«El Cambalache» pide ayuda para mantener su espacio autogestivo

El Cambalache es una colectiva autogestiva, compuesta por seis mujeres. Cortesía: El Cambalache.

*“Ayuda a que el Cambalache salga adelante, a que la colectiva siga trabajando en el espacio para seguir haciendo posible otra forma de economía con justicia social”.

*Su proyecto ofrece un espacio en el que la gente puede intercambiar todo tipo de artículos como: ropa, zapatos, teléfonos móviles, ordenadores, herramientas, materiales de construcción, películas, aparatos de cocina, joyas y artículos de cuidado personal.

*Campaña de fondeo.


Colectiva El Cambalache dio a conocer al público en general que su sueño de seguir tejiéndose en comunidad se ve vulnerado y amenazado, pues a principios del mes de abril se les informó que tendrían que desalojar el espacio donde se encuentran, esto en los próximos 3 a 9 meses, por lo que están negociando la posibilidad de comprar la casa donde se ubican.

Por esa razón, decidieron pedir ayuda a toda la comunidad, para que desde donde se encuentren puedan sumarse a este proyecto de vida que quieren seguir fortaleciendo desde el apoyo mutuo. Por lo que, iniciaron una campaña de recaudación de fondos para darle una oportunidad al cambalache de mantener su propio espacio.

Dicho esto, El Cambalache es una colectiva autogestiva, compuesta por seis mujeres de América Latina y una neoyorquina, con siete años de apoyo a cientos de mujeres, niñas, personas no binarias de todas las edades, así como a sus familias, a través de la economía solidaria.

Todo esto no habría sido posible sin el espacio y la práctica del valor del inter cambio sin dinero, añadió la colectiva.

El Cambalache es una colectiva autogestiva, también las personas intercambian conocimientos a través de talleres. Cortesía: El Cambalache

Su actual espacio colectivo, desde donde intentan de manera insistente hacer posible otras economías a través del trueque de alimentos, cosas y saberes, además de brindar a la comunidad cambalachera, en especial a mujeres, infancias y personas no binarias.

Es un espacio seguro para acudir sin necesidad de dinero; y que ha sido nuestro espacio de acción colectiva desde hace siete años en el barrio de Cuxtitali en San Cristóbal de Las Casas, y esta en riesgo, subrayó la colectiva.

El Cambalache detalló que hace poco les pidieron que dejaran el espacio que ha albergado el sueño cambalachero y en donde miles de personas han participado a lo largo de los años, ya sea como integrantes de la colectiva, haciendo trueque en el espacio de la troje u ofreciendo inter cambio de saberes con talleres para la comunidad que acude al espacio.

Aunado a ello, el practicar comunidad desde la ciudad, así como realizar intercambios sin dinero de cosas, saberes, habilidades y apoyo mutuo. Lo anterior, ha abierto la posibilidad de relacionarse de otra forma con todos los seres vivos, sin jerarquías y con justicia social.

Por ello, dijeron que ante el panorama que les ofrece el capitalismo voraz, que causa destrucción en la tierra, se empeña en matar todas las fuentes de vida y decide quién puede tener acceso a vestir, comer, una vivienda y a la salud, se vuelve necesario y urgente visibilizar y practicar otras economías, que existen y persisten desde sus antepasados, como es el caso del trueque.

Vemos importante lo que hacemos y porque lo promovemos en comunidad, desde nuestro espacio físico y virtual, nos hemos planteado el desafío de tener nuestra propia casa. Necesitamos su ayuda, difundiendo o donando. Entre todas, todos y todes, todo es posible, importante y valioso, mencionó la colectiva.

Por otro lado, indicaron que en Chiapas, la mayoría de las mujeres tiene muy poco acceso al dinero, pero para ellas, la riqueza radica en sus corazones y mentes.

El Cambalache es una colectiva autogestiva, también las personas intercambian conocimientos a través de talleres. Cortesía: El Cambalache

También, las personas intercambian conocimientos a través de talleres de bordado, permacultura, cocina, yoga y actividad física, reparación eléctrica, de computadoras o de ropa, ginecología y lactancia, medicina herbolaria, fermentación, diseño, clases de ajedrez, clases de idiomas, entre otras.

Hace un año pusimos en marcha una biblioteca y hemos estado recogiendo libros para nuestra comunidad. Nuestro proyecto también apoya regularmente a las personas y comunidades que enfrentan crisis como el desplazamiento forzado, los desastres naturales, la violencia doméstica o las pandemias sanitarias, a través de donaciones de alimentos, ropa, colchones, medicamentos, e inclusive mantenemos un lugar de alojamiento abierto para quien lo necesite, agregó la colectiva.

Así mismo, reconocieron que desde la historia las mujeres son las principales responsables de vestir, alimentar, cuidar y garantizar la educación de sus familias. Sin embargo, con el escaso acceso al dinero, racismo, sexismo y la opresión, mujeres en San Cristóbal se encuentran en situaciones de desamparo de manera cotidiana.

El Cambalache es una colectiva autogestiva, también las personas intercambian conocimientos a través de talleres. Cortesía: El Cambalache

Por ello, al crear un espacio para los intercambios sin dinero y disminuir la dependencia de la gente del dinero, las personas mejoran su calidad de vida desde el primer día en que participan en El Cambalache.

Hemos pasado los últimos siete años construyendo conexiones comunitarias, apoyándonos mutuamente y fortaleciendo las redes en toda nuestra ciudad y región. Personas de toda la ciudad de San Cristóbal de Las Casas visitan nuestro proyecto y el hermoso espacio donde realizamos nuestro trabajo, expuso la colectiva.

En 2019, El Cambalache creó el Departamento de Economía Decolonial a través del cual imparten cursos en línea y presenciales sobre economía decolonial y pensamiento colectivo. A través de este Departamento han podido compartir prácticas e ideas sobre cómo iniciar proyectos similares con personas de casi todos los continentes.

¿Por qué están recaudando fondos?

Normalmente financiamos nuestro proyecto a través de los talleres del Departamento de Economía Decolonial, así como gracias a los productos que vendemos en nuestra tiendita. Nuestros ingresos, que rondan los 20 mil dólares anuales, normalmente son suficientes para proporcionar pequeños estipendios a cada una de las miembras del colectivo, pagar el alquiler y los servicios públicos, comentó la colectiva.

No obstante, no es suficiente para comprar una vivienda permanente para su proyecto. En ese sentido, todas las donaciones que recauden se destinarán a la compra de la Casa Cambalache y a las renovaciones que de manera urgente son necesarias y que los actuales propietarios se han negado a hacer.

Si son capaces de recaudar 500 mil dólares, también comenzarían con la compra y construcción de un “centro de ensueño” para el intercambio de conocimientos y prácticas donde puedan acoger a personas de todo el mundo para enseñarles a crear sus propias economías decoloniales.

El Cambalache es una colectiva autogestiva, también las personas intercambian conocimientos a través de talleres. Cortesía: El Cambalache

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