La gobernabilidad en Chiapas estuvo sustentada el sexenio pasado en la entrega de recursos económicos e incentivos políticos a organizaciones y partidos, y en la manipulación de la justicia como instrumento de coerción y control social. Cuando los mecanismos de cooptación eran ineficaces, la amenaza o el expedito uso de la fuerza policiaca acallaban voces opositoras y ponían freno al descontento y a la protesta. Ríos de dinero corrieron por conductos institucionales y por las oscuras cañerías de la corrupción, para mantener la estabilidad necesaria en un estado lleno de carencias y de conflictos latentes, viejos y coyunturales. Las casas […]
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