Visitas invernales: Las aves migratorias en Tuxtla Gutiérrez

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Por Daniel Pineda Vera

Año con año, cientos de miles de aves, recorren kilómetros y kilómetros de norte a sur, de sur a norte, yendo y viniendo, sin importar las fronteras humanas ni los muros. Si bien la migración es un fenómeno frecuente en la naturaleza, la de las aves sigue fascinando a científicos y observadores de aves y de naturaleza a lo largo del mundo. En México, siendo paso obligado entre Norte y Sudamérica, la migración invernal es sinónimo de una explosión de colores y cantos sin igual, además de evidente regocijo en los amantes de las aves.

La migración de las aves ocurre principalmente, por la disponibilidad de alimento. Es lógico, mientras en Estados Unidos el frío cala hasta los huesos y ello imposibilita la producción y existencia de alimentos naturales (dígase semillas, frutos, néctar e insectos, entre otros), aquí, en el neotrópico (término con que se conoce a las regiones tropicales de América), las condiciones cálidas son sumamente adecuadas para la producción de alimento con el que cientos de miles de aves se abastecen. Desde luego, también ocurren migraciones en verano, pero estas son mucho menos estrambóticas que las invernales.

Chipe de Flanco Castaño (Setophaga pensylvanica), especie poco frecuente, en el Cerro Mactumatzá.
Por Daniel Pineda Vera

Las aves pueden venir sólo de paso (llamadas transitorias) por unos días, descansando en parajes adecuados donde recargan energías, para luego retomar su viaje a Centroamérica, hasta el Ecuador o incluso hasta la Patagonia; o bien, pueden permanecer aquí durante toda la temporada invernal. Además, existen especies que tiene poblaciones en México, pero que sus poblaciones más norteñas, migran hacia el sur, uniéndose a sus parientes mexicanos.

Es debido a los cambios en el tiempo de luz solar y el descenso de las temperaturas, que las aves saben cuándo migrar, y se preparan atiborrándose de comida que les proporcionará energía para el viaje. Las aves seguían, según las especies, por pequeños «imanes» que poseen y les permiten orientarse con ayuda del campo magnético de la tierra, otras, se guían por las estrellas durante la noche, o bien, con la posición del Sol e incluso, con la vista, siguiendo el terreno, cursos de ríos, costas y playas. Es curioso, las aves pequeñas, algunas especies acuáticas y los playeritos, migran durante la noche, aparentemente ahorrando energía (hace menos calor = se deshidratan menos) y las grandes aves rapaces, carroñeras y aves acuáticas grandes, migran durante el día.

Garcita Azulada (Egretta caerulea) mudando de plumaje, en el Río Sabinal
Por Daniel Pineda Vera

Anteriormente mencionamos que las aves se preparan para migrar cuando las estaciones cambian y las temperaturas descienden y los días se hacen más cortos. ¿Y qué creen? Sí, el cambio climático ha afectado las rutas y patrones de migración. Antaño, se sabía que para el mes de octubre comenzaban a arribar los primeros visitantes invernales a tierras mexicanas, y estos, regresaban al norte en el mes de marzo. Hoy día, algunas especies ya se encuentran en México desde mediados-finales de agosto y se retiran (algunos) hasta finales de abril. Ello desde luego, ocurre paralelo a la floración de algunas especies de plantas que son polinizadas durante la visita invernal de estas aves. Caso curioso observado por el autor, es el del Cepillo (Combretum fruticosum), bejuco preferido por las aves pequeñas, que se alimentan con el abundante néctar o aguamiel que produce. Pues bien, la bibliografía suele indicar que este hermoso bejuco produce sus inflorescencias (espigas de flores) en los meses de enero a marzo, no obstante, es que en años recientes, he encontrado numerosos Cepillos con flores ya desde inicios de octubre (en localidades cercanas a Tuxtla Gutiérrez), ¡tres meses antes de lo reportado! Otro caso fácilmente observable, aunque no directamente relacionado a las aves, es del famoso árbol de Primavera (Roseodendron donell-smithii) el cual ya ni siquiera produce flores sólo en primavera, sino que desde diciembre podemos ver bastantes cubiertos de color amarillo. Y así podrían mencionarse muchos casos más. Dirían por ahí: «¿A dónde vamos a parar?… »

Playeritos Diminutos (Calidris minutilla), en el Río Sabinal.
Foto: Daniel Pineda Vera

Tuxtla Gutiérrez, y sus ávidos observadores de aves, se congratulan entonces, en recibir desde hace ya un par de semanas, a sus primeros visitantes invernales. Pero, ¿qué aves visitan nuestra ciudad? Pues bien, de forma somera, podemos mencionar a una buena cantidad de garzas blancas, azules, verdes y nocturnas, a los playeritos y las monjitas, a los diminutos chipes, algunos colibríes, una que otra ave rapaz, a los patitos de alas azules, algunas palomas, martines pescadores, pájaros carpinteros, los elegantes mosqueros tijereta, los saltarines zorzales, las alegres pirangas (o cardenalitos) y los picogruesos, así como bastantes bolseros de colores amarillos, naranjas y canela. Quizás para estos nombres resulten poco familiares a buena parte del público (quizás porque casi siempre ignoramos a la mayoría de aves, y ni siquiera les asignamos nombres locales adecuados, buena parte de ellas son pajarito, y punto), pero seguro que las han visto, y con ellas, ilustramos esta pequeña nota.

Si eres tuxtleco, (bueno, en realidad no importa de dónde seas), te invitamos a que salgas al menos 10 minutos, dejes la monotonía de la rutina, y mires a tu jardín, a los árboles cercanos, camines cerca de tu casa, ¡o mejor aún! Visita las zonas y parques arbolados de la ciudad, seguro encontrarás hermosas e interesantes aves, ¡todo un espectáculo natural al alcance de todos! Créannos, allá fuera, hay más que zanates y palomas.

Chipe Flameado (Setophaga fusca), en el Cerro Mactumatzá
Foto: Daniel Pineda

Aquí entre nos, uno de los mejores lugares dentro de la ciudad para observar aves, es el Parque Ecológico y Recreativo «Joyyo Mayu», sitio que además, el autor de estas líneas, ha monitoreado desde finales del 2016, y podemos presumirles, que este parque cuenta con aproximadamente el 12% o 13% del total de especies de aves de Chiapas (contamos con el registro de 92 especies de aves para este pulmón de los tuxtlecos, de un total de 694-700 y pico especies de aves registradas para todo Chiapas).

Chipe de Rabadilla Amarilla (Setophaga coronata) en el Río Sabinal.
Por Daniel Pineda Vera

– Fuentes Consultadas:

1.- Las Aves de Chiapas – Miguel Álvarez del Toro, 1ª edición (1971). Gobierno del Estado de Chiapas.

2.- Las Aves Migratorias: A prueba de muros – H. Berlanga y V. Rodríguez (sin fecha). En Especies nº 16, CONABIO.

3.- Aves de México: Lista actualizada de especies y nombres comunes – H. Berlanga et al. (2019). CONABIO.

4.- The Plant List (2013) – En: http://www.theplantlist.org/

5 Comentarios en “Visitas invernales: Las aves migratorias en Tuxtla Gutiérrez”

  1. Mali Reyes
    4 mayo, 2022 at 9:49 #

    Felicidades Daniel por tu trabajo de observación y por compartir la información.

  2. Karla Archila
    17 febrero, 2021 at 4:04 #

    Muy buena nota, justamente estoy haciendo una investigación acerca de las aves migratorias invernales y esta nota me ha aclarado varias dudas, gracias por citar las fuentes y sigan publicando buen contenido

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  1. ¿Un cardenal en Tuxtla? | Chiapasparalelo - 20 enero, 2020

    […] migratorias en Tuxtla Gutiérrez (aquí, podrán accesar a ella en caso de habérsela perdido: https://www.chiapasparalelo.com/trazos/tecnologia/2019/09/visitas-invernales-las-aves-migratorias-en…), en aquella nota, expliqué un poco sobre el asombroso fenómeno de la migración en las aves, y […]

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