Chiapas: ayer y hoy

Dedicado especialmente a la juventud del Chiapas actual, con el deseo de que nazca así una reflexión contemporánea de su tierra natal.

La movilidad humana actual no tiene parangón en la Historia. Cierto: el mundo se ha hecho caminando, humanos y animales. Incluso, nadando. Pero la movilidad humana actual no se había visto tal como hoy se presenta: migrantes organizados en caravanas configurando contingentes de miles de personas que, además, son multiculturales y plurigeneracionales. Los lugares de expulsión como lo llaman los estudiosos del tema se localizan en el Tercer Mundo, por no decir aquellos territorios y pueblos que fueron (¿qué son?) sujetos del dominio colonial. Los lugares de destino son los “metropolitanos”, es decir, las cunas del colonialismo, de la expansión de la Europa Occidental y el surgimiento del capitalismo y su hermana, la modernidad. En este contexto en el que las masas de emigrantes se dirigen a los Estados Unidos, todo México es frontera y Chiapas es el inicio de la travesía por esa larga frontera en búsqueda de la tierra imantada, que en la imaginación de los caminantes les dará la oportunidad de encontrar un destino mejor. Es cierto también que muy antaño, cuando los tiempos despuntaban en el planeta, los seres humanos caminaron en grupos: de parentela, organizados en clanes y linajes, caminando para lograr territorios propios y configurar ecologías-culturales eficaces para aprovechar la diversidad de medios naturales que ofrece la Tierra. Desde tiempos inmemoriales lo que es actualmente el territorio del estado de Chiapas fue lugar de destino y de paso de grupos humanos procedentes de diversos destinos. Así, los zoques, desprendimiento de los Olmecas, se asentaron en varios lugares de Chiapas; la Migración Pipil que se originó en el Centro de México pasó por Chiapas hasta llegar a su destino en la añeja tierra de Cuzcatlán, hoy la República de El Salvador; de por aquellos rumbos, de la actual Nicaragua (“Cerca del Anáhuac”) llegaron los grupos otomangues, tan importantes en la etnografía antigua de Chiapas. El propio pueblo Lacandón actual es descendiente de una inmigración de Mayas Yucatecos que se asentaron en la Selva chiapaneca. En un traslado del tiempo, despuntando el siglo XX, llegaron más españoles, los libaneses, los alemanes, los chinos y japoneses, que junto con los pueblos asentados en Chiapas configurarían una sociedad pluricutural y multilinguística, además de desigualdad social acusada. Pero las crisis del mundo contemporáneo también fueron derivando en inmigraciones a Chiapas, a México en general, hasta legar a la actual situación en el que el mundo de la modernidad colonialista busca a los Estados Unidos como si fuera la mítica tierra bíblica que fluye leche y miel. Desprendida de una de esas crisis, la del triunfo del fascismo en la España de los años 1930-1940, llegaron a México y a Chiapas miles de exiliados políticos españoles, expulsados de sus hogares, so pena de sufrir la muerte a manos del gobierno fascista de Francisco Franco. Pero antes, también desprendidas de las crisis que ya se producían en el contexto del capitalismo naciente y en expansión, llegaron a Chiapas los “refugiados económicos” como lo fue don Antonio Puig y Pascual, mi abuelo, de oficio relojero y fundador de la primera papelería, librería e imprenta en Tuxtla Gutiérrez, que nombró el Progreso, porque es en ese puerto yucateco en el que desembarcó el joven barcelonés para recalar en Chiapas. Andando el reloj, llegaron los republicanos auxiliados por el Presidente Lázaro Cárdenas y varios de los que llegaron a Chiapas se quedaron mientras otros buscaron destinos en otras partes del país, mayormente en la Ciudad de México. Entre ese grupo de republicanos que se quedaron en Chiapas estaba Andrés Fábregas Roca, otro joven catalán, barcelonés, que se casó con Carmen Puig Palacios, hija de Antonio Puig y Pascual y Margarita Palacios, mis abuelos. Así que mi familia de origen es también de linajes migrantes en combinación con la población local, como es el caso de miles de chiapanecas y chiapanecos actuales. Esa inmigración española, muy diferente a la que llegó invadiendo en el siglo XVI, se asimiló al contexto cultural y social local, e incluso familias españolas con simpatías hacia Francisco Franco, hicieron de Chiapas su hogar y aquí se reencontraron con sus paisanos anti franquistas y fraternizaron en el contexto de su nueva sociedad. Nombres como el de Luis Alaminos, Faustino Miranda, Antonio Puig y Pascual, Andrés Fábregas Roca, Fernando Pariente, son los de quienes dedicaron su vida a Chiapas, y como lo dicen bien José Martínez Torres y Antonio Durán Ruiz, “Sin ellos no es posible pensar en la cultura chiapaneca de hoy en día” (página 12 del libro Andrés Fábregas Roca, Obra Reunida, Compilación y Edición de José Martínez Torres y Antonio Durán Ruiz, UNACH/AFINITA Editorial, México, 2014). Así que,como lo expresé en uno de mis textos, Chiapas es un mosaico de culturas y de lenguas, precisamente por su situación de Frontera y Lugar de Destino y de Paso Humano. Hoy, el Chiapas actual ya no es el de principios o mediados, o incluso finales, del siglo XX. Las migraciones actuales son el testimonio vivo del fracaso del capitalismo colonial y su asociada, la modernidad, que han traído miseria y violencia, desigualdad social y ruina, a múltiples sociedades, expulsando a millones de seres humanos de sus tierras de nacimiento. El mundo actual se caracteriza por una abismal desigualdad social, como lo reconoce la Organización Internacional del Trabajo (ORIT). De acuerdo con esta instancia, el 10% más rico de la población mundial concentra y controla el 52% de la renta mundial. Mientras que la mitad más pobre se reparte el 6.5%. Es un abismo. Existen actualmente en el mundo alrededor de ocho mil millones de seres humanos, la inmensa mayoría viviendo en la pobreza que produce un tipo de economía paneada para la exclusión y el enriquecimiento de unos cuantos. Ese es el causal más importante de una migración humana que busca llegar a los Estados Unidos, mientras las puertas se cierran en Europa cada día. Millones de personas llegan de muy diversas partes del planeta a Centroamérica, y desde allí, pasando por Chiapas, emprenden el camino de cruzar todo México, para llegar a la Frontera del Mundo que es los Estados Unidos. Ese es el contexto con el que amanecemos en este siglo XXI y con un Chiapas convertido en territorio de inicio del camino que conduce-así lo suponen-a los Estados Unidos en donde se encuentran las posibilidades de construir un mundo mejor, según la imaginación de quienes emprenden la caminata de su vida. Es obvio que la multitudinaria corriente humana que transita por México en búsqueda de cruzar La Frontera, será uno de los problemas más complejos que afrontará el país durante un largo tiempo y que será uno de los factores sobresalientes de la negociación con los gobiernos de los Estados Unidos.

Sugiero al público lector de Chiapas Paralelo leer María Mercedes Molina Hurtado, En Tierra bien Distante, México, Gobierno del estado de Chiapas/Instituto Chiapaneco de Cultura, 1993. Y por supuesto elo libro citado en el texto compilado por José Martíez torres y Antonio Durán Ruiz.

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