
Nuevo Libramiento Sur, en el abandono
El nuevo Libramiento Sur, que tendría una extensión de 35.4 kilómetros, se encuentra en el abandono desde que inició la administración de Enrique Peña Nieto y de Manuel Velasco Coello.
El nuevo Libramiento Sur, que tendría una extensión de 35.4 kilómetros, se encuentra en el abandono desde que inició la administración de Enrique Peña Nieto y de Manuel Velasco Coello.
Como usted, yo también calculo previamente los pasos que daré en esta ciudad tomada. Algunas actividades, que eran parte de mi cotidianidad, las he abandonado, por ejemplo, mis idas a Caña Hueca. Tardaba más en el coche que en la pista.
Las obras que se realizan en Tuxtla Gutiérrez han provocado un rechazo prácticamente generalizado de los ciudadanos por su pésima planeación, lentitud en su construcción y por su posible inutilidad.
Hoy cedo mi espacio a José López Arévalo, mi kamarrada, quien se marchó hace dos años. Aquí reproduzco su penúltima columna publicada el 12 de marzo de 2012, mes y medio antes de su partida:
¿Por qué nos alarmamos del nivel de lectura de los legisladores chiapanecos? ¿Por qué hemos criticado sin piedad a la diputada que atribuyó la autoría de la excelsa y magnífica obra Juventud en éxtasis a Gabriel García Márquez? Sin duda porque hemos perdido la brújula, porque no queremos reconocer que rara vez los políticos reúnen cualidades deseables de buen ciudadano, entre ellas la de ser hombres y mujeres que disfrutan de las obras artísticas de calidad.
Paco Nazar lanzó, a propósito del Día del Libro, la sugerente pregunta sobre los libros que deberíamos leer quienes vivimos en Chiapas.
Los poetas de la Espiga Amotinada, después de leer El coronel no tiene quien le escriba, pensaron que su autor era chiapaneco y decidieron indagar sobre su paradero. Era mediados de 1960: Gabriel García Márquez no era conocido en México, no había escrito Cien años de soledad, no había inaugurado el realismo mágico y vivía más bien en el anonimato de la corresponsalía en Nueva York de Prensa Latina.
Cuando uno ve la destrucción, impune y cobarde, de los manglares de Chiapas no queda más que morderse la lengua para no proferir con coraje mil de madre en contra de las autoridades encargadas de su protección.
Conocí el talento de Nadia Villafuerte a mediados de los noventa. Era entonces una muchachita muy delgada y alegre que repartía sus horas entre las Licenciaturas en Ciencias de la Comunicación y en Música.