UNICACH: hora cero

Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (UNICACH)

Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (UNICACH)

Esta universidad no formó parte de la lista negra del fraude monetario de 7 mil 670 millones de pesos, que involucró a algunas universidades públicas y denominado “la estafa maestra”, como en su momento lo investigó el portal Animal Político; pero pareciera que sí, porque la deuda aún existente de millones de pesos por parte de la anterior rectoría, afecta hoy los derechos sociales de cientos de sus académicos como en la salud -IMSS-, la vivienda -INFONAVIT-, la seguridad -AFORES-, entre otros más, evidencian un problema de corrupción, que como en la Estafa, debería investigarse y fincar responsabilidades.

La lucha sindical iniciada por el Sindicato del Personal Académico de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (SPAUNICACH) para que les reintegren esos beneficios, no ha terminado porque sencillamente la rectoría anterior no cumplido con los acuerdos establecidos en el Contrato Colectivo vigente. Podría tratarse, de no cumplirles a los profesores, de otro más de los varios fraudes cometidos por muchas personas adictas a la corrupción y a las viejas prácticas, sí, del viejo régimen PRIAN en prácticamente todas las instituciones públicas del Estado. Las universidades no han sido la excepción. Los tejes y manejes de presupuesto asignado y prometido deben también ser motivo de un autoanálisis académico, pero igualmente de poner en práctica el mecanismo legal de rendición de cuentas y del derecho y acceso a la información, cuando el dinero se desvía, usa o “desaparece”, cuando la autoridad se niega a dar información para precisamente hacer transparente el uso de los recursos públicos, como es este el caso, no cumplir con los pagos pactados de la Rectoría, la parte patronal, con el sindicato de profesores, la parte laboral.

El problema es que aquí la primera no ha pagado y tampoco se ha comprometido que lo devolverá. Por esta razón los segundos, los profesores sindicalizados, mantienen hasta hoy una lucha sindical para que se les reincorporen esos pagos, porque en el fondo se trata de una legítima protesta social que reclama un  serio adeudo, el cual desde el punto de vista laboral, no tiene parangón en la historia de la UNICACH, y porque en ello se encuentra en peligro el futuro de muchos docentes.

El siguiente rector@ heredará, entonces, una universidad endeudada. La lucha del SPAUNICACH da la razón a todos aquellos que piensan lo importante que es, que en el futuro no se permita que grupos políticos no universitarios la saqueen, la destruyan, o la usen para convertirla en un algo más parecido a un negocio personal que a una “casa de estudios”. No porque demerite sus funciones académicas, sino porque el paulatino deterioro en varios aspectos ha sido erosionado por el privilegio de una grilla basada en el cuatismo.

No sería ocioso solicitar una auditoria para conocer la situación financiera de la UNICACH a través de la Auditoría Superior de la Federación. Porque no debería sorprendernos, aunque sí indignarnos, si un día nos enteramos que la situación en la UNICACH mostrará lo que pudiera ser sólo la punta de un iceberg.

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