Tuxtla; ¿que nos falta, que nos sobra?

 

En el mundo moderno, globalizado y dedicado a buscar la competitividad y la productividad; generar las condiciones para que los países y sus ciudades progresen, se está convirtiendo en la tarea prioritaria de los gobernantes; o al menos la tendencia mundial dicta que así debe de ser.

 

Pero en el contexto de la crisis financiera mundial, de la que el planeta no logra sacudirse las secuelas, los países emergentes se convirtieron en el soporte de la economía mundial, sobre todo porque China; la potencia asiática, prácticamente salió de compras urgida de materias primas para acelerar el crecimiento de su mercado interno.

 

De pronto, las grandes urbes tradicionales dejaron de ser atractivas para la realización de negocios y ciudades más pequeñas o de países en vías de desarrollo se convirtieron en las mejores para la realización de negocios.

 

Una ciudad integra servicios y esto la hace atractiva para la migración porque ofrece mejores empleos, más variados y mejor pagados; porque por lo menos abarca dos sectores de las actividades productivas; el de las fábricas o manufacturas y el de los servicios.

 

Si se generan las condiciones suficientes para que estos sectores crezcan, las ciudades atraen a la población y esta a su vez, vive en mejores condiciones. El crecimiento radica en la capacidad de las ciudades de ofrecer mejores ingresos a su población, una mejor gama de empleos y unos servicios públicos eficientes.

 

Pero además que ofrecen mejores ofertas de servicios, también la demandan y este proceso también debe de ir en aumento constante.

 

Para que todo esto se cumpla es necesario que una ciudad que se diga competitiva y productiva de reunir los siguientes aspectos:

 

  1. Atraer inversión y esta debe de aumentar de manera constante cada año.
  2. Fomentar y generar el talento entre sus habitantes.
  3. Promover la apertura de negocios pioneros;
  4. Seguridad pública eficiente
  5. Infraestructura urbana digna y moderna
  6. Servicios básicos óptimos
  7. Fomento constante de la tolerancia, el respeto y la construcción de ciudadanía.

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En realidad en México, muchas son las ciudades que de alguna manera hacen un esfuerzo por cumplir los requerimientos necesarios para hacer de ellas ciudades eficientes para la producción, aunque también hay que decirlo; muchas de ellas adolecen de la falta de algún elemento significativo de los anteriormente señalados. Por ejemplo la seguridad pública y la infraestructura.

 

Pero por ejemplo, las ciudades del norte son manufactureras, Guadalajara y la zona conurbana se especializa en asuntos de electrónica computacional, Puebla, Silao y otras son de fabricación de automóviles, Monterrey en los servicios.

 

Por eso, si una empresa grande, que genere empleos bien remunerados piensa en venir a instalarse a México, seguramente lo hará en alguna ciudad del norte del país o en las anteriormente mencionadas.

 

Pero no lo hará en Tuxtla.

 

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No lo hará porque Tuxtla no reúne las condiciones necesarias para la atracción de inversiones.

 

Ni atrae inversión, ni fomenta el talento creativo de sus habitantes; además el caos de su infraestructura impide mejores servicios públicos.

 

Por eso, para ser competitiva en un mundo global, a Tuxtla le falta todo. Y el problema es grave porque se trata de la capital de Chiapas, es decir, es la cabeza de toda una entidad federativa.

 

Eso sí; le sobran políticos populistas, oportunistas, aduladores, frívolos, saltimbanquis, mentirosos, suspirantes por nuevos puestos; pero ignorantes de lo que la ciudad necesita para crecer y ser atractiva.

 

Le sobra quienes solo quieren servirse del poder y no servir a la gente.

 

 

Twitter: @GerardoCoutino

Correo: geracouti@hotmail.com

 

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