
Vivir sin caminar
Me rompí la columna vertebral en un accidente automovilístico, el 16 de abril de 1985, hace 25 años y cuatro días. Desde entonces no he podido caminar, ni he sentido en mi cuerpo el torrente fresco de los ríos ni el oleaje agitado del mar. Me desplazo en una silla de ruedas con el motor de mis brazos y me divierto dándole vueltas al Parque México. Acelero al máximo para que mis piernas espásticas vibren, ardan, hormigueen, se fatiguen, se relajen, como si me sostuvieran de pie y me transportaran.