Hoyo negro

Eduardo Medina Mora, luego de ser elegido ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Foto: Cortesía

De pronto resurge una balacera, un perseguido, un operativo, una “batalla”… y  reacciones de sectores duros de la derecha política aprovechando oportunistamente  para pedir a gritos, restaurar el orden a como sea. No se sabe si los militares cayeron en una trampa porque hay en el incidente en Sinaloa, algunas cosas no fáciles de comprender.

Una serie de decisiones del gobierno han afectado poderosos intereses económicos y políticos al tratar de desmantelar una vieja red de alianzas en el interior del poder que mantenía  beneficios y privilegios comerciales, económicos y fiscales. Una de ellas es la condonación de millones de pesos hecha a empresarios y políticos del prianismo. Algo así como un perdón a sus deudas a Hacienda.  Y aún falta por conocer a otros, porque   algunos peces gordos sencillamente para evitar que la inteligencia financiera del gobierno, revele sus identidades, se ampararon –en lugar de ponerse al corriente de sus obligaciones como lo son el pago de impuestos-, y tranquilamente sin por lo menos mostrar algo vergüenza se amurallan detrás de la ley.   Esa “lista negra” de los evasores es la punta de la pirámide a la que ahora se les afecta. Son los ricos beneficiados por los gobiernos del prian. Los que no pagan impuestos. Los que desean continuar con este si  importarle, por supuesto, lo que provocan al gobierno y, claro que otros sí cumplan con e pago de impuestos. ¿De que privilegios gozan todos ellos y ellas? De sus relaciones con e poder político que les había otorgado ese condonación. Son favores que con el tiempo se devuelven de varias formas –como las tarjetas usadas para la población durante la campaña presidencial de Enrique Peña-, se convierten en sólidas, secretas y fuertes alianzas en medios de comunicación, y sobre todo en coyunturas electorales apoyando descaradamente al candidato que en realidad es el candidato de esa minoría política empresarial. A eso se refiere el Presidente cuando dice querer separar el poder económico del político. Pero esa fusión es fuerte porque con los años se han fortalecido, adquiriendo la forma de una oligarquía degenerada en cleptocracia.

Además, las reacciones de la COPARMEX –Confederación de Patronal de la República Mexicana- francamente negativas al no aceptar la iniciativa del gobierno para que las facturas falsas y las empresas fantasmas sean consideradas como delito grave. Pareciera que “están de acuerdo con esos ilícitos”, les dijo el Presidente. Tampoco se puede dejar de considerar la luz verde lograda para construir el aeropuerto en Santa Lucía como otra aspecto de las reacciones de en turno, porque en el de Texcoco, ya habían iniciado la continuación de sus intereses. El frote de las manos de varios afectados se desvanece por las medidas anticorrupción.

Pero el problema de fondo es el hoyo negro que representó la renuncia de un magistrado de la SCJN. Si alguien quiso desviar la atención con el suceso en Sinaloa, lo logró, porque el problema real de la semana era –y es-  la corrupción de un magistrado, parte clave del grupo, ligado al prianismo. Se trata de mucho dinero, de favores obtenidos por el ex magistrados Medina y servicios particulares como el taponear el proceso y dictamen en la muerte de niños en una guardería y también de lavado de dinero. hay en allí algo más profundo de la corrupción. La nota era esta. Pero fue desviada de pronto por otra noticia mediática por las televisoras evasoras igualmente de impuestos.

Por eso la concentración del ingreso en una minoría lo mantienen uno cuantos. Ya sabemos cómo y por qué.

 

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