Documental que inmortaliza la creación de cayucos en la Selva Lacandona ya tiene fecha de estreno

Guiados por los maestros Juan Bor y Roberto K’in, los expertos del INAH registraron todo el proceso de construcción del chem. Foto: Alberto Soto.

*En marzo pasado, la obra formó parte de la selección oficial del II Festival de Cine Latinoamericano en Lenguas Originarias, organizado por el Ministerio de Cultura de Perú.


Arqueólogos subacuáticos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) registraron en el 2020, el proceso de creación de una canoa lacandona o chem, como parte de un proyecto de investigación que buscó rescatar el arte y la cosmogonía en la construcción de estas embarcaciones, en más de 50 años estas no habían vuelto a ser labradas en la comunidad de Metzabok.

Resultado de dicha iniciativa de la Subdirección de Arqueología Subacuática (SAS) del INAH, es el documental “Chem, maestros lacandones”, se estrenará en México como parte de la III Muestra Internacional de Obras Audiovisuales Sobre Patrimonio Cultural Inmaterial, Organizado por el Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

El festival será transmitido por internet desde la plataforma FilminLatino, en documental fue dirigido por Alberto Soto Villalpando, fotógrafo de la SAS, y estará disponible de manera gratuita del 13 al 16 de mayo de 2021.

Roberto K’in (sol) y Juan Bor (abeja pequeña) construyeron un chem desde cero. Foto: Alberto Soto.

Cabe mencionar que, la obra audiovisual hablada en maya lacandón muestra cómo Roberto K’in (sol) y Juan Bor (abeja pequeña), hermanos oriundos de Metzabok, crean un chem del modo en que lo aprendieron de su padre: eligiendo, talando y esculpiendo una caoba, hasta volverla una canoa funcional.

Dicho documental plasma el modo de vida y la percepción que K’in y Bor tienen de su realidad en la selva Lacandona.

El lagarto tiene que llegar y mostrarle al Chem como nadar, le enseña a andar en el agua y le dice como usar los remos, y como moverse para no voltearse”}, comparte K’in en el documental.

De acuerdo con Soto Villalpando, los hermanos acordaron con la SAS documentar el proceso de creación de un chem, para lo cual se adquirió una caoba maderable en un predio particular fuera del Área de Protección de Flora y Fauna de Metzabok, donde la tala está prohibida.

Durante el desarrollo de cada etapa, ellos no solo estaban haciendo un trabajo, sino reviviendo una tradición al rescatar las lecciones de su padre y transmitirlas a sus propios hijos, dijo el fotógrafo.

Detalló que, el proyecto se realizó en campo entre finales de 2019 y principios de 2020, con apoyo de Pamela Lara Tufiño, investigadora de la SAS, quien lideró los estudios etnográficos, como parte de una nueva línea de investigación que busca documentar métodos tradicionales de construcción naval que están a punto de perderse.

Hoy estamos conociendo a los últimos personajes que saben labrar embarcaciones tradicionales. En Metzabok, por ejemplo, habían pasado 40 años desde que se hizo un chem, y es probable que sin esta colaboración con Roberto y Juan, ellos no habrían podido transmitir ese saber a nuevas generaciones, y nosotros no hubiéramos podido documentarlo, agregó Soto Villalpando.

Añadió que, al ver que el chem no era un simple objeto para los lacandones, sino que recibía el trato de ‘ser vivo’, decidió plasmar dicha visión a través de una obra documental, además optó porque ambos hermanos fungieran como protagonistas y hablantes del documental, en lugar de narrarlo en tercera persona.

Arqueólogos rescatan y documentan la construcción manual de canoas lacandonas en Metzabok. Foto: Alberto Soto.

El realizador señaló que esto permitió mostrar la sensibilidad que Roberto y Juan tienen hacia su entorno, familia y modo de vida, todo expresado durante la construcción, transporte y, la navegación del chem por el lago Metzabok.

Chem, maestros lacandones contó con la colaboración de Alice Balsanelli, antropóloga independiente, quien, con más de una década de experiencia en la región lacandona, apoyó a la SAS con el subtitulado de la obra al español, asimismo, el cortometraje cuenta con subtítulos en inglés.

Es importante mencionar que, el proyecto consiguió traer al presente y difundir entre niños y jóvenes de la localidad, una tradición que no se había vuelto a practicar en más de 40 años.

La iniciativa resultó reveladora para los investigadores de la SAS, de la institución y también benéfica para los propios lacandones, pues tal conocimiento había caído en desuso al interior de su comunidad.

Roberto Junco Sánchez, titular del SAS, narró que habían pasado al menos 40 años desde que el último cayuco —como también se conoce a los chem— se labró en Metzabok, donde poco a poco fueron abandonados dado que, en las aguas, los reemplazaron por botes de fibra de vidrio en los cuales pueden transportarse más personas, como parte de los recorridos turísticos que los lacandones ofrecen para subsistir en complemento a su labor agrícola.

Los arqueólogos, con ayuda de Josuhé Lozada, director del Proyecto Arqueológico Metzabok, y del lacandón Enrique Valenzuela, su contacto en la comunidad, averiguaron quiénes aún sabían construir un chem desde cero llegando a Roberto K’in y Juan Bor, quienes tomaron en sus manos el proceso.

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