Artículos publicados por: Héctor Cortés Mandujano

Obra del pintor chiapaneco Manuel Velázquez.

La vida puede ser bella

Con mi queridísimo compadre Ricardo Mena, amigo imprescindible de toda mi vida (a quien desafortunadamente veo muy, muy poco) platicábamos hace tiempo sobre Chelis Solís, su suegro vivo en aquel entonces. Recién nos habíamos emborrachado juntos, los tres, y revivíamos felices, Ricardo y yo, ese reciente pasado. Chelis era magistral cuando se lo proponía, con un talento innato para la comedia, un tempo preciso, una asombrosa capacidad para asombrar.

Obra de Manuel Velázquez.

El Tártaro

Hijos del dios Cronos, los también dioses Zeus, Poseidón y Hades desterraron a su padre (nadie puede matar al tiempo) a una lejana isla del Atlántico. Después, dice Robert Graves en Dioses y héroes de la antigua Grecia (Editorial Lumen, 1990: 13), “echaron suertes para repartirse las tres partes del reino de Cronos. A Zeus le tocó el cielo, a Poseidón el mar y a Hades los infiernos”.

Obra de Manuel Velázquez.

Leer en la hamaca

En Yajalón, mi compadre Jorge Arturo, amabilísimo anfitrión, ha dispuesto una hamaca para mí en una terraza desde donde puedo ver enfrente las bellas montañas que rodean el pueblo, llenas todavía de árboles (aunque ya se sembraron aquí y allá casas, cuyos frutos generalmente no son buenos para la tierra).

Obra de Manuel Velázquez, pintor chiapaneco

Llevar la vida

Aunque he leído varios libros de ficción y ensayística de Luis Villoro, Conferencia sobre la lluvia (Almadía, 2013) es la primera obra de teatro de este autor que disfruto (sólo ha escrito tres, se supone). En este monólogo (muy en la línea del Auto de fe, de Canetti, por el tema, y Sobre el daño que hace el tabaco, de Chéjov, por la forma) un bibliotecario da una conferencia que desvía constantemente al asunto que más le interesa: su vida.

Obra de Manuel Velázquez.

El caos y el orden

Un grupo de mujeres académicas se reunieron para formar el Taller de Teoría y Crítica Literaria “Diana Morán”. Como resultado han publicado varios libros; el que he leído es Rosario Castellanos. De Comitán a Jerusalén (Tecnológico de Monterrey-CONACULTA, 2006), conformado por ocho ensayos –y una entrevista a Dolores Castro– de distintas autoras.

Manuel Velázquez ilustra esta columna.

Abortos de la epopeya

Figuras de la letra (UNAM, 1990), de Alberto Paredes, son breves ensayos acerca de escritores mexicanos, dispuestos de la A a la Z, como si se tratara de un diccionario. No son reflexiones sobre un texto en particular, sino de la obra completa, hasta ese momento, de la nómina de autores que incluye a los infaltables y a algunos más.

Obra de Manuel Velázquez

Pornografía

A la manera de esas películas que reúnen un grupo variopinto de escritores, productores, directores y actores para contar una serie de historias circunscritas en un espacio determinado [París, te amo (2006); NY, te amo (2009), las que tengo más frescas], 7 días en La Habana (2012) concentra una cohorte de artistas para enhebrar sobre la vida habanera; me llamaron la atención el célebre director serbio Emir Kusturica, actuando de sí mismo, pero en borracho y desobligado.

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Los besos del olvido

Elena Garro dio por primera vez una obra de teatro, “Un hogar sólido”, en 1957, al grupo Poesía en voz alta (ya he hablado de él en alguna columna anterior) del que formaban parte Octavio Paz, su marido en esos años; Carlos Fuentes, Héctor Mendoza y muchos brillantes jóvenes de ese entonces que hoy son referencia en las artes de México.