davidson

 

En El perfil emocional de tu cerebro, de Richard J. Davidson y Sharon Begley (que una amiga me hizo el favor de enviarme en pdf), dice el primero: “Mis treinta años de investigación en el campo de la neurociencia afectiva han producido centenares de hallazgos”.

El libro explicita su contenido y su intención en su largo subtítulo: Claves para modificar nuestras reacciones y mejorar nuestras vidas.

Sigue diciendo Davidson: “Desde mayo de 2010, vengo desempeñando las funciones de director del Centro para la Investigación de Mentes Saludables de la Universidad de Wisconsin, un complejo de investigación centrado en comprender cómo surgen en el cerebro las cualidades que la humanidad viene valorando desde antes de los albores de la civilización  –la compasión, el bienestar, la caridad, el altruismo, la bondad, el amor y otros aspectos nobles de la condición humana– y cómo cabe cultivarlas”.

Hace varias aclaraciones, necesarias para entender la explicación central, que yo sintetizo y ejemplifico como las entendí: El estado emocional es momentáneo, como llega se va. Tengo miedo a los ratones y veo un ratón; el ratón se va, dejo de sentir miedo.

Un rasgo emocional es un estado anímico, es decir, alguien estuvo enojado todo el día o tiene un enfado crónico; por tanto, es un enojón.

El perfil emocional influye en la probabilidad de sentir determinados estados emocionales, rasgos emocionales y estados de ánimo (así, con este perfil, respondemos a lo que se nos presenta en la vida).

La personalidad consiste en un conjunto de cualidades superiores que abarcan los rasgos emocionales particulares y los perfiles emocionales. Pongamos, por ejemplo, un rasgo de personalidad que se ha estudiado a fondo: la amabilidad. Podemos decir que alguien tiene una personalidad fundamentalmente amable.

Sigue diciendo en su introducción: “El perfil emocional está configurado por seis dimensiones. Estas dimensiones no son los aspectos convencionales de la personalidad, ni los simples rasgos emocionales o los estados de ánimo, y mucho menos aún los criterios de diagnóstico en el caso de la enfermedad mental, sino que estas seis dimensiones reflejan los descubrimientos de la investigación neurocientífica contemporánea: • Resistencia: la rapidez o la lentitud con que uno se recupera de la adversidad. • Actitud: el tiempo que somos capaces de hacer que dure una emoción positiva. • Intuición social: la pericia a la hora de captar las señales sociales que emiten las personas que uno tiene a su alrededor. • Autoconciencia (conciencia de sí): el modo en que percibimos los sentimientos corporales que reflejan las emociones. • Sensibilidad al contexto: cómo se nos da regular nuestras respuestas emocionales para tomar en cuenta el contexto en el que nos encontramos. • Atención: lo clara y enfocada que es nuestra concentración.”

 

“No hay un cerebro universal”, dicen Davidson y Begley. Los “expertos” y los libros de autoayuda dan recetas de cómo reponernos emocionalmente de cualquier cosa, pero con las emociones las cosas son menos simples que con la medicina. Los científicos piensan que la medicina del futuro será personalizada, porque no hay dos pacientes que tengan los mismos genes.

Que las emociones y cuáles puedan ayudarnos también depende no sólo de que nuestra ADN sea diferente, sino a que nuestros patrones de actividad cerebral también son diferentes.

“Luego de muchos estudios, sigue Davidson, he concluido que personas diferentes tienen perfiles emocionales diferentes. Al igual que cada persona tiene huellas dactilares que son únicas y un rostro que sólo ella tiene, cada uno de nosotros tiene un perfil emocional único.”

El perfil emocional es la razón de que algunas personas tengan una visión tan clara de cuál es el estado de su mente, su corazón y su cuerpo, mientras que otros ni siquiera saben que algo así es posible.

 

En el perfil emocional hay seis dimensiones, dicen Davidson y Begley.

Perfiles de resistencia: ¿Supera los reveses o sufre una debacle cada vez que le ocurre una desgracia? Las personas en uno de los extremos de estas dimensiones se recuperan pronto de la adversidad; aquellos que se sitúan en el otro extremo se recuperan lentamente, quedan paralizados por la adversidad.

Perfiles de actitud: ¿Deja que las nubes emocionales oscurezcan el aspecto alegre de la vida? ¿Mantiene la energía incluso si las cosas no salen como quisiera? ¿Se esfuerza por no ver nada positivo? A los de un extremo se les llama positivas y a las otras, negativas.

Perfiles de intuición social: ¿Sabe interpretar el lenguaje corporal y puede leer el tono de voz?  ¿O lo que la gente le exterioriza de su estado emocional le deja perplejo? Los de un extremo son socialmente intuitivas y las otras, desconcertadas.

Perfiles de conciencia de sí: ¿Es consciente de sus propios pensamientos y sentimientos? ¿O actúa y reacciona sin saber por qué lo hace? En un extremo están los autoconscientes y en el otro, los opacos a sí mismos.

Perfiles de sensibilidad al contexto: ¿Acepta las reglas de interacción social y por lo tanto a su jefe no le cuenta las mismas cosas que a su marido? ¿Trata de conseguir una cita en un funeral? En un extremo están los que sintonizan con el contexto y en el otro, quienes no lo hacen.

Perfiles de atención: ¿Descarta las distracciones emocionales o de otra índole y sigue concentrado? ¿La partida de juego le hace no atender al perro que aúlla por salir, hasta que se orina en el suelo? ¿Su pensamiento salta de una idea a otra? En un extremo están los concentrados y en el otro, los dispersos.

Todo mundo tiene elementos de cada una de estas dimensiones. El ser emocional que somos es el producto de la combinación de diferentes cantidades de estos seis componentes. Puesto que existen tantas maneras de combinar las seis dimensiones, hay un sinfín de perfiles emocionales; y todos somos seres únicos.

Contactos: hectorcortesm@gmail.com

 

 

Sin comentarios aún.

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Comparta su opinión. Su correo no será público y será protegido deacuerdo a nuestras políticas de privacidad.