Sociedad y desigualdad en México: un apunte

Aumento de la pobreza e insuficiencia alimentaria en México. Foto: Archivo

La desigualdad en las sociedades actuales ha sido un tema de larga discusión entre los científicos sociales y lo sigue siendo. El que uno sea “científico social” no quiere decir que esté inmune a las ideologías y a las corrientes intelectuales que cruzan a las sociedades a lo largo de la Historia. En ciencias sociales y para decirlo lo más resumido posible, dos son los puntos de vista-entre muchos, advierto-que destacan: el propuesto por Carlos Marx, cuyo sólo nombre asusta a miles y el de Max Weber, del que ignoran otros miles. Para Marx la desigualdad social se expresa en la existencia de clases sociales y estas son el resultado del control concentrado de los medios de producción de riqueza, cuyo análisis se inicia con la situación del trabajo social; para Weber, que dialogó largo con la obra de Marx, la desigualdad social también se expresa en clases sociales, pero estas son el resultado del acceso al mercado y no de la concentración de los medios de producción. En el enfoque de Weber los estratos salariales son básicos más que el análisis de la situación del trabajo social. Además, un factor es la desigualdad social y otro la diferencia. La desigualdad social es resultado (y en ello están de acuerdo Marx y Weber) de acciones sociales y no de causas naturales. Por ejemplo el color de la piel es una diferencia biológica pero que las relaciones  sociales convierten en desigualdad, al igual que la forma de los ojos o la estatura de una persona. Siguiendo a Marx, existe en la actualidad un modelo de economía que es político, porque está controlado por un grupo minoritario de personas que convierten a la producción de riqueza debido al trabajo social en patrimonio monopólico. Es decir, una economía es política porque su lógica obedece a intereses determinados y no al conjunto de una sociedad. El modelo económico en México no difiere del que prevalece en el mundo: es una economía política capitalista que surgió en el país no por efecto de los cambios y transformaciones de las sociedades originarias sino por acción del colonialismo. La globalización no es más que la difusión y dominio de la economía política capitalista a nivel planetario. En ese contexto, una revista, OXFAM, publicó el 23 de enero de este año un informe acerca de México que es revelador. Veamos: 14 personas ultra ricas en México, con fortunas superiores a los mil millones de dólares siguen controlando toda la riqueza producida por el trabajo social. En efecto, en la economía política capitalista funciona un ciclo de exclusión que se inicia con la acumulación, se sigue con la centralización y culmina con la concentración. Es lo que con datos empíricos nos muestra Oxfam. Los avances en la política social del actual régimen de gobierno han mejorado la distribución del ingreso (no de la riqueza total) para aquellas personas que son trabajadores formales.  Así, la pobreza llamada multidimensional se ha reducido del 41.9 % al 36.3% y el crecimiento del salario mínimo llegó a un notable 65.2% Pero, y este “pero” es muy revelador, la persona más rica de México concentra una riqueza que equivale ¡a todo lo que posee la mitad más pobre del país que es de alrededor del 68.8%!. Insólito. Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), se calcula en 46.8 millones de personas las que en México se encuentran en situación de pobreza. Más aún, 9 millones de personas en nuestro país no saben si podrán comer al día siguiente. Por supuesto, la concentración de riqueza es concentración de poder. Así, el Estado Nacional Mexicano ha protegido y propiciado esta impresionante concentración de la riqueza y ha sido eficiente árbitro entre los ultra ricos para evitar que se despedacen entre ellos o que los movimientos sociales recurrentes en el país los desplacen. Según Oxfam, la concentración de la riqueza en México arroja un dato que se antoja increíble: en un país de 120 millones de personas, una sola de esas 14 personas que concentran la riqueza, tiene más dinero que el conjunto de las 13 personas restantes más ricas de México. Y por supuesto, no regala ni un centavo a nadie. Más todavía, las fortunas conjuntas de la persona más rica en México y de la que le sigue han crecido un 70% en poco menos de 4 años, ¡sumando ambas fortunas a lo que poseen en total la mitad más pobre de América Latina y El Caribe: 334 millones de personas!  Así que esa derecha hiper ignorante que existe en México y que habla de que “vamos hacia el comunismo” está desmentida por la realidad empírica. Una realidad que se antoja de ciencia ficción. Y ello no es un “dato ideológico” sino lo que arroja una investigación llevada a cabo por el equipo de una revista que como OXFAM está muy lejos de ser “comunista”. La revista fue fundada por la Sociedad Religiosa de los Amigos, tiene su sede en Inglaterra (en Oxford precisamente), consigue fondos de personas e instituciones y está dirigida por Winnie Byanyima. Los lectores interesados pueden consultar los datos básicos de la revista en el buscador de Google.  Además quien esté interesado en leer el informe completo de Oxfam del 23 de enero de 2024, puede acudir a la siguiente liga: https://www.oxfammexico.org/wp-content/uploads/2024/01/El-monopolio-de-la-desigualdad-Davos2024-Briefing-Paper.pdf

El informe de Oxfam muy detallado muestra la realidad de una Sociedad como la mexicana que aparece como una de las más desiguales del mundo y que así seguirá mientras dure el modelo económico capitalista que nos rige. Con ánimo optimista, diría que aún tenemos un trecho tan largo para lograr el cambio social hacia una sociedad justa, que pasaran generaciones y generaciones sin verlo. Lo optimista es conservar la esperanza de que algún afortunado día finalmente los movimientos sociales y los esfuerzos por transformar a este país tendrán resultado positivo.

Ajijic. Ribera del Lago de Chapala. A 28 de enero de 2024

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