Don Laco Zepeda, el periodista Grillo

Dio en llamarse Grillo, en una época que no se había inventado el verbo grillar y no aparecía la voz de Cri-Crí por la W. Fue un Grillo, el primer grillo del periodismo chiapaneco que se hizo maestro de la crónica y de los escritos humorísticos.

Era de palabra fácil y alegre, firmaba como Grillo, pero todos en la Tuxtla de los treinta reconocían en él a Eraclio Zepeda Lara. Escribió en los periódicos El Palenque (1925), Chiapas Gráfico (1932), Boletín Telegráfico (1933) Evolución (1934), Liberación (1934), pero su medio fue Renovación (1933-1934, 1968).

Habló poco de política; lo suyo eran los temas cotidianos, los que preocupaban a las vecinas y los que comentaban los amigos en el billar.

Sus crónicas son una ventana para conocer a los matrimonios, los pasatiempos en la alberca, a los agentes de tránsito y a las suegras “gorronas”. Estos escritos fueron publicados en gran parte por Conaculta en Cuentos reunidos.

Al hablar de Puerto Arista lo retrató como  un lugar caro, con la opción para el bañista, si tenía 25 pesos, de hospedarse en cuartos que alquilaba don Romeo Gout, “con luz eléctrica y baños de regadera” o en “casuchas hechas de palma, llenas de zancudos, de lagartijas y culebras”.

Eraclio Zepeda Lara escribió en varios periódicos, pero sus mejores escritos están en Renovación

Eraclio Zepeda Lara escribió en varios periódicos, pero sus mejores escritos están en Renovación

El ambiente del mar, escribió Grillo, es prodigioso. “Dicen que está saturado de yodo y que fortalece los pulmones. Yo no lo creo. Más bien me inclino a creer que fortalece la falta de vergüenza y el deseo de mostrar lo que no debe enseñarse a cualquiera.

“Siempre que concurro a esas temporadas de baños, me quedo de una pieza, estupefacto. Ya sé lo que he de ver y por eso voy; no me refiero a puestas de sol sino a las quitadas de ropa y, sin embargo, a sabiendas de lo que voy a presenciar, me asombro (…). Solo en el mar y en las funciones de cie se producen esos fenómenos. Aquella virtuosa dama que, al pasear por la ciudad, nunca ha enseñado más de lo que permite ver un prudentísimo escote, apenas llega al mar, bajo el pretexto de que el ambiente de que el mar está saturado de sal y de yo, con la mayor tranquilidad se enfunda en un cochinísimo trajecito de baño a la moda y acompañada de un esposo modelo 34 o de un padre o hermano complaciente, exhibe sin costo alguno tres veces al día, lo que debería enseñar no únicamente en el mar, sino en la ciudad también”.

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Grillo, el maravilloso Laco Zepeda Lara, fue un extraordinario observador, desgarbado, airoso, travieso y genial en los diálogos:

“–Ay, comadre, yo solo vengo a sufrir: en los nueve días que me paso aquí (en Puerto Arista), me atormenta pensar en lo que le puede pasar a mi pobre hijita…

“–Le sobra razón, comadre, no sería el primer caso, hace diez y ocho años, cuando yo era muchacha, me escapé milagrosamente, ¡y teniendo el agua hasta la cintura.

“–¿Qué le pasó?

“–El pez espada, comadre, me pinchó. Por suerte que yo estaba advertida y supe defenderme, y que entonces nos bañábamos encamisonadas. También que era yo muy inocente.

“–Eso le valió, comadre, porque las de ahora… por fortuna mi chamaca no ha despertado.

“–Pues que se cuide su niña. Y no solamente del pez espada, también del chiquirín (‘bicho marino del tamaño de un ratón y con forma de armadillo que abunda en el Pacífico y que es terror de las niñas casaderas’).

“–¿El chiquirín? ¡Jesucristo!

“–Pues como lo está usted oyendo. Hace diez años perjudicó a la hija de mi comadre Arcadia.

“–¡El gran poder de Dios!, ¿y qué le hizo?

“–Pues se le metió.

“–Y no se lo sacaron?

“–Si ella no avisó hasta los seis meses. Y la gente tan mala, que le echaba la culpa al novio de la muchacha.

“–¡Qué injusticia!”.

En 1968, convertido en Grillo Viejo, don Laco revivió el periódico Renovación, y recuperó su canto con la misma alegría y, casi los mismos temas, de los treinta.

El verdadero Grillo, el juguetón, simpático y antisolemne fue el de los treinta; al que habría que releer, más cuando tenemos la posibilidad de revisarlo en línea, gracias al esfuerzo de Noé Gutiérrez y Martín Sánchez del Centro Universitario de Información y Documentación de la Unicach (http://cuid.unicach.mx/?s=3&bd=3#titulo).

Un comentario en “Don Laco Zepeda, el periodista Grillo”

  1. joel cruz
    27 agosto, 2013 at 21:10 #

    Uta, de maravilla del inche grillo.

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