En Memoria de Jan de Vos/Juan de Tu

Conocí a Jan de Vos en el año de 1985 en los primeros días de la fundación en Chiapas del CIESAS del Sureste, en la primera sede radicada en Tuxtla Gutiérrez. No era para mi desconocido el personaje pues había leído su hermoso libro La Paz de Dios y del Rey (Chiapas, FONAPAS, 1980), texto que me maravilló. Lo leí en uno de esos períodos de vacaciones en la casa de mis padres, en la Colonia El Retiro. Lo encontré una tarde que hurgaba entre los libros de mi padre buscando alguna novedad para leer en aquellos días de estancia tuxtleca. La Paz de Dios y del Rey es un título que pronto llamó mi atención amén del subtítulo que anunciaba una historia de la Selva Lacandona. Leí el libro de una sola tirada. Sus páginas me llevaron hacia una parte del pasado de Chiapas que desconocía además de que la técnica de investigación que traslucía, la redacción, el lenguaje sencillo pero abierto a la complejidad del tema, me llamaron poderosamente la atención. ¿Quién sería ese Jan de Vos? me pregunté. Pasaron los días y en 1985 nació el CIESAS del Sureste cuando aún era Director General del CIESAS el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, a quien sucedió en el cargo el antropólogo Leonel Durán Solís. Por aquellos días conocí a Jan de Vos a quien llamaban Juan de Tu para traducir su nombre al castellano voceado de Chiapas. Me sorprendió su castellano tan claro y casi sin acento, en una persona Flamenco de nacimiento y de lengua, además de que dominaba el francés, el alemán, el latín y el griego. Todo un políglota. Lo recuerdo como un personaje profundamente interesado y preocupado por la Historia de Chiapas y en particular por la situación y el destino de las comunidades indígenas. Desde los primeros días en que lo conocí me nació la inquietud de que era necesario que se incluyera en el cuerpo académico naciente del CIESAS-Sureste. Para las fechas en que lo conocí Jan de Vos estaba trabajando para completar la historia de la Selva Lacandona como territorio indígena y como escenario de una de las más sangrientas incursiones militares de los tiempos coloniales. Por las conversaciones con él (lo recuerdo sentado frente a mi en las oficinas del CIESAS-Sureste, en Tuxtla Gutiérrez y después en esas mismas oficinas pero ya como Director del Instituto Chiapaneco de Cultura) me daba cuenta de que Jan de Vos/Juan de Tu, tenía un programa de investigación madurado y la decisión de dedicar su vida a la investigación sobre Chiapas, su pasado, el presente resultado de ese pasado y el destino de las comunidades y pueblos indígenas. Hablaba de ello con pasión e incluso con lo que él mismo nombró “el sentimiento chiapaneco”. Desde los días en que conocí a Jan de Vos/Juan de Tu hasta su muerte el 24 de julio de 2011, conservamos una relación académica de mutuo respeto. Recuerdo que me encontraba en Guadalajara recuperándome de una intervención quirúrgica en mis ojos, cuando por teléfono me llegó la voz de Carolina Rivera Farfán-tan querida amiga-que me anunciaba el deceso del historiador flamenco/chiapaneco. Mientras escribo este texto, el último del año 2023 para Chiapas Paralelo, despunta la mañana del último domingo del año y justo he terminado de leer el que quizá es el último libro escrito por Jan de Vos/Juan de Tu titulado He vuelto a leer. Una autobiografía libresca (México, Publicaciones de la Casa Chata/CIESAS, 2022), libro que, hago votos, deben leer los jóvenes chiapanecos porque estoy seguro que en ellos pensó el autor mientras lo escribía. Conforme fui leyendo el libro me interrumpían los recuerdos de aquel personaje singular que fue Jan de Vos/Juan de Tu. Recordé lo apasionado que se volvía el historiador cuando se discutían los sucesos del pasado de Chiapas. Vino a mi memoria una noche en Tuxtla Gutiérrez en que Jan de Vos dictó una conferencia acerca de la Batalla del Sumidero, por cierto, tema de otro de sus libros, y ante un público lleno de chiapacorceños, se atrevió a decir que aquello de que los chiapanecas se lanzaron al vacío durante la famosa batalla, era sólo una leyenda. Yo que estaba a su lado noté de inmediato la molestia del público ante una versión que desmentía la famosa leyenda. Varios intervinieron para contradecir a Jan de Vos/Juan de Tu y no faltó el que lo acusara de colonialista. Es más, tuve que suspender la conferencia y acompañé al conferencista por la puerta trasera del local en el que nos encontrábamos para evitar un desaguisado del público. Discutimos con Jan de Vos esta situación y al final lo convencí de que todos los pueblos tienen leyendas intocables que a veces se contradicen con la documentación histórica, pero que son «ciertas” por lo que simbolizan. Es justo el caso de la muy conocida leyenda de que los guerreros Chiapanecos que combatían contra los españoles antes de rendirse se desbarrancaron desde lo alto del Sumidero para caer en las aguas impetuosas del río Grande de Chiapa. En otra ocasión viajábamos hacia Villahermosa para asistir a alguno de los tantos encuentros que patrocinaba la Universidad Intercultural de Chiapas en unión de otras instituciones, la conversación giró hacia la cerveza. Jan de Vos no tardó en recordarnos que en su tierra, Bélgica, se producía la mejor cerveza del mundo y que era una pena que no se consiguiera en Chiapas. Justo llegábamos a la gasolinera que está en el entronque para tomar la carretera que lleva a Villahermosa y el desvío para Ocozocuautla (Coita). Mientras cargaba gasolina nuestro vehículo, me dirigí a la tienda que estaba (¿está aún?) justo en terrenos de la gasolinera porque no tenía duda de que allí se vendía la famosa cerveza belga “Stella Artois” y justo adquirí varios “six packs”. Regresé al vehículo y reanudando el viaje puse entre las manos de Jan de Vos un “six pack” de la cerveza belga diciéndole “para que veas que en Chiapas puedes beber cerveza Belga”.  Quizá alguno de los colegas que fuimos a ese viaje recuerde este anécdota. En otra ocasión, fuimos compañeros de cuarto en un hotel en La Antigua, Guatemala, a donde acudimos a un encuentro con intelectuales de aquel país. Tuvimos así la oportunidad de conversar acerca de muchos temas. En el transcurso de una de esas conversaciones y mientras le comenté a Jan de Vos/Juan de Tu mi suerte al tener maestros de la talla intelectual de Guillermo Bonfil, Carlos Navarrete, Ángel Palerm o Luis González y González, él se animó a confesarme que no había tenido maestros así en el terreno de la Historia pero que reconocía la influencia de Luis González y González con quien había platicado largo y tendido e incluso lo visitó en su casa en el mítico poblado de San José de Gracia, en Michoacán. Finalmente recuerdo que un domingo ya en 2010, fuimos invitados Jan de Vos/Juan de Tu y yo por Yolanda Palacios Gama a presentar el libro escrito por ella titulado El Santísmo como Encanto. Vivencias religiosas en torno a un ritual en Suchiapa, (Chiapas, CONECULTA/Universidad Intercultural de Chiapas/Universidad Autónoma de Chiapas, 2010). Ese domingo pasé por Juan de Vos/Juan de Tu a su casa y emprendimos viaje a Suchiapa. Allá nos esperaba Yolanda Palacios en medio de una asistencia masiva del poblado en plena cancha de básquetbol. Recuerdo que presentamos el libro y que cuando llegó el turno a Jan de Vos/Juan de Tu, sacó su guitarra del estuche y dijo: “Voy a cantar una canción que Santo Tomás le compuso al Santísimo. La traduje hace unos días y la interpreto para ustedes”. Y acto seguido, Jan de Vos/Juan de Tu, cantó. Terminamos muy emocionados porque además la recepción en Suchiapa fue extraordinaria. Platicamos durante el regreso a San Cristóbal y recuerdo que al llegar a casa de Jan de Vos/Juan de Tu, me bajé del vehículo y nos despedimos con un abrazo. En ese momento no sabía que sería la última vez que vería a tan singular personaje.

No puedo decir que fuimos amigos con Jan de Vos/Juan de Tu. Siempre lo respeté. Incluso lo escuché muchas veces. En una ocasión en una reunión en San Cristóbal de las Casas, todavía como Director del Instituto Chiapaneco de Cultura, afirmé que el Estado no debe intervenir en la creación artística e intelectual más que en abrir las oportunidades para el desarrollo de la creación. Pero nunca intervenir en dictar contenidos a los creadores o ponerlos al servicio de una ideología. La creación debe ser libre. Jan de Vos/Juan de Tu me confesó que nunca hubiera pensado que yo expresara una opinión así en público. Y en efecto, no llegamos a ser amigos, pero si a respetarnos académicamente. Por mi parte estoy convencido que a Jan de Vos/Juan de Tu, le debemos la profesionalización del oficio de Historiador en Chiapas y que su obra fue un aliciente muy importante para instalar en la UNICACH a la carrera de Historia. Es un aporte sustancial a la vida académica de la entidad. Cubre un terreno de la mayor importancia: despejar el pasado, comprenderlo, para entender al presente como un resultado precisamente, de ese pasado. Estoy seguro de que su voz en estos días en que la rebelión del EZLN cumple 30 años, hubiera sido muy importante y ojalá así se reconozca.

Ajijic. Ribera del Lago de Chapala. A 31 de diciembre de 2023.

Post Data: el CIESAS patrocinó varios videos con entrevistas a Jan de Vos. Los recomiendo para quien se interese en este personaje, así como la lectura de sus libros. Se puede empezar con el último libro que escribió citado en el texto presente.

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